Libro de notas

Edición LdN
Viaje al ajedrez por Pau Pascual

Aún siendo un jugador discreto, Pau Pascual es, desde niño, un amante apasionado del ajedrez. Un juego que nutre y es nutrido por la matemática, la lógica, la pintura, la literatura, el cine, la historia, la música, la psicología… Viaje al ajedrez  presenta, los días 10 de cada mes, gotas de ese universo, curiosidades e historias tan atractivas para legos como para quien conoce y disfruta ya de este mundo lleno de emociones.

Ajedrez demencial

«No hay genio sin un gramo de locura» (Aristóteles)

«Ningún gran maestro de ajedrez es una persona normal. En lo único que se distinguen es en el tipo de locura» (Víktor Korchnói)

─Mami…
─¿Sí, cielo? ─responde la mujer.
El autobús avanza por la Quinta Avenida, sorteando carros y automóviles, una tarde soleada de 1911. Madre e hija, sentadas en el piso superior al descubierto, se dirigen al antiguo tiovivo del Central Park.
─Mami, mira aquel señor… ─dice la niña apuntándolo con su dedecito.
─¡¡Qué horror!! ─suelta la madre cubriendo rápidamente los ojos de la pequeña.
Rodeado de pasajeros estupefactos, un hombre bajito con gafas de montura redonda, permanece de pie completamente desnudo. Se llama Carlos Torre Repetto.

Autobús circulando por la Quinta Avenida de New York (1911) – Ampliar foto

No sería la última vez que este extraordinario ajedrecista se exhibiera en cueros. Años más tarde, durante un torneo celebrado en Polonia, perdió los estribos y empezó a correr desnudo por todo el recinto, gritando ─¡Fuego!.

Carlos Torre Repetto. A la derecha, enfrentado a Frank Marshall en el torneo de Moscú de 1925.

El Mexicano Carlos Torre aprendió a jugar al ajedrez a los seis años y muy pronto destacó en su país. Jugó varios torneos internacionales y logró estar considerado entre los cinco mejores jugadores del mundo cuando sólo tenía veinte años. Según el propio Torre, nunca dormía más de dos horas por noche. Le encantaban los helados de piña y se comía de diez a quince diarios. A los veintiún años, los problemas psíquicos le obligaron a recluirse en un manicomio durante tres años. Luego se retiró del ajedrez para el resto de su vida.

Un Astro que se apaga
Interesantísimo artículo sobre Carlos Torre, publicado en La Vanguardia el 21 de agosto de 1931. Escrito por Ramón Rey Ardid, psiquiatra y ajedrecista español que destacó en el campo de la neuropsiquiatría y fue campeón de España de ajedrez desde 1930 hasta 1943. (Resulta como mínimo curioso que “Rey” hable de “Torre” en el contexto del ajedrez).

Veamos una divertida partida de Carlos Torre jugada en 1927. Después de la jugada 7.Te1 las blancas logran clavar a la dama negra, pero sorprendentemente, en sólo cuatro jugadas, Carlos Torre consigue succionar al rey blanco al centro del tablero donde es ejecutado.

Catorce años antes del episodio del autobús, el secretario de otro hombre lo sorprende esperando pacientemente una respuesta a través de un audífono invisible. El hombre alberga la ilusión de poder hablar por teléfono sin hilo ni auricular. Suele acercarse a la ventana para hablar y cantar. Luego espera una contestación.

El secretario personal de Wilhelm Steinitz informaría de ello al cónsul norteamericano, quien sugirió que se recluyese a Steinitz en un sanatorio.

El gran ajedrecistra Wilhelm Steinitz estuvo convencido de que podía emitir corrientes eléctricas, con la ayuda de las cuales podría mover las piezas a voluntad. Aseguraba estar en comunicación eléctrica con Dios y que podía vencerle al ajedrez dándole un peón de ventaja. Esto propició que finalmente lo ingresaran durante un tiempo en un manicomio de Moscú. Steinitz fue el primer campeón del mundo oficial. Descubrió muchos de los principios estratégicos en los que se basa el moderno juego posicional.

Wilhelm Steinitz. A la derecha, jugando una partida en el New Orlean Chess Club en 1883

Veamos una histórica partida, “La inmortal de Steinitz”. Después de la magnífica de jugada 25.Txh7+!, su oponente Von Bardeleben vio lo que se le venía encima y, en lugar de abandonar, se levantó y se marchó de la sala de juego sin decir palabra. Steinitz, viendo que había desaparecido el rival, anunció los espectadores un mate en diez y rápidamente movió las piezas en una la secuencia que dejó al público atónito.

Cuarenta años antes de que Steinitz empezara sus conversaciones metafísicas con el audífono invisible, un joven estudiante de Nueva Orleans es presa de los efluvios primaverales. Cae locamente enamorado de la hija del hortelano que cuidaba las tierras de su familia. Pero su primo Ernest, dos años mayor que él, había llegado antes y se opone a sus proyectos amorosos. El joven urde un plan. Desafía al primo Ernest a un match de ajedrez a seis partidas cuyas condiciones son: a) Todas las partidas se jugarán con el Gambito Evans (Ver El capitán Evans en un artículo anterior). b) Él dispondrá únicamente de un minuto por cada jugada, mientras que Ernest tendrá todo el tiempo que quiera. Y c) El vencedor tendrá el derecho a los favores de la hija del hortelano, sin que el rival vencido pueda oponerse. Ernest aceptó y fue derrotado por 4 ½ a 1 ½. Pero la muchacha nunca quiso saber nada del joven Morphy, quien acabó profundamente deprimido. ¿Sería el inicio su locura?

Paul Morphy. A la derecha, jugando una partida (que se dejó ganar) con la reina Victoria de Inglaterra en el Palacio de Buckingham en 1859

Paul Morphy fue uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos. Ya de muy joven sufrió paranoias. Estaba convencido de que diversas personas querían envenenarle y durante mucho tiempo sólo aceptó alimentos si se los daban directamente su madre o su hermana. También pensaba que su hermanó político y otro amigo conspiraban para rasgarle sus elegantes trajes y luego asesinarle. Tenía la costumbre de colocar zapatos de mujer distribuidos cuidadosamente trazando un medio círculo. ─Me gusta mirarlos ─decía cuando le preguntaban la razón.

Morphy no pudo soportar el peso de su fama después de llegar a la cumbre en pocos años. Tras vencer a los mejores de su época en una gira por Europa, regresó a su país y dejó definitivamente de jugar. Terminó odiando el ajedrez. Ni siquiera permitía que se le mencionase nada relacionado. Rechazó todos los premios y reconocimientos que se le ofrecieron por su extraordinaria carrera.

Como ejemplo de las muchas maravillas que produjo el genio Paul Morphy, ver la partida analizada en profundidad en el artículo anterior El juego de la ópera.

Ya han pasado veinticuatro años desde que Carlos Torre se exhibiera en pelotas en el piso de arriba del autobús.

─Ven aquí, Ajedrez ─. Curioso nombre, el de su gato preferido. El felino da un salto y se arremolina en su regazo. El hombre, agradecido, lo acaricia dulcemente. Está exhausto. Acaba de ganar una intensa partida a Max Euwe. Como en las anteriores partidas del match, antes de empezar el juego ha dejado a sus dos gatos sobre el tablero, oliendo las piezas. Sabe que esto le ayuda. Al comprensivo Doctor Euwe no le importa. ─No creo que Alekhine hiciera eso intencionadamente con ánimo de molestarme ─diría años más tarde el doctor.

A la izquierda Alekhine y su gato “Ajedrez”. A la derecha, justo el momento del inicio del match contra Capablanca en La Habana, en 1927 donde Alekhine se proclamó campeón del mundo

Alexander Alekhine, fue campeón del mundo desde 1927 a 1935, año en que perdió el título ante Max Euwe. Además de excéntrico, era un alcohólico empedernido. Poco antes del inicio de una de las partidas del match, lo encontraron tendido en un campo cercano completamente ebrio. En otra ocasión, se presentó a dar una exhibición de ajedrez tan borracho que empezó a orinarse en el suelo ante la concurrencia. La exhibición tuvo que anularse debido a la lamentable “exhibición”. En 1937 retó de nuevo a Euwe y le ganó. Fue otra vez campeón del mundo hasta su muerte, en 1946.

Veamos el desarrollo de la sexta partida del match Alekhine-Euwe de 1937.

Hace ahora cuatro años desde que encontraron a Alekhine tirado en el campo durmiendo la mona. Los nazis ya han tomado Polonia y están enviando judíos en masa a los campos de concentración. Esta mañana, un oficial de la Gestapo se ha presentado sin aviso en un sanatorio mental de Varsovia. Le atiende el jefe del servicio de psiquiatría.

─¿Hay judíos en su clínica?
─No… Bueno, sí. Tenemos a un Gran Maestro de ajedrez, pero está completamente loco.
─Quiero entrevistarme con él. Lo comprobaré yo mismo.
El oficial es conducido a la habitación del enfermo, quien se encuentra tendido en la cama.
─¿Es usted Akiba Rubinstein?
─Sí, señor.
─Levántese ahora mismo. ¡Venga conmigo!
─¿Para qué? ─responde el paciente levantándose de la cama.
─¡Para trabajar!
─Ah, a trabajar… ¿A dónde?
─¡Al campo de concentración!
─¡Magnífico! ¡Eso me encanta! ─dice mientras se coloca el sombrero y se pone la chaqueta.
─¡Quédese, quédese aquí!

