Revista poética Almacén
El conservero

[Alberto Majoral]

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Un rayo de primavera

Afuera llueve. La penumbra se hace con La Ideal. Un rayo ilumina la tarde, la trastienda, y su destello reflejado en el diente de oro de Joaquín Chiner nos deja ciegos un instante. Chiner está contento:

Chiner: Han hecho llorar al Ministro Portavoz en el Parlamento.

García-Siniestro: Hombre, no llegaría a tanto.

Chiner: Porque los sobornados telediarios no nos lo enseñan todo.

Gil: Ha llorado, ha llorado.

Colom: Un poco mariquita ese ministro, digo, por la pinta.

Taracido: Calla, que Majoral lo anota todo y lo publica.

Gansell: Siempre quedamos mal. Yo lo he leído y siempre estamos haciendo el ridículo.

Cordel: Será Chiner que es el que más habla.

Gansell: Somos todos, todos.

Taracido: Hombre, no será para tanto.

Chiner: Por lo menos no mentimos; y si mentimos no llamamos al Mundo para que lo publique en primera plana.

Majoral: Ojo que El Mundo es el servidor de Almacén, no nos vayan a dejar en la calle, aunque sea la virtual.

Chiner: Ministros mentirosos, periódicos que se complacen en publicar la mentira, presidentes que dicen que Aquí no pasa nada. La verdadera felicidad.

García-Siniestro: Lástima que no haya venido Martínez, que lo mantiene a usted a raya.

Chiner: Raya la que te metes.

Taracido: Calma, señores.

Colom: La voz de la razón. De la otra, no del periódico.

Chiner: ¿Y cómo se llama el otro ministro mentirijillas?

Cordel: Piqué.

Chiner: Eso, Conchito Piquer.

Colom: Otro que va por ahí con la copla.

Cordel: ¿Que no era ese el que se había robado la tira de millones en una empresa donde trabajaba?

Chiner: El mismo. Primero ladrón y luego mentiroso.

Gil: Menos mal que tiene quien lo defienda.

García-Siniestro: Aznar ha dicho que la gente lo vota por su coherencia.

Chiner: Claro, todos hijos de puta...

Taracido: Señor Chiner, aunque no esté hoy don Ernesto...

Chiner: ¿Qué pasa, chaval?

Colom: Que no se puede decir lo que uno piensa porque luego sale publicado. Mal rollo.

Chiner: Pues que se publique. ¿Qué me van a hacer? ¿Quitarme la pensión?

Gil: Eso no, que está el Pacto de Toledo.


Lo que siguió era peor. Seguía lloviendo, sin rastro de don Ernesto Martínez o el Taxidermista. Por fin, un segundo rayo, reflejado de nuevo en el diente de oro de Chiner nos convenció a desistir. Colom y yo nos vamos de copas. Colom me lee su último poema, de próxima publicación. Feliz fin de cuaresma.


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Comentarios

¿Puedo enviar poemas para su revista?

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Comentado por ANA MARQUEZ el 4 de Septiembre de 2003 a las 02:41 AM