Se por vezes a minha poesia retrocede para cuspir algumas pérolas na face dos tiranos não é que me comovam os ademanes de chuva dos oprimidos. As minhas causas são humanas, tão humanas quanto a recordação do homem não ser uma pausa de sangue na noite escamosa de um crocodilo, chega até onde a palavra liberdade o estende num tempo sem medida. Socialmente os homens son a pasta de todos os oprimidos que são precisos para fazer um déspota. E é nisto que o déspota é repelente. Os oprimidos são os maiores capitalistas do mundo porque capitalizam a nossa vocação para morrer pelos ideais que vão deixar tudo na mesma.
Tenho sofrido todas as perseguições a que estão sujeitos os contrabandistas dos diamantes que habitam as palavras proibidas. Mas se eu desse por elas era uma oprimida e os meus olhos não durariam até à radiosa manhã de amotinadas vértebras que os amantes hão-de balear com seu lindíssimo sorriso de flores.
Há crianças famintas? Comam quem as mata à fome. Também eu comi o meu pai que me matou à fome de amor. Há maltrapilhos? Neguem-se à guerra de chegar a tempo ao céu nas filas ordenadas dos seus espasmos frios. Há prisioneiros? Não encarcerem os guardas das prisões no cerco asfixiante do seu expirar sem fim.
Não, não participo nessa exposição de rosas com fins caritativos que tem amortalhado alguns poetas no ilustre cadáver do presidente da república. Se nimiamente me deixo viver pelo tempo que finge crianças rotas e pedintes é porque a todos espero no domingo de prata que coroará a semana de horrorosos traballos que a teia do tirano tece com a baba dos oprimidos. É por pura impaciência que me inscrevo na lista de todos os fuzilados por amor.
UMA HISTÓRIA VERDADEIRA DE NATAL
Orquestra de anjos o Natal
tem um som de cristal e prata
mas é uma valsa de cacos que toca
nos bidões do bairro de lata.
Versáteis músicos os anjos
com caracóis de fios de ovo
também um tango de metralha
tocam É a música dos novos
magos que esmagam cidades
num cinzeiro de bombardeamentos
mas é Natal porque no mundo
estar presente é dar presentes.
Que dar ao filho a mãe que a vida
remenda com sucata pública?
Daria a lua se ela não fora
do presidente da república.
No magro corpo rebuscando
de mãe a dádiva precisa
levanta as saias e mostra ao filho
uma flor de pêlo Natal da vida.
Natália Correia (1923-1993)
Trad.: Si a veces mi poesía retrocede para escupir algunas perlas en la cara de los tiranos no es que me commuevan los ademanes de lluvia de los oprimidos. Mis causas son humanas, tan humanas cuanto el recuerdo del hombre no es una pausa de sangre en la noche escamosa de un cocodrilo, llega hasta donde la palabra libertad lo extiende en un tiempo sin medida. Socialmente los hombres son la masa de todos los oprimidos que son precisos para hacer un déspota. Y es en esto que el déspota es repelente. Los oprimidos son los mayores capitalistas del mundo porque capitalizan nuestra vocación para morir por los ideales que van a dejar todo como estaba.
He sufrido todas las persecuciones a que están sujetos los contrabandistas de los diamantes que habitan las palabras prohibidas. Pero si yo me fijase en ellas sería una oprimida y mis ojos no durarían hasta la radiante mañana de amotinadas vértebras que los amantes han de tirotear con su lindísima sonrisa de flores.
¿Hay niños hambrientos? Que se coman a quien los mata de hambre. También yo me comí a mi padre que me mató de hambre de amor. ¿Hay andrajosos? Que se nieguen a la guerra de llegar a tiempo al cielo en las filas ordenadas de los espasmos fríos. ¿Hay prisioneros? No encarcelen a los guardias de las prisiones en el cerco asfixiante de su expirar sin fin.
No, no participo en esa exposición de rosas con fines caritativos que ha amortajado a algunos poetas con el ilustre cadáver del presidente de la república. Si nimiamente me dejo vivir en el tiempo que finge niños rotos y pedigüeños es porque a todos espero el domingo de plata que coronará la semana de horrorosos trabajos que la tela del tirano teje con la baba de los oprimidos. Es por pura impaciencia que me inscribo en la lista de todos los fusilados por amor.
UNA HISTORIA VERDADERA DE NAVIDAD / Orquesta de ángeles la Navidad / tiene un sonido de cristal y plata / pero es un vals de vidrios rotos que toca / en los bidones del barrio de lata. / Versátiles músicos los ángeles / con caracoles de huevos hilados / también un tango de metralla / tocan Es la música de los nuevos / magos que aplastan ciudades / en un cenicero de bombardeos / pero es Navidad porque en el mundo / estar presente es dar presentes. / ¿Qué habría de dar al hijo la madre que la vida / remienda con chatarra pública? / Daría la luna si ésta no fuese / del presidente de la república. / En el delgado cuerpo rebuscando / de madre la dádiva precisa / levanta las faldas y muestra al hijo / una flor de pelo Natividad de la vida.