El oficial da media vuelta y se marcha por donde había venido. El polaco se acaba de librar de ser deportado al campo de exterminio de Auschwitz.

Akiba Rubinstein llegó a ser el jugador más fuerte de su tiempo pero no tuvo la oportunidad de disputar el campeonato del mundo, ya que en aquella época el campeón del mundo era quien fijaba las condiciones para disputar la corona a sus adversarios y a menudo exigía elevadas sumas de dinero, como fue el caso de Lasker, contemporáneo de Rubinstein.

A la izquierda, Rubinstein en el torneo de San Petersburgo de 1914. A la derecha, jugando en una sesión de simultáneas en su madurez.

Rubinstein sufrió diversos trastornos psíquicos: espasmos nerviosos, timidez patológica, antropofobia (miedo a la gente), hidrofobia (miedo al agua) y manías persecutorias. Pasó los últimos treinta años de su vida en una institución mental.

Ello no le impidió jugar en torneos de élite. Durante un tiempo, una ambulancia lo llevaba cada día desde el manicomio donde vivía a la sala donde se celebraba la competición. Después del juego se lo llevaban inmediatamente.

Era extraordinariamente tímido. En los torneos, después de realizar cada jugada, se retiraba discretamente a un lugar alejado de la mesa “para no molestar al rival”.

No viajó a América a jugar los grandes torneos de New York de 1924 y 1927, por el miedo a viajar en barco, y en las escasas ocasiones en que viajó al Reino Unido lo hizo con los ojos tapados para no ver el mar.

Llamamientos de ayuda a Rubinstein
Periódicos de Europa y EEUU pidieron ayuda económica voluntaria a los ciudadanos destinada a los tratamientos mentales que el gran maestro no podía costearse durante la última etapa de su vida.

Akiba obtuvo muchos premios de belleza y nos dejó maravillosas partidas. Disfrutemos de “La inmortal de Rubenstein” jugada en 1907.

Estamos de nuevo en la época en que el gato Ajedrez olfateaba las piezas.
─Debería usted hacer más ejercicio ─. El hombre de origen letón mira al doctor. Sabe que tiene razón.

Días más tarde empezaría con su nueva rutina. Durante el torneo de ajedrez en que participaba, se empeñó en practicar diversos movimientos gimnásticos. Cuando no le tocaba mover sus piezas, aprovechaba para ir a un rincón de la sala y empezaba con sus estiramientos y genuflexiones. Luego se tumbaba en el suelo boca abajo y se relajaba. Los espectadores no lo podían creer.

Aaron Nimzowitsch, uno de los grandes teóricos del ajedrez del siglo XX, nunca llegó a estar incapacitado por una enfermedad mental, pero sus excentricidades rozaron lo patológico. Tenía curiosas costumbres como la de presentarse a los torneos en pijama.

Aaron Nimzowitch. A la derecha, en una partida con Egil Jacobsen mientras Savielly Tartakower observa.

Se consideró a Nimzowitsch como el tercer mejor jugador del mundo, inmediatamente detrás de sus contemporáneos Alekhine y Capablanca. Nunca jugó con ellos un encuentro por el título.

Nimzowitsch fue un gran teórico que aportó muchas ideas y conceptos al ajedrez. Como ejemplo, ver un fragmento de Mi sistema. Quizás sea el libro de ajedrez más profundo que se haya escrito.

Veamos “La inmortal del zugzwang” jugada en 1923. Se dice que un jugador está en una posición de zugzwang cuando no le queda ningún movimiento útil, y cualquier jugada que realice le es perjudicial. El zugzwang no es sencillo de lograr, ya que supone el grado máximo de supremacía en una posición. Sin duda esta partida de Nimzowitsch se merece el título de inmortal, por el sacrificio de pieza que lleva a la posición final, donde las piezas negras están en perfecta armonía y las piezas negras quedan completamente inmovilizadas.

Estamos ahora a finales de los setenta.
─Él me dio primero.
─Fue sin querer. Luego recibí un puntapié en la espinilla que todavía me duele. Por eso le devolví otra patada.
─Y ayer también me pateaste sin querer, ¿No? Y anteayer.
Aunque parece una discusión entre niños, se trata de dos adultos.
─Señores ─, interviene el árbitro de la FIDE con una expresión entre sorprendido y cabreado ─. Así no vamos a llegar a ninguna parte. Instalaremos hoy mismo una tabla separadora debajo de la mesa para que no puedan darse más patadas en las siguientes partidas, y problema resuelto.

Víktor Korchnói y Anatoly Karpov en una partida del match de 1978. Korchnói ha abierto con 1.d4 y Karpov se lo está pensando. Pronto empezarán las patadas.

Anatoly Kárpov y Víktor Korchnói no estaban locos. Pero la presión a la que fueron sometidos durante el campeonato del mundo de 1978, los llevó a una guerra psicológica llena de extravagancias. Ya en las primeras partidas, Korchnói apareció llevando unas gafas de sol con cristales de espejo. Sabía que a Kárpov le gustaba mirar fijamente a los ojos de sus contrincantes. Kárpov no se quedó corto. Contrató un parapsicólogo con la misión de interferir y confundir telepáticamente los pensamientos del rival. Cuando se pidió al parapsicólogo que se retirase de las primeras filas del público, Kárpov dijo: ─Se irá cuando tú te quites las gafas ─. Más adelante Korchnói se trajo a un par de miembros de una secta hindú para que, a través de la meditación, anularan la influencia del parapsicólogo. También se quejó de que a Kárpov le pasaban mensajes codificados en los yogures que comía durante las partidas. Finalmente, el aspirante perdió y Kárpov siguió ostentando el título de campeón del mundo.

Veamos una de las partidas del campeonato de 1978, con comentarios de Gary Kaspárov.

Septiembre de 2001. De pura casualidad, el personaje se encuentra hoy en la emisora de la Radio Bombo de Manila. La primera de las torres gemelas acaba de derrumbarse hace unos minutos. La radio cubre la noticia y aprovecha para preguntarle su opinión.

─Ya era hora de que le dieran una patada en el culo a los EEUU. Aplaudo esta acción, quiero ver cómo América desaparece del mapa.

Pocos años más tarde, tras su muerte, se encontraría en su casa el borrador de una carta que empezaba así: «Estimado Sr. Osama Bin Laden, permítame que me presente. Soy Bobby Fischer, el campeón mundial de ajedrez. En primer lugar, debe usted saber que comparto su odio a… ».

No sólo odiaba a América. Pese a que su madre era judía, su antisemitismo creciente le llevó a afirmar que los judíos habían inventado el holocausto para hacer dinero.

Bobby Fischer. A la derecha, diversos observadores estiran el cuello para observar al genio de catorce años en el Marshall Chess Club de New York.

Robert James Fischer fue uno de los ajedrecistas más geniales, más carismáticos y más polémicos de la historia. Fue campeón de América a los catorce años. Su gran momento fue el duelo contra el campeón del mundo ruso Boris Spassky : el “Match del siglo”, un enfrentamiento entre el capitalismo y el comunismo en plena guerra fría. El campeonato estuvo plagado de incidencias y de extravagantes exigencias del americano. Incluso tuvo que intervenir el propio Secretario de Estado Henry Kissinger para convencer a Fischer de que no abandonara.

Ya antes de empezar el campeonato hubo muchas complicaciones. Veamos un artículo publicado en La Vanguardia en Julio del 72, donde se trata a Fischer de psicótico desequilibrado y se lo compara con otros ajedrecistas que sufrieron trastornos mentales.

El Caso Bobby Fischer mantiene en jaque a la afición mundial
(La Vanguardia, 4 de julio de 1972)

Fischer acabaría con el dominio ruso en el tablero desde 1948. Pero tras ganar el título mundial, simplemente desapareció. Tres años más tarde, Kárpov fue declarado campeón del mundo por la incomparecencia de Fischer para defender el título. En su largo ocaso fue creciendo su desequilibrio mental. Su nombre sólo apareció en los medios por diversos escándalos. El hombre que fue un mito llegó a ser perseguido por las autoridades de su propio país. Después de pasar ocho meses en prisión en Japón por viajar con un pasaporte falso, logró asilo en Islandia donde terminó su vida totalmente aislado. Un trágico caso de la historia del ajedrez.

Más allá de su dudosa personalidad, Fischer merece que se lo recuerde por su ajedrez y por lo que hizo por el ajedrez. Su dedicación fue infatigable. Posiciones que durante mucho se habían considerado inferiores, se vieron revitalizadas como consecuencia de su capacidad de observar todo como si fuera nuevo.

Veamos una partida jugada por Fischer a la edad de catorce años, durante el derby neoyorkino entre los clubes “Marshall Chess Club” y el “Manhattan Chess Club” (equipo al que siempre perteneció Bobby).

Bien. Después de esta serie de casos protagonizados por ajedrecistas de primer nivel, uno podría preguntarse: ¿El ajedrez puede llevar a la locura? ¿Es un terreno abonado para el desarrollo de enfermedades mentales? En realidad, estos casos son una minoría en comparación al número de ajedrecistas cuerdos. Digamos que el ajedrez es un juego encerrado en sí mismo, sin conexión con ninguna otra realidad. Un juego solitario cuyo objetivo es destruir al contrario. Personas con obsesiones y tendencias paranoides pueden encontrar en el ajedrez un campo minado. Pero aun así, el ajedrez sería más bien un catalizador, no el origen del problema.

