Revista poética Almacén
El conservero

[Alberto Majoral]

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De inteligencias y opiniones

García Siniestro: Por todas partes estamos rodeados de informaciones sobre la enorme inteligencia de Aznar.

Martínez: Y sin embargo carecemos de pruebas concretas. Muchos nos dicen que Aznar es sumamente inteligente, pero en momento alguno de su gestión se evidencia que sea cierto.

Chiner: Una gran campaña la del Partido Popular. Los medios, como es su costumbre, se han tragado el anzuelo con todo y caña. Yo donde no veo vida inteligente es entre los periodistas.

Gil: Quizá se trate de inteligencias disecadas.

Chiner: ¿Se refiere usted a inteligencias en polvo o a inteligencias taxidermizadas?

Gil: No es lo mismo, ¿verdad?

Martínez: No, no es lo mismo. Parece que lo que ocurre es que cuando un joven entra en el periódico como becario, sus jefes proceden a taxidermizarle la inteligencia. Esto se hace enviando a joven reportero a las ruedas de prensa con la expresa prohibición de hacer preguntas que valgan la pena o señalar contradicciones. Cuando de la inteligencia del joven no queda más que la figura, digna de un museo, se la saca al sol a secar. Con el tiempo, esa inteligencia se va desmoronando, se cae a pedazos que pronto se convierten en polvo. Y ese polvo, seco, deshidratado, es lo que luego utilizará el hombre que una vez fue joven, para escribir sus artículos.

Chiner: ¡Vaya, Martínez! Tendría usted que haber sido periodista, con esa inteligencia que muestra.

Martínez: No me aznarice usted, Chiner, que no tengo ansia de gloria, ni estoy listo aún para el mausoleo.

Gil: ¿Y cuál será el mausoleo de Aznar?

Chiner: ¡Será usted tonto! ¿Que no ve que será la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, obra faraónica e inútil donde las haya?

Taxidermista: Parece que en Santiago de Compostela existe un proyecto similar, será ese el mausoleo de Fraga, ídolo de las masas gallegas, casi todas de la tercera edad.

García Siniestro: Pues no veo yo aquí a nadie que no sea anciano, aparte de usted, así que le ruego que no se burle de nuestros achaques.

Chiner: Aunque sean mentales, que García tiene toda la pinta de quererse sumar a la moda del Alzheimer.

García Siniestro: ¿Y a qué viene ese insulto tan mal velado, Chiner?

Chiner: Pues a que ha sido usted el que ha dicho hace rato lo de que Aznar es inteligente. Parece como si no recordara todas las estupideces que cometió hasta que los de su partido le dijeron que adoptara ese aura de misterio, que siempre funciona mejor cuando uno se está calladito.

Martínez: Sólo lo sacan a la palestra para decir que aquí no pasa nada. O que todo va...

Chiner: ... de puta madre. Eso me recuerda a otros tiempos. Y yo no soy de esos que piensan con la próstata ...

Gil: ... que Dios le mantenga en funcionamiento ...

Chiner: ... que piensan con la próstata y opinan que todo tiempo pasado fue mejor. Y hablando de opiniones, estoy un poco hasta los cojones de que todo el mundo piense que su opinión es digna de ser escuchada.

Martínez: Pues en esta tertulia venimos no sólo a hablar sino a escuchar las opiniones de los demás.

Chiner: Eso, usted.

Martínez: Recuerde, amigo Chiner, que en la sociedad de la información, la multitud se conforma de voces y opiniones más que, como en otro tiempo no demasiado remoto, de rostros y cuerpos.

Chiner: ¡Y qué cuerpos aquellos! Quizá tenga usted razón, pero para eso hubo que disecarlas antes, me refiero a las voces y opiniones.

García Siniestro: En eso concuerdo. Y ahí, para que las voces y las opiniones no se desmadraran, se creó la Constitución, hoy muerta y disecada también.

Chiner: Con la precisa connivencia de nuestros medios y voces oficiales.

Martínez: Que para eso están.

Chiner: Para que no se hable, está claro


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