García Siniestro: Los jubilados al poder, ¿eh, Gansell?
Gansell: ¿Qué, qué dice?
García Siniestro: Digo que Fraga a vuelto a ganar las elecciones. A usted todo hay que dárselo en papilla, ande, vuelva a sus sellos antes de que se les borre la tinta.
Gansell: La tinta no se les borra.
García Siniestro: Es igual, hombre, usted vuelva a sus sellos.
Chiner: Camarero, un sol y sombra para recordar los viejos tiempos. Y que sea sin alcohol.
Taxidermista: El camarero lo será su puta madre. Quite las pezuñas de mi mostrador.
Martínez: No se ponga usted así, hombre, que Chiner sólo hacía un poco de broma con los viejos tiempos, modernizándolos, claro.
Taxidermista: Pues entonces ejerzo mi derecho de censura, siendo mío el local, y también para recordar los viejos tiempos, modernizados, claro.
Martínez: Bueno, ya que usted saca el tema, es verdad. Ayer se repartieron hostias en Santiago de Compostela, debido a una protesta universitaria.
Chiner: Los estudiantes, que le hacen la pelota al funcionariado que les da clase.
Martínez: Me trae sin cuidado. ¿Usted no le hace la pelota a los clientes de su establecimiento de comestibles para que le compren?
Chiner: Eso son las leyes de mercado.
Martínez: Y muy buenas que están las albóndigas esas de bote que le compré el otro día.
Chiner: Me alegro que le hayan gustado. Y tiene usted razón, por mucho peloteo que haya, no tiene por qué haber hostias.
García Siniestro: Sus palabras me conmueven, Chiner. Y me suenan claramente a peloteo.
Chiner: Váyase, Sr. Siniestro, a la mierda.
Martínez: En la tele se ve claramente que un policía recibe la orden de cargar. Todo está tranquilo, el tío va al furgón, habla por radio y acto seguido, da la orden de comenzar el reparto.
Gansell: ¿No estaban los duques de Lugo por ahí?
Martínez: En efecto, inaugurando un nuevo edificio para la universidad.
Chiner: Eso los convierte en cómplices.
García Siniestro: Los viejos tiempos modernizados.
Taxidermista: Se augura una nueva época de felicidad y represión.
Chiner: Y si son cómplices, son responsables. A menos de que sólo estén ahí en efigie, vamos, como si estuviesen disecados.
Gansell: En ese caso los tendrían expuestos en el museo de la catedral de Lugo.
O en la muralla, para espantar a los invasores.
Martínez: Los especuladores inmobiliarios.
García Siniestro: Para algunos, son verdaderos héroes.
Gansell: Viejos héroes modernizados.
Chiner: Como algunos que practican cierta clase de terrorismo.
Martínez: Sí, una suerte de anticonstitucionalismo, de ser verdad que la Constitución alberga el derecho a la vivienda.
Gansell: Propongo un museo de la infamia donde podamos exponer a los malos.
Chiner: Disecados.
Gansell: Sería por tipos. Por ejemplo: Especulador inmobiliario (con su letrero de Se vende).
Martínez: O Ministro (con su gescartera de ministro).
Taxidermista: Señores ministros de cultura, es hora de cerrar la Ideal.
Gansell: Lástima. Ahora que me empezaba a divertir.