El ajedrez, pues, no significa ninguna amenaza de desarrollo de un desorden psicológico. Más bien al contrario, se ha comprobado que el ajedrez aporta valiosos beneficios a sus practicantes como, por ejemplo, el mejoramiento de la habilidad para planear durante el proceso de toma de decisiones. En la revista Schizophrenia Research, se publicaron los resultados de un estudio que demuestra que jugar ajedrez es una buena terapia para los pacientes con esquizofrenia. Es más, en otro experimento realizado a largo de veintiún años, los científicos concluyeron que la práctica del ajedrez previene contra enfermedades como el Alzheimer y otras formas de demencia. De hecho, no se conocen ajedrecistas que hayan padecido el mal de Alzheimer. (Ver Artículo Ajedrez y Alzheimer de Leontxo García).

Todo es relativo. El escritor británico Gilbert Keith Chesterton, también llamado “el príncipe de la paradoja”, dijo en una ocasión: «La fantasía nunca arrastra a la locura. Lo que arrastra a la locura es precisamente la razón. Los poetas no se vuelven locos. Los ajedrecistas, sí». Curiosamente el propio Chesterton (quien también fue poeta) padecía una dispraxia de desarrollo sin diagnosticar.



Pau Pascual | 10 de julio de 2012

Comentarios

  1. GKA
    2012-07-10 20:29

    Estaba lavando la ropa a la llegada de mi viaje en el Transiberiano, cuando mi amigo Eloian, gran viajero también, me comenta que un nuevo artículo acaba de ser publicado en el Libro de Notas, sobre el ajedrez.

    Al leer el artículo me di cuenta que había dejado de ser yo por un momento (es lo que tienen las entregas de este buen hombre) para sumergirme nuevamente en el maravilloso mundo de los peones, reinas y reyes, caballos y demás personajes de la vida real.

    En este caso no estoy desnudo en la calle, ni voy gritando ni tan siquiera tengo manías persecutorias ni detesto razas ni políticas ni países, simplemente me pregunto si hay otro juego que permanezca con reglas claras y perenne en el tiempo, mientras las ficciones del mundo no nos permiten pensar con claridad y la jaula que habitamos (intenret) es en estas latitudes, se constituye como el único recinto donde se exponen ideas que no escapan pero cuya utilidad sigue puesta en cuestión porque no trascienden más allá de nosotros.
    Qué paradoja que el ajedrez siendo cuadriculado si.

    Buen análisis Señor Pascual, esperamos con interés el próximo.

    Sigo lavando la ropa mientras Eloien me pregunta interminablemente sobre verdades del mundo para crear su propia realidad.

  2. Miguek
    2012-07-11 04:41

    Sorprendido me encuentro con la ausencia de Míkhail Tal ;)

  3. Alberto
    2012-07-11 06:21

    me ha encantado, gracias. sigue asi!!

  4. Miguel A. Román
    2012-07-11 15:30

    Escribir esto lleva mucho tiempo y esfuerzo.

    Hay que documentarse, comprobar varias referencias y discernir entre las diferentes versiones, constatar que no son leyendas urbanas ni rumores de enemigos, buscar las partidas, los documentos de apoyo, las fotografías, escribirlo bien y con buena letra y añadiendo el código HTML necesario, etcétera.

    Y luego para, muchas veces, quedarte sin saber si alguien lo lee ni si le gustó, disgustó o quedó indiferente.

    Y todo eso solo por amor a una afición.

    Gracias Pau, que sepas que todo ese trabajo no es transparente: es una delicia leerte, se sea o no aficionado al ajedrez. La única ventaja para los que gustamos de este juego-deporte-ciencia es que disfrutamos mejor de la belleza contenida en esas partidas de ejemplo.

  5. stevens
    2012-07-11 16:00

    que bueno, me encanto

    de torres y evans habia leido poco

    esto y el go son mis aficiones, gracias

  6. Carlín
    2012-07-11 23:35

    Muchísimas gracias! Me encentó leer el artículo, éste y el de el Ajedrez insondable, son una preciosidad! (Los dos que voy leyendo hasta ahora).

  7. juan
    2012-07-12 01:04

    ¿podrían colocar quien jugaba a las blancas y a las negras en cada partida de las q ilustran?

  8. Pau Pascual
    2012-07-12 01:52

    Juan, en la cabecera de cada diagrama se indica “Nombre jugador1 vs. Nombre jugador2”. El primer jugador es siempre el que juega con las blancas.

  9. Pau Pascual
    2012-07-12 02:38

    Respondiendo a @Miguek, no asocio el comportamiento Mihail Tal, genial jugador de ataque y campeón del mundo, a lo patológico. Pero es si verdad que expresó ideas sorprendentes. Ahí van unas palabras suyas:

    «Nunca olvidaré mi encuentro con el maestro Evgeni Vasiukov (Kiev, 1964), durante uno de los campeonatos de la URSS. La posición en el tablero era muy compleja, y yo pensaba sacrificar un caballo. No era una variante muy clara, puesto que existían muchas posibilidades. Comencé a calcular y me horrorizó la idea de que el sacrificio fuera falso. Las ideas se me amontonan en la cabeza: una respuesta del enemigo correcta en determinada situación la traspasaba a otra variante y allí, naturalmente, ese movimiento era inoportuno por completo. Lo concreto es que en mi cabeza se formó un montón caótico de movimientos, a veces incluso sin ninguna relación entre sí, y el ‘árbol del análisis’, tan recomendado por los entrenadores, comenzó a crecer de manera monstruosa.

    No sé por qué, pero en ese momento recordé la célebre poesía infantil de Chukovski: “¡Oh, qué dificil es el trabajo de sacar a un hipopótamo del pantano!”. No podría explicar en base a qué asociación este hipopótamo se metió en el tablero, pero la verdad es que, mientras los espectadores creían que estaba analizando la posición, yo pensaba en cómo demonios podría sacarse a un hipopótamo del pantano. Recuerdo que en mi cabeza se amontonaban cabrestantes, palancas, helicópteros e incluso, una escalera de cuerda. Después de numerosos intentos no encontré ningún método aceptable de sacarle del pantano, y pensé con amargura: -¡Pues que se ahogue!»

    La partida a la que se refiere Tal la podéis ver aquí:

    http://www.chess.com/emboard.html?id=986234

    La reflexión del hipopótamo se dio después de la jugada dieciocho de las negras. A continuación Tal hizo el sacrificio de caballo 19.Cxg7!! y finalmente venció.

  10. Xenius
    2012-07-13 14:49

    Si que ha habido poetas locos, como bomberos, carpinteros o astronautas, de hecho cualquier inteligencia llevada a su máximo extremo, ¿no es en si misma una forma de locura?
    ¿Acaso DeepBlue no es una expresión de la locura del hombre par controlar el mundo? si no lo es, que se lo cuenten a Hal.

  11. Marcos
    2012-07-13 15:18

    Genial, Pau, la cita de Mihail Tal. Y genial el artículo, claro.

    Saludos

  12. Juan Escourido
    2012-07-13 22:42

    Este blog es verdaderamente genial. Te mando mucho ánimo y que continúe por muchos años. Estoy muy contento de haberlo encontrado. Endavant!

  13. Caldar
    2012-07-13 23:56

    Lo de Mihail Tal vale por todo y eso que el artículo es genial

  14. Atzucac
    2012-07-14 02:42

    Muy buena columna. Hoy, a parte de jugar una buena partida, he tenido la ocasión de conocer al columnista que la hace posible.

    A seguir así.

  15. Pau Pascual
    2012-07-14 18:05

    Lo mejor e la partida que comenta Atzucac (jugada en el torneo de Sant Martí, Barcelona) ha sido el análisis que posteriormente me ha regalado. Así da gusto perder!.

    Por cierto, para quien no lo sepa, "Atzucac" en catalan significa "callejón sin salida" y se ha adoptado para traducir el término ajedrecístico "Zugzwang"

  16. Cómo alargar tu pena
    2012-08-05 15:37

    Genial artículo! La verdad es que da ganas de enseñarse bien a jugar al ajedrez, pero sin pasarse, por si acaso… je je

  17. Alberto Berancor
    2012-09-06 06:46

    La foto de Karpov-Korchnoi no corresponde al Campeonato Mundial de Bagui 1978, sino a la final de candidatos de 1974 en Moscú @BetancorAlberto

  18. Juan Carlos Belga
    2012-10-17 22:05

    ¡Realmente genial! Gracias.

  19. Jorge Padilla Ríos
    2013-07-07 07:03

    TRIBUTO A BOBBY FISCHER

    Corría septiembre de 1988, estando de vacaciones durante una excursión que realizamos con mis compañeros de promoción de la secundaria; en el fragor de las algarabías de esos paseos, solía separarme del grupo para buscar algún retazo de artículo o revista, relativo a un protagonista del milenario juego; este fanatismo me acompañaba desde mi adolescencia, y en una de esas salidas, mi búsqueda no resultó vana; pues aún recuerdo la viva emoción que me causó advertir en una librería de Mar del Plata, el libro de Pablo Morán: “Bobby Fischer” su vida y partidas; aquel día había llegado a mis manos la obra que siempre busqué; y que por muchos años fue mi más preciada bibliografía junto a la obra de Svetozar Gligoric, Los Campeonatos del Mundo desde Botvinnik a Fischer, que fue un apreciado regalo de mi querido hermano.
    Demás está decir que los “devoré” ávidamente, tanto su particular biografía, como la reproducción con sumo deleite de las partidas contenidas; siendo casi una obsesión recopilar todas las que ha disputado, desde los inicios de su carrera deportiva, hasta su épica lucha por el Campeonato del Mundo. Con el advenimiento de la era informática, no pasarían muchos años en que conseguiría este objetivo.
    Por aquella época aún discutían en encarnizadas y titánicas batallas, la supremacía del trono mundial los otros dos gigantes, Karpov y Kasparov. Debo decir que seguir a diario la publicación en los periódicos de las partidas disputadas durante sus matches, también me generaron emociones únicas e indelebles.
    Otro agradable episodio acaecido en mi juventud, se produjo cuando conocí y entablé amistad con una distinguida persona, quien a su vez conoció al mismísimo “Bobby” Fischer, y si eso fuera poco, jugó una partida contra Él! siempre guardaré en mi memoria la narración de mi amigo el MF Aníbal Aparicio (por muchos años el mejor ajedrecista del norte Argentino), acerca de Bobby quien después de derrotar convincentemente en Bs. As. la finalísima del Candidatos a la “Boa” Tigran Petrosian; visitó Salta en octubre de 1971 para dar una sesión de simultáneas. El entonces Joven Universitario Aníbal, era ya por entonces un fuerte ajedrecista, que meritoriamente se ganó el privilegio de participar en la sesión como uno de los rivales de Bobby. Cuenta El, que era una noche intensamente lluviosa, y cuando la espera y desilusión ya imperaba el recinto y se pensaba que el invitado no se presentaría, el astro americano de repente hace su aparición! y sin protocolo ni banalidades, instruyó a todos ejecutar por su cuenta e4! “Everybody plays pawn four king!”, y luego de la correspondiente respuesta de sus emocionados rivales, procedió a replicar vertiginosamente de mesa en mesa de las veinte que contempló el evento. No menos interesante le fue contemplar sus peculiares ademanes; y en el tradicional saludo, al estrechar la amplia mano del Gran Maestro y mirar su rostro, dijo ver unos expresivos ojos de penetrante mirada; que presagiaban el devenir de una insólita celebridad mundial. No creo que entonces, le haya afectado mucho a mi narrador (y en realidad a todos sus compañeros!) el resultado deportivo de la contienda, pues acababa de verificar técnicamente, las consecuencias de una “pequeña” inexactitud, en respuesta a una de las líneas abiertas derivadas por el movimiento e4 de las Blancas. Reitero que mi amigo ya era un fuerte candidato a Maestro, pero el punto es que había jugado contra “El Maestro”. Lo suyo realmente fue una experiencia memorable!
    Mucho se ha escrito acerca de Bobby, de sus colosales proezas, su prodigiosa memoria, su agresivo, combativo y único estilo, y principalmente su férreo instinto asesino. Pese a todo ello, creo que cada uno de los que admiramos el arte de este inefable ajedrecista, tenemos nuestra propia opinión acerca de su estilo, sus fortalezas y debilidades; y lo que supusiera para la historia del ajedrez, su continuidad después de aquel épico match con Boris Spassky en Reykjavic 1972.
    Admito en que antes, durante y posterior a él, existieron jugadores al que los expertos denominan más “brillantes”, como por ejemplo: Alekhine, Bronstein, Tahl, Spassky, Stein, Kasparov y últimamente Shirov. Pero porqué se les considera jugadores más brillantes? en mi modesto entender, estimo que un jugador considerado brillante, es aquel que regularmente ejecuta partidas deslumbrantes, caracterizadas por combinaciones, sacrificios en serie y fulgurantes ataques; pero que pese a que producen una honda sensación estética, las mismas por lo general no resisten profundos análisis, al hallarse en ellos algún hueco u “hole” que descalifica el llamarlas partidas perfectas; concluyéndose que una partida “brillante” no precisamente es impecable; pero una partida perfecta (o al menos casi) necesariamente debe ser una auténtica brillantez, por su calidad y desarrollo en conjunto. Es aquí a donde apuntaba la maestría de Fischer, pues su juego era lógico, rectilíneo y puro; siempre buscaba la verdad, y la encontraba gracias a su portentosa erudición, a su genialidad en cada fase de la partida, elevada técnica y a su profunda capacidad de cálculo; cualidades éstas, que generalmente le reportaba conducir sus partidas con maestría y precisión impecables.
    Si consideramos que una partida de ajedrez magistralmente jugada, consiste en una conducción que vincula coordinada y eficazmente todas las facetas del juego (transición de la apertura al medio juego y de éste al final), para cuyo efecto se ha dispuesto de inventiva, creatividad y precisión; la obra así labrada no puede ser menos que una gema, una obra de arte; y una obra así, no puede ser ejecutada “invariablemente” por un prominente Gran Maestro, sino necesariamente por un jugador extra clase.
    Cierto es que Fischer no forzaba (tampoco las evitaba) generar posiciones complejas e inciertas para desarrollar deslumbrantes ataques, pues actuaba según las particularidades de la posición; consecuentemente con ello, si en la misma disponía de una ventaja microscópica pero tangible, optaba por el procedimiento técnico más eficiente, simple pero demoledor al más puro estilo de Capablanca; cuando la característica de la posición estaba madura para una definición por la vía rápida, infaliblemente desplegaba una fulgurante combinación al estilo de Morphy; y si a su vez, la contienda reflejaba equilibrio; para asirse con la iniciativa, el enérgico juego de Bobby siempre se mostraba combativo, explotando sus posibilidades hasta el límite, forzando a sostener una intensísima lucha hasta el último peón!; semejante tensión sobre el tablero, quebrantaba hasta la más férrea de las resistencias, donde el descenso de la energía rival, le propiciaba oportunidad para ejecutar una secuencia letal. Muchas víctimas, entre ellos destacados Grandes Maestros, indicaron que les resultaba muy desagradable jugar contra un oponente con un instinto tan asesino. Esta persistencia y voluntad férrea de ganar, recordaba al gran luchador que fue Lasker (el hombre de las grandes circunstancias). Y es que en el juego de Bobby, se fusionaban virtuosamente las cualidades de estos gigantes (especialmente el de Capablanca), pudiéndose sintetizar que su combativo estilo era universal, dominando tanto el juego posicional como el combinativo, con una marcada fiereza agresiva; ello consecuentemente le erigió constituirse a Bobby Fischer en el más grande talento natural, que unido a sus inigualables logros y altos porcentajes, le reportó el incuestionable honor de ser considerado el más grande ajedrecista que haya existido.
    Empero, la necesidad de tener el control absoluto de la partida, le inducía a no extenderse demasiado en ejecutar movimientos especulativos de extremo riesgo, donde no es posible para ningún humano estimar las consecuencias a través del cálculo; es por ello que en sus partidas no se advierte frecuentes posiciones confusas y complejas, como por ejemplo en las partidas de Tahl, kasparov o más recientemente de Shírov; sino más bien posiciones propensas a la claridad. De ahí es que resulta difícil señalar sus debilidades, pero como todo ser humano indefectiblemente los tiene, posiblemente una debilidad de Fischer radicaba en que pese a su incomparable comprensión y conocimiento del juego, tenía obsesión por dominarlo todo; pero el ajedrez es prácticamente infinito, por lo que es imposible abarcarlo con el cálculo concreto de variantes; puesto que en determinadas situaciones, la posición de una partida indistintamente su complejidad, requiere a veces del aspecto intuitivo, que aunque no le faltaba, generalmente no recurría, porque lo consideraba especulativo; y el hueco que a veces dejaba este afán, era donde sus oponentes ocasionalmente encontraban su oportunidad. Asimismo analizando la causa de sus derrotas, se denota que fueron consecuencia de su pragmática tendencia a aceptar casi ineludiblemente sacrificios de peón en la apertura de la partida, según el color de las piezas a conducir (verbigracia: la variante del peón envenenado en la defensa siciliana, la defensa francesa o en la variante Marshall de la Ruy López), o en cualquier posición avanzada en la partida; pues si percibía que no había razones tangibles de peligro los aceptaba, ya que siempre jugó a ganar; y su gran calidad y confianza en sí mismo le permitía resistir tenazmente la iniciativa rival, logrando rechazar su ofensiva para pasar luego a un mortal contraataque; pero esto invariablemente significaba defenderse al borde del abismo, y cuando en su defensa no lograba plasmar e imprimir su típico dinamismo, ingresando en una posición sin contrajuego, era donde corría peligro de derrota, y precisamente era allí cuando se producían sus aisladas capitulaciones.
    Entre sus principales logros; puede decirse que fue el candidato al campeonato del mundo más joven de la historia, pues a los 15 años clasificó para el torneo de candidatos, adquiriendo el título de Gran Maestro, el cual por muchos años constituyó un récord; hasta que la jovencísima Húngara Judith Polgar lo rompió a los 14 años de edad. Fischer fue uno de los pocos GM de la historia en ganar todas las partidas (once) disputadas en un torneo, precisamente en el campeonato de los EEUU en 1963.
    En Herceg Novi (Yugoslavia 1970) participó en el considerado campeonato mundial de blitz, donde también tomaron parte los mejores jugadores del mundo en la especialidad, ganando por 4,5 puntos de ventaja precisamente sobre su más difícil rival, el ex campeón mundial Mijaí Tahl; y ante el asombro de todos, los dos fueron los únicos capaces de reproducir de memoria cada una de las 22 partidas (unos 1056 aproximados movimientos) que jugaron en el torneo!
    Antes de su gran ascensión al más alto podio, Fischer había establecido un récord prácticamente inigualable; había ganado veinte partidas consecutivas, de las cuales doce fueron ante rivales de elevadísima categoría, de la talle de los GMs Taimanov y Larsen, a quienes endosó respectivos 6 a 0!! Los expertos no lograban explicar estos fantásticos resultados, pero el gran público los aplaudía fervientemente. En la final de la candidatura Bobby derrotó convincentemente al hombre más difícil de vencer, al ex campeón mundial Tigran Petrosian, desplegando un nivel de juego nunca antes visto; la precisión, inventiva y la casi nula presencia de errores, convergieron en el juego de Bobby. Ya sólo quedaba Spassky en su camino al título mundial; los rusos se dieron cita para evaluar la situación, ya que dos de sus grandes maestros habían sido literalmente aniquilados; por lo que había que preparar de la mejor manera al Campeón Mundial para defender con éxito el título; para ello fue imperativo disponerle a Boris de analistas, ayudantes, asesores. Esta tarea se tornó en un compromiso moral a nivel nacional, pues se invocaba a todos los ajedrecistas del país, para aportar estudios, análisis, novedades de apertura y variantes. El gobierno estaba preocupado; el orgullo de toda una Nación estaba en juego, pues el temor a perder el cetro mundial que engalanaba sus vitrinas desde 1948, exacerbaba al Estado; por primera vez se amenazaba seria y progresivamente a la hegemonía rusa, y precisamente provenía de un ajedrecista individualista, cuyo origen era de aquel país con quien menos desearían claudicar; la idea de esta desagradable posibilidad les era un auténtico anatema; ya que nunca antes hubo tangibles argumentos para todo aquello. Un fantasma recorría el ajedrez soviético! el fantasma de Bobby Fischer!
    Por primera vez en aquellos años, el nombre de un ajedrecista se publicaba por todos los medios, rebasando en rating y difusión incluso a figuras deportivas de la categoría de Muhammad Alí (campeón mundial de peso pesado), Marck Spitz (campeón mundial de natación y futuro plusmarquista olímpico), Edson Arantes Do Nascimento “Pelé” (Campeón Mundial de Fútbol), I. Natase (N°1 del tenis mundial) y Jackie Stewart (Campeón Mundial de Fórmula I). Nunca antes el ajedrez se antepuso en la prensa mundial de manera tan ostentosa y frecuente. La genialidad, el carisma de Fischer y sus impresionantes resultados, fueron los responsables de todo aquel boom.
    El hasta entonces encuentro más esperado que se denominó “El Match del Siglo”, se iba a disputar en la capital Islandesa de Reikjavic en la primavera de 1972. Spassky estaba magnánimamente preparado, seis meses de constante investigación e intenso estudio coadyuvaron en ello! Su mente portaba una colosal información, había estudiado casi a fondo el juego de Fischer, y en base a ello prepararon variantes y novedades de apertura con los que sorprendería al temible norteamericano. Es probable que hasta el mismísimo Botvinnik aportara en dicha preparación, pues durante su preparación para enfrentar a Fischer en un match amistoso (encuentro que lamentablemente fue abortado) seguramente habría preparado algún bagaje teórico, que sería muy útil para su compatriota. Después de semejante preparación, los rusos confiaban que su hombre fuerte protegería los intereses de la nación. Todo el pueblo le expresó su apoyo, despidiéndole en el aeropuerto de Moscú para tomar el vuelo rumbo a Reikjavic.
    Bobby se preparó de manera diferente, lo hizo literalmente solo y dio un paso más allá, calculó acertadamente que los soviéticos prepararían novedades en sus sistemas de apertura favoritos; por lo que amplió significativamente la gama de aperturas a emplear en el match, aportando novedades teóricas inclusive en cada una de ellas!
    Después de un comienzo dubitativo en el match, debido a desavenencias financieras con la organización, y también técnicos en cuanto a iluminación y grabación televisiva; aspectos sobre lo cuales se han escrito ríos de tinta; Bobby jugó de manera soberbia, evitó las sorpresas preparadas por su rival, variando en cada partida de una apertura a otra, entre las cuales produjo partidas de singular belleza; el detentador del título estaba sobrecogido por el completísimo conocimiento del retador; y sólo debido a su gran clase y espíritu de lucha, pudo en ocasiones Spassky jugar su ajedrez variado y dinámico, que en muy aisladas partidas le reportaron éxito, pero estuvieron lejos de ser suficientes. Bobby se impuso en el match concluyentemente; la corona del campeón mundial cambió de manos.
    Quiso la historia que le haya tocado a Boris Spassky (un verdadero caballero del tablero) la responsabilidad de defender para su país el título más preciado, ante el probablemente más peligroso adversario de todas las épocas; por lo que no fue su culpa el no haber tenido éxito; Fischer sencillamente fue superior, en realidad había alcanzado un nivel de juego muy por encima de su tiempo; ya que al decir de Kasparov, Fischer en 1972 se adelantó a su época en 15 años; éste predominio y superioridad sólo lo pueden lograr los genios, con la combinación de talento y determinación; y ello, la historia sólo les permite a los héroes!
    Los Grandes Maestros Miguel Tahl, Efwim Geller y Boris Spassky, otrora, jugadores dinámicos y combinativos, de agresivo estilo atacante; fueron rivales de Fischer contra quienes ha jugado sus más interesantes partidas, a la vez que más dificultades tuvo durante su carrera deportiva; probablemente por ello, es que un hipotético match contra otro colosal contendor con similares cualidades a las descritas (sino mayores) como Kasparov en sus respectivos mejores tiempos; hubiera marcado el más emocionante e interesante duelo de todos los tiempos, pues habrían abundado los gambitos, sacrificios, contra sacrificios, activas defensas, contraataques, jugadas geniales, etc.; cuyo vaticinio del resultado de la contienda, no me aventuro a expresar; pues pecaría de auténtico fanatismo!…; pues, sobra y basta con la difícil tarea de predecir el resultado de su abortado match contra Karpov, el mismo que sí intentaré expresarlo; pero me estoy adelantando un poco.
    Por ahí leí que el actual campeón del mundo el indio Viswanathan Anand (uno de los campeones mundiales más estimados por la afición, debido a su afable y sencillo carácter), comparando las carreras ajedrecísticas del undécimo y trigésimo campeón mundial, dijo que Kasparov es un poco mejor que Fischer…, obviamente, la opinión de Anand es digno de toda consideración y respeto; pero he aquí que no es explícito, “un poco mejor” en qué?, por lo que en mi modesto entender, permítaseme intentar aclarar esta ambigüedad, y discrepar con él por las siguientes razones:
    Considerando que Kasparov dispuso de todo cuanto precisó para obtener el máximo efecto en su rendimiento, como ser: el haber nacido en la nación que rendían el mayor culto al ajedrez, donde una tremenda competitividad le propició desarrollar su talento; de cuyo seno, se le permitió recibir una portentosa instrucción del mejor maestro al que se puede aspirar (Botvinnik), los mejores ayudantes y analistas, la regular participación en los más fuertes torneos; la invaluable experiencia que le reportó jugar extendidos matches con el más fuerte maestro en el arte del juego posicional (Karpov); prerrogativas éstas, que le permitieron universalizar su estilo y tal experiencia práctica (quizás nunca antes ni después alcanzada), le propició alcanzar el más alto pináculo.
    En contraposición, Fischer ha conseguido sus singulares logros, absoluta y literalmente sólo, pues desdeñaba disponer ayudantes, y de hecho técnicamente no dispuso de los que le asignaron para su enfrentamiento en el campeonato mundial contra Spassky, alegando que “sólo otro Fischer podría ayudar a Fischer!”. Fue un genuino ejemplo de autodidacta, una especie de intrínseca fusión hombre-ajedrez, que estableció sin paralelismo, el mayor distanciamiento en nivel de juego con respecto a sus más fuertes rivales contemporáneos; pero lamentablemente una vez obtenido el máximo galardón mundial, debido a su auto enclaustramiento y ostracismo, no llegó a demostrar una posterior hegemonía.
    Por lo que si Anand quiso decir que Garry al tener una carrera más convincente como Campeón Mundial por el mérito de mantenerse en la cumbre por más de veinte años con sus ininterrumpidos éxitos deportivos, le considera “un poco mejor”, probablemente tenga razón; y en el caso de referirse a lo estrictamente técnico como la calidad de juego, considero que sus niveles en cierta forma llegaron a ser equivalentes, ya que cada uno en su tiempo produjeron auténticas obras magistrales, tanto en el juego de posición como en el combinativo; aunque éstas últimas por cuestiones de estilo, hayan sido más frecuentes en las partidas de Kasparov; denotando que de manera habitual, dispuso a su servicio de la valiosa cooperación de prestigiosos analistas, entrenadores y segundos; ello por supuesto, no desmerece en absoluto su impresionante carrera; pero coadyuvó a que el juego de Garry sea más brillante y variado que el de Bobby; pues en sus partidas siempre se aprecia la búsqueda de la belleza; pero este término en el juego de Fischer tenía otro significado, y consistía en la precisa y efectiva ejecución de una estrategia magistralmente concebida, desde el inicio hasta el final de la contienda (a esto se denomina juego lineal, un ajedrez puro); y para lograr aquello, jugaba en forma consecuente en todos los estadios de la partida; sea en la conducción de un juego posicional, ataque, defensa activa, o el sacrificio por contraataque.
    Bobby todo lo consiguió literalmente solo; no precisó la ayuda técnica de ningún ayudante, por lo que no debió nada a nadie, sencillamente no los necesitó; pues su talento era único y su juego genial en todas las fases de la partida. Es interesante citar el comentario de Larry Evans (amigo y co-autor de Bobby en la confección de su obra cumbre Mis 60 Memorables Partidas); “Soy la persona más influyente en Bobby, y mi influencia sobre Él es nula!”.
    Pero en lo que discrepo completamente con el Sr. Anand, es que si se refirió a lo eminentemente deportivo y fuerza ajedrecística; pues, aunque Garry Kasparov monopolizó convincentemente su dominio en el ajedrez mundial a través de un regular juego brillante, la magnitud de su hegemónica superioridad con respecto a sus contemporáneos, fue inferior al establecido por Fischer (esto lo corrobora la respectiva diferencia de puntos ELO, entre el primer clasificado respecto al segundo). A su vez cabe denotar que para ascender al olimpo, la lucha de Garry se desarrolló en un escenario donde los más fuertes oponentes precisamente fueron sus propios co-nacionales, y no así la concentrada y colosal fuerza de una legión de los mejores jugadores del mundo, apoyada acérrimamente por su gobierno, al que Fischer tuvo que enfrentar y derrotar, en el período de mayor aspereza política (la Guerra Fría entre la URSS vs. EEUU).
    Por lo que Sr. Anand por favor excuse Ud. a este modesto admirador suyo, pero por todos los argumentos vertidos, considero que Fischer fue el jugador más completo de todos, y ello en mi criterio, significa el mejor ajedrecista de todos los tiempos; y en ese contexto, creo que una legión de ajedrecistas no le discutirán que Kasparov no tiene rival, en el segundo puesto; con el respetuoso permiso de Capablanca y Alekhine.
    Sumiéndonos un poco a una fantasía metafórica, para denotar lo alcanzado por Fischer, por su entera devoción al ajedrez; me remito a la célebre versión de la obra de Goethe, donde El Dr. Fausto, vendió su alma al diablo a cambio de conocimiento y poder. Fischer en cierta forma, pactó lo mismo a sus 13 años con Caissa la Diosa del ajedrez (justo antes del Torneo de Rosenwald 1956…), a quien por su entrega en cuerpo y alma al juego de reyes, habría pedido a cambio el don del mayor talento ajedrecístico jamás brindado a una mente humana. Por lo que parafraseando la dimensión del logro deportivo de Fischer, resulta semejante al resultado del siguiente encargo que le hiciera Caissa: “…, de acuerdo, satisfaré tu deseo, pero es que además me pides ser el más grande!; pues bien, será una tarea escabrosa y muy espinosa; por lo que prepárate para iniciar la obra más grande de tu vida; deja a tu familia y amigos, y sígueme; toma este compendio, examina y estudia concienzudamente a fondo la obra de todos tus antecesores, obtén su sabiduría; pero eso sí, en toda esta compleja empresa tendrás que trabajar solo!
    Bien, ya lo hiciste…? Pues ahora sal y enfréntate a todos tus contemporáneos; no los temas, respétalos, pues serán los mismísimos propietarios de la hegemonía a quienes tendrás por rivales; y en aras de defender para su nación, el monopolio del prestigio intelectual que les pertenece y les es lo más preciado, en bloque y con todas sus fuerzas; te pondrán todos los obstáculos a su alcance; pero tú sigue, no importa cuantas veces caigas, levántate, vuelve a hacerlo, no hay cansancio, dolor ni desaliento! cada fracaso te hará aún más fuerte! lucha enconadamente, pues desde ahora tu misma vida está en juego; derrótalos y luego hazme testigo de tu gesta, emulando lo que Julio César hizo: vini, vidi vici; y arrebátales el título. Hazlo, hazlo! pero no olvides que después de tu conquista, ineludiblemente deberás honrar la segunda parte de nuestro pacto…”
    Pese a ser dueño de una arrolladora personalidad y de un difícil carácter, Fischer siempre fue honesto consigo mismo y con sus seres de confianza. Después de alcanzar el objetivo de su vida arrancando la corona del seno soviético; Bobby habría cumplido su compromiso con Caissa…! Pues desapareció del mundo del ajedrez, refugiándose en una secta “La Iglesia de Dios” ubicado en Pasadena (un barrio de Los Ángeles), bajo la custodia de una tal Sra. Claudia Makarov, quien actuó como un centinela a pedido de Bobby, ocultándolo de todo contacto con el mundo.
    Creo que muy pocos mortales aceptarían consagrar su vida a semejante objetivo por tan estrecho y espinoso sendero! en esas condiciones hubiera sido una hercúlea y prácticamente imposible tarea incluso para el mismísimo Kasparov, el mejor discípulo (pero no el mejor autodidacta) de la escuela soviética; pero he aquí, que el encomendado por Caissa se llamó Robert James ”Bobby” Fischer. Quien antes de concretizar el objetivo de tan magnánima empresa, dominó el ajedrez mundial durante tres años (y cómo lo dominó!), en los mismos ha demostrado una fuerza deportiva excepcionalmente superior, al haber rozado la perfección por la casi ausencia en su juego de todo error ajedrecístico, habiéndole ayudado a su innato y sin parangón talento, el asombroso coeficiente intelectual de 184 (el nivel de un genio!), indicando que su genialidad se codeaba con los de Aristóteles, Da Vinci, Newton y Einstein!. Definitivamente Bobby dispuso de las mismas virtudes y facultades mentales que la Divina Providencia anteriormente dotó a sus “Geniales Predecesores”.
    En cierta manera coincido con Kasparov en que posiblemente Fischer “temió” perder su título ante Karpov en 1975; aunque creo que es más preciso decir que dudó retenerlo; pues esta vez el fantasma de la derrota surcaba su mente; pero acaso tener miedo es malo y no es de humanos? acaso alguno de los más grandes logros no se han conseguido por efecto del miedo al provocar la inyección de una fortificante adrenalina que en determinados y excepcionales humanos, les ha estimulado el ardor deportivo?. Fischer era consciente que mientras él estaba alejado de las lides en el tablero (al menos deportivamente), la grandiosa campaña de la extinta URSS, movía cielo y tierra en aras de producir en el firmamento soviético otras estrellas dignas de relevar a la vieja, brillante pero alicaída guardia. Paralelamente de manera ferviente se buscaba producir al talento capaz de recuperar la corona, ahora en manos de occidente y precisamente del país que más dolor les produjo perder la hegemonía. La nueva estrella portaestandarte no les tardó en llegar, cuando después de una exhaustiva serie de matches en el candidatos, se erigiera como desafiante al trono, alguien que convincentemente derrotó a Spassky el otrora contendor de Fischer; no obstante, probablemente Boris no se encontraba en mejor forma que en 1972 aunque haya aducido lo contrario y lo haya corroborado el mismísimo Kasparov (dado el tremendo golpe psicológico sufrido a manos de Bobby en el match del Siglo); seguidamente Karpov consiguió algo similar con Korchnoi. Indudablemente para Fischer el nuevo gigante le era totalmente desconocido, resultándole incómodo la idea de disputar un match contra quien nunca ha jugado partida alguna, y a quien Spassky por experiencia propia, le definió como un Petrosian mejorado, por su excepcional solidez, depurado estilo, elevada técnica y mayor espíritu de lucha.
    Probablemente uno de los métodos considerados válidos para evaluar el estilo de juego de un jugador, es relacionando y comparando las similitudes de su juego con el de otros jugadores referentes de marcado estilo; bajo este criterio, diversos expertos coinciden que el juego de Karpov es muy similar al de Capablanca, pero tal vez con mayor espíritu combativo; el de Kasparov es afín con el de Alekhine, con un mayor dominio del juego de posición. Y por ahí leí la afirmación de un experto, de que el juego de Fischer se amalgamaba con las características del juego luchador de Lasker, la claridad y lógica del juego de Capablanca; y la profundidad de cálculo, fanatismo y capacidad resolutiva del juego de Alekhine. Si bien ratifico dichas aseveraciones de similitud con el juego de sus ilustres predecesores; empero, sintetizando objetivamente el estilo del juego de Fischer con los jugadores inmediatamente posteriores a su puesta en escena; y por paradójico que pueda parecer, a mi modo de ver, me animo a expresar que es más preciso indicar que el juego de Bobby en cierta manera es la combinación del estilo de Karpov con el de Kasparov, por la convergencia en su juego de las principales virtudes de estos dos fenomenales ajedrecistas; fundamento esto por lo siguiente: Si bien con respectivas variaciones, pero de manera general; una faceta del juego de Bobby se parecía y acercaba a la solidez y tenacidad de Karpov, como asimismo otra faceta se aproximaba al juego agresivo y combinativo de Kasparov aunque en menor escala por cuestiones de enfoque y estilo; pero que sumando a dichas cualidades su típica fiereza y ardor deportivo, su inmenso conocimiento del ajedrez y su casi inhumana sed de estudio y auto superación; la fusión así obtenida, refleja el intrínseco y potente estilo de juego de Fischer, lo que fundamentadamente confiere considerarlo técnicamente en el jugador más completo. Pero en contraposición y en detrimento suyo, semejante potencia en su fuerza de juego, fue inversamente proporcional a su estabilidad emocional, por lo que su enemigo más peligroso precisamente se llamaba Robert James Fischer; pues debido a su carácter retraído y temperamental, siendo excesivamente individualista; su carrera hacia el título mundial en más de una ocasión se ha visto postergada. La manera siempre consecuente en defender sus principios, en pro de las mejores condiciones para los ajedrecistas, junto a las enormes listas de exigencias a cumplirse para propiciar su participación en cualquier torneo, generalmente le reportaba la antipatía de los organizadores; tal es así, que generó disgusto en uno de los anfitriones más ilustres, como fue el del Príncipe Rainiero (quien fue un entusiasta aficionado) que se “cabreó” con las exigencias que parecían brotar del cuerno de la abundancia por parte de Fischer, durante el fuerte torneo internacional que en el año 1967 organizó el principado de Mónaco. Cuenta la anécdota, que para el referido torneo Internacional de Mónaco, Rainiero muy entusiasmado con el carisma y fama de Bobby; invitó a la Federación Norteamericana para que envíen a tres ajedrecistas de renombre, imponiendo la condición de que uno de los jugadores precisamente sea Fischer; después del torneo en cuestión…; en el siguiente torneo de 1968, la condición fue de que ninguno de los tres jugadores sea Fischer!.
    La disputa del match entre Fischer y Karpov en 1975, despertó gran expectativa a nivel mundial, hasta tal punto que el país anfitrión (Filipinas) que se impuso en la pugna para organizar el match bajo la activa gestión del entonces presidente Ferdinando Marcos, quien ofertó la estratosférica suma de 5 millones de dólares. Todo el mundo esperaba presenciar un combate incluso superior al de Reikjavic, tanto por la inmensa calidad de los contendores, como por el trasfondo político que volvería a revestir (con mayor fuerza) el nuevo encuentro. La situación ahora era diferente, dado que se intercambiaron los papeles; pues ahora el retador personificaba al país cuyo orgullo había sido hondamente herido tres años atrás; y por ende ardía en deseos de recuperar su anterior hegemonía; y el detentador del título, precisamente representaba al país que en aquellos años se constituía en su mayor rival político.
    Esta atmósfera revelaba la magnitud del respaldo que el pueblo soviético proferiría a su nuevo embajador. Y en efecto! a Karpov (por precisas y ardorosas instrucciones del Kremlin a través del entonces Premier Nikita Krushev) le habrían dispuesto a su servicio, toda la maquinaria ajedrecista soviética para su asistencia técnica, dotándole de un colosal apoyo (entrenamiento, analistas, ayudantes, psicólogos, preparadores físicos, material logístico, etc.) para destronar al temible americano.
    El futuro campeón mundial Anatoli Karpov poseía un colosal talento, que parecía no tener debilidades; pues en posiciones equilibradas literalmente podía “extraer agua de la roca” para desequilibrar la balanza a su favor y derrotar a sus rivales; asimismo tenía una capacidad extraordinaria para defender posiciones difíciles, como lo ha demostrado en los matches preliminares; posiblemente esta cualidad haya sido una de las razones que infundió inseguridad en Bobby; pues para romper esa solidez, debía estar en óptima forma y ello necesariamente demandaba tener una intensa actividad contra los mejores jugadores del mundo; exigencia que no volvió a ser puesta a prueba, desde que se coronó campeón.
    Cuando Bobby fue llamado a concertar las condiciones para su match contra Karpov, fue percatable que Fischer perdía progresivamente interés en defender lo que le fue más precioso en la vida, pues es comprensible (aunque no aprobable) que Bobby impusiera duras e inaceptables condiciones para jugar el match; esta actitud revelaba tácitamente el argumento con el que encubría su inseguridad y desinterés por defender su título.
    Empero a su vez, también me animo a discrepar con Kasparov (con humildad claro está), cuando indica en el Tomo IV de su magnífica serie “Mis Geniales Predecesores”, que de haberse disputado el match de 1975, Karpov de 24 años lo hubiera ganado. Si bien lo que esgrimo también puede ser una especulación, pero creo que no sin sentido ni argumento. Probablemente Karpov hubiera comenzado ganando el match, dado su óptimo estado de forma por su continuidad deportiva en los fuertes y provechosos matches previos; empero durante el transcurso del match, el “aletargado” Fischer aunque no sin dificultades, paulatinamente habría recuperado su forma (es por eso que impuso la condición de un match sin límites de partidas), hasta permitirle revertir el tanteo del encuentro; y esta aseveración se fundamenta en su reconocida experiencia, genialidad y fenomenal espíritu de lucha; pues pese a su retiro, a los 32 años aún no habría llegado a la cresta de su potencial intelectual (que suele considerarse a los 36 años), y en ese nivel, el mejor Fischer era insuperable. Una hipótesis que corrobore esta afirmación se basa en que Karpov (quien reconoció que en 1975 Bobby era el más fuerte) recibió un importante apoyo (similar al que se le habría brindado ante Fischer) para derrotar al “Terrible” y apátrida Víctor Korchnoi, pero que pese a estas prerrogativas acontecidas en Baguío 1978, no ha demostrado impecabilidad en su juego ni una superioridad tangible, dado que la diferencia de puntuación ha sido ajustada (6 – 5), donde un consolidado Karpov de 27 años, tuvo dificultades para derrotar a un Korchnoi de 47, quien en sus mejores tiempos ha sido derrotado por Petrosian en 1971 y convincentemente por Spassky (10 años atrás) en 1968, y a quienes Fischer literalmente aniquiló entre 1971 y 1972 respectivamente; implicando que Korchnoi en 1978 pese a vengarse en la fase de candidatos de los ya afectados ex-campeones Petrosian y Spassky en 1974 y 1977 respectivamente; por cuestión de edad y restos de energía, no podría en 1978 ser mejor a sí mismo que del año 1971, cuando era más joven y fuerte física y deportivamente. Por ende y ley Transitiva, a su vez, la fuerza de Karpov no podría ser superior a la de un más maduro y experimentado Fischer en la plenitud de sus facultades en 1975. Por lo que de haberse jugado el tan esperado match, Fischer lo hubiera ganado, pero de haber retornado nuevamente al ostracismo, en el siguiente ciclo de 1978 o el sub-siguiente en 1981, probablemente Bobby hubiera perdido, pues ante la cismática e inconstancia, no hay genio al que la Diosa y la vida no terminarían por castigar; prueba de ello aunque por diferentes razones, es lo que les pasó en su momento, a los entonces considerados invencibles Capablanca y Alekhine.
    Cómo habríamos disfrutado ese encuentro! tanto, que hasta a veces pienso que fue una lástima y gran pérdida para el ajedrez, que no se hayan aceptado esas sus excesivas condiciones, con tal de haberlo vuelto a ver en acción…! Pero vamos, seamos objetivos! ¿Por favor me excusan? pues es la inexcusable expresión de las emociones de alguien que aún lamenta por lo que pudo ser y no fue.
    Pero permítanme continuar; de haber sido Bobby un genio más equilibrado y haber continuado vigente; la ley de la vida se hubiera impuesto, ya por la edad, la disminución de sus fuerzas y el aumento de la de sus rivales, en algún momento hubiera caído (tendrán razón los que sostienen que la CIA, para evitar lo posteriormente inevitable, ocultaron a Fischer…?) ya en manos de Karpov o de Kasparov; ciertamente ello nos habría dolido a muchos y alegrado a otros…, pero que fantásticas luchas habrían producido sobre el tablero! Definitivamente durante su reinado siendo un jugador activo, Bobby habría marcado el período más enigmático, imprevisible, emotivo e interesante de toda la historia de este milenario juego. Cuánto perdió el ajedrez con su prematuro retiro!
    En 1982 se supo que en Pasadena Fischer fue arrestado por ser confundido con un delincuente, cuenta él que fue torturado para forzarlo a que admitiese injustamente su culpabilidad. Posteriormente corrieron rumores que se encontraba en una crisis económica, y que vagabundeaba errante para granjearse sustento, cuando una sola participación en un torneo comercial, le hubiera bastado para asegurar su futuro económico! Pero Fischer era fiel y honesto consigo mismo, nunca el dinero le fue más importante que sus propias convicciones y principios.
    Cuántas historias se generaba y ventilaba en torno a su mítica figura! El misterio y el enigma enarbolaron a Bobby Fischer como a ningún otro deportista o personaje, no sólo del mundo del ajedrez.
    En el año 1983 se organizó realizar en Pasadena el Match Final del ciclo de Candidatos entre Kasparov y Korchnoi. Que dicho sea de paso, el motivo de organizar el match prácticamente en la “casa” de Bobby, tenía fines de generar contacto y motivar su retorno; pero no hizo más que distanciarlo, pues ni siquiera el periodista más influyente de aquellos años Dimitrije Bjelica (uno de los más cercanos amigos de Bobby de los años 60), no pudo ocultar su frustración al verse impedido por la Sra. Makarov para tener un contacto aunque sea telefónico con Él. Fischer al saber que sus colegas jugarían en su reducto, no esperó a que lo buscaran, granjeándose ningún riesgo de que lo encontraran; y huyó hacia Los Ángeles. Empero, dicha huida no llegó a ser del todo consecuente, pues por razones políticas, el evento del esperado encuentro se suspendió para ser llevado a cabo en la capital londinense.
    Nadie podía ubicarlo, y menos aún tener algún contacto; todo sobre Él provenía de rumores, por lo que el enigma sobre su paradero incrementaba su leyenda. En cualquier evento ajedrecístico estaba presente su nombre; las tertulias eran amenas, pues hablar del genio era cercano a hablar del escocés William Wallace, o de Ulises, Aquiles u otro héroe mitológico. Pues la pregunta no contestada del millón siempre era la misma, donde está Fischer…? dicen que lo vieron…, que está en Pasadena, y está igual, deformando sus bolsillos con todo retazo de periódico que encuentra sobre artículos de ajedrez; que gana todas las partidas blitz que en secreto juega contra los GMs…!, que está al tanto del acontecer mundial; y que prepara su retorno para restablecer el orden…!
    El GM argentino Miguel Angel Quinteros, que acompañó a Bobby en las instancias finales de su match contra Spassky (a quien se ve en un video sujetando la corona de laurel y subiendo con Bobby triunfante a la nave que los traería de regreso a EEUU); fue quizás el ajedrecista que más contacto tuvo con Bobby, incluso en el período de su auto reclusión; pero era evidente que su amistad era leal, pues no violó su compromiso con Bobby de revelar su paradero y situación; sólo se habría limitado a decir que el genio mantenía su lucidez y estaba igual, que no había mermado su nivel de juego y que en partidas blitz era verdaderamente intratable.
    Se dijo tantas veces que se tramitaba su retorno a las lides ajedrecísticas, pero para desilusión de sus acérrimos seguidores, siempre se supo que se abortaron las negociaciones, por lo que hasta el más crédulo, ya no creía en su regreso. Estaría escrito el destino que nunca más tornaríamos a verle en su clásica pose, pensando jugadas que volvieran a deleitar al mundo de las 64 casillas?
    Fischer Vuelve…!!! decían los titulares de los periódicos en agosto de 1992. Parecía verdad! los trámites organizativos del célebre match de revancha con Spassky en Sveti Stefan estaban en marcha; pero todo podía suceder con el imprevisible Bobby, hasta incluso iniciada la contienda!
    Y finalmente volvió! su retorno naturalmente causó honda emoción en el mundo del ajedrez. Como será ahora después de veinte años? seguirá manteniendo su nivel de juego? Después de ganar a Spassky, retará a Kasparov? Eran las típicas preguntas de todo fan. Tras su brillante debut en la primera partida, seguí con gran entusiasmo el desarrollo de todo el match, esperando que después de unas cuantas dubitaciones, recupere finalmente su forma y aplaste convincentemente a Boris, y a soñar en un match con Kasparov, éstas emociones acaso se viven dos veces! (una película de James Bond dice que sí!) pero no ocurrió de esa manera…! un balance general después del match indicaba que Fischer ya no era el mismo, pese a que en algunas partidas mostró destellos de su legendaria fuerza y talento, pero la vida siempre pasa la factura, pues su prolongado alejamiento e insuficiente preparación le impidió definitivamente recuperar su nivel anterior; Kasparov dijo que se “fosilizó”. Si bien ya no tuvo el mismo mérito, pero volvió a derrotar por 10 a 5 a su antiguo rival, quien pese a su mayor constancia competitiva, tampoco estuvo cerca de su mejor nivel.
    Pese a todo, fue indefectible que se hablaría luego de un encuentro contra Kasparov; pero siendo honesto conmigo mismo, en el fondo ya no deseaba que se lleve a cabo (a nadie hará feliz que destruyan la aureola del héroe que más se admira!), pues no era difícil pronosticar quien hubiera sido el vencedor; inclusive ante un hipotético encuentro con el mismo Karpov de entonces.
    El embargo aplicado a la ex Yugoslavia, derivó en la prohibición a todo ciudadano norteamericano de sostener cualquier vínculo o relación comercial con este país; instrucción que fue deliberadamente omitido por Fischer al jugar el match con Spassky en Sveti Stefan en 1992, en parte como repudio a la nación que antaño dedicara su hazaña, y que luego comenzara a herirle de “muerte” con el primer desaire que tuvo al llegar a su tierra, y no ser invitado a la Casa Blanca por Nixon (a quien hasta entonces tanto admiraba); pues definitivamente su esfuerzo y heroísmo no le fueron debidamente reconocidos; pero no por su gente, sino por quienes precisamente le pidieron en nombre de la nación alcanzar la gloria; esto, futuras injusticias y persecuciones, incluyendo desengaños con su iglesia, le fueron minando su psiquis y su mente, provocándole una paranoia crónica que le acompañaría y se agudizaría en las postrimerías de su vida. Estas decepciones indefectiblemente alteraron sus sentimientos, hasta llegar a un enfermizo odio; por lo que consideró que su “enemigo” no podría prohibirle jugar donde él quisiese. Su desacato (previo escupitajo público al documento de advertencia) le supuso arresto con privación de libertad y una multa de $us. 250.000,00
    A su huida de la zona embargada y esquivando la sanción, Bobby volvió a desaparecer hasta 1996, año en que su viejo amigo y colega el GM Miguel A. Quinteros, conjuntamente con el entonces Gobernador de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, quien mas tarde fuera Presidente de la Nación (se saluda su entusiasmo por el ajedrez) le atrajeran a la Argentina, para presentar la invención de su ajedrez aleatorio, el “Fischerandom” o Ajedrez 960 (presentación que por desavenencias organizativas, no tuvo el éxito esperado; lo que marcó su siguiente auto reclusión). Hoy existen numerosos simpatizantes de esta modalidad entre GMs de élite; cuya principal característica radica en sortear la posición inicial de las piezas, donde en el desarrollo del juego, pierde valor práctico la erudición de la teoría de aperturas. En las postrimerías de su vida, Fischer desafió a Karpov y Kasparov a un match bajo esta modalidad, pero no recibió respuesta alguna.
    Durante el siguiente período, se supo que estuvo por Alemania, Filipinas, Japón y Hungría, donde tuvo contactos con los GM Peter Leko, Amador Rodríguez, Gerardo Barbero, el ilustre GM Andor Lilienthal y las hermanas Polgar (Zsusza, Sophia y Judith), con quienes habría intercambiado ideas y análisis de partidas, descontando que también jugaron algunas. Posiblemente algún día salga a la luz mayor información sobre estos interesantes encuentros.
    En el año 2001 ocurrieron penosos acontecimientos para la historia, como aquel fatídico 11 de septiembre con el ataque terrorista dirigido por el saudí Osama bin Laden a las torres gemelas; y en noviembre del mismo año, la triste ida del que fuera integrante de la banda más influyente del siglo XX, el ex Beatle George Harrison. Pero en ocasión de lo sucedido el 11 de septiembre, un exultante ex -ciudadano americano hablaba efusivamente por una emisora de Filipinas, expresando en un lenguaje soez su beneplácito por el suceso; asimismo en sus declaraciones, se percataba un enfermizo antisemitismo. Este episodio demostraba que su paranoia y desequilibrio emocional se agudizaban progresiva y vertiginosamente.
    Hubo un tiempo en que “alguien” anónimo, regularmente participaba en el ICC, a través de la red internet, jugando partidas rápidas, destrozando a todos abriendo el juego con las prosaicas pero originales jugadas 1. f3?.., 2. Rf2?!… (o su análogo con negras); la víctima más famosa fue el inglés Nigel Short (Sub-Campeón Mundial oficioso en 1993), quien narró que en diversas ocasiones recibió un verdadero aporreo a manos de este misterioso contendiente; por lo que en uno de sus encuentros, entre movimiento y movimiento le preguntó: conoce Ud. a Armando Acevedo? la respuesta no tardó en llegar…, “Siegen 1970” (Acevedo fue un fuerte ajedrecista mejicano contra quien Fischer jugó en la Olimpiada de Siegen – Alemania 1970), Short según dijo, por éste y otros detalles, estuvo convencido en un 99% que había estado jugando contra el genio americano; quien posteriormente negó haber sido el aludido “oponente”. A mi juicio Fischer no mintió, pues sentía verdadera aversión a lo falso; y esto en más de una ocasión quedó demostrado su legítima honradez; por lo que Short debió jugar contra algún poderoso programa, instalado en alguna potente computadora, y obviamente manipulado por un (o unos) hábil técnico, no contrario a Fischer obviamente; pues no pocos responderían al toque, sobre tópicos que solamente revela una previa y ávida lectura biográfica…
    En julio de 2004 en el aeropuerto de Narita – Japón, fue arrestado al portar pasaporte caduco, pero la razón principal fue la antigua sanción impuesta en 1992 por George Bush (Padre), manteniendo su vigencia George W. Bush (Hijo). Después de meses de negociaciones, finalmente en el año 2005 Fischer adquiere la nacionalidad Islandesa, lo que le permite liberarse de su arresto y radicar en el país anfitrión que fue testigo presencial de su epopeya. En esa época, creo que una legión de ajedrecistas y aficionados, saludamos el exitoso esfuerzo que hicieron gala en dichas tratativas sus antiguos amigos Islandeses, entre ellos Torarinsson ex – Presidente de la organización del match del siglo de 1972, Saemi Palsson – Guardaespaldas de Bobby durante ese épico evento y Einar Ernasson – Presidente de la Junta Directiva del Grupo de Campañas de RJF, quien llegó a ser de Bobby su más fiel y cercano amigo, hasta sus últimos días.
    El nuevo hijo mimado de Islandia vivió el último período de su vida, deambulando por las calles de Reikjavic entre la biblioteca central y alguno que otro lujoso restaurant. Y en ocasión de un evento ajedrecístico que se llevó a cabo en la capital (2006) donde participó el actual titular V. Anand, quien mencionó que en un restaurant se reunió con Bobby que le invitó por cena una hamburguesa (cabe indicar que Anand es un ferviente vegetariano) que no le fue posible negar la cortesía…! Luego de la cena, cuenta el campeón que Fischer extrajo de su bolsillo un “viejo” y raído tablero de cuero (sería el mismo que usaba desde 1970?), y le mostró una posición de una de las partidas que Anand jugó en el reciente torneo de Wijk Ann Zee 2006 (Holanda), procediendo a analizarla, vertiendo velozmente diversas variantes brillantes que simplificaban el procedimiento ganador. Viswanathan no contó la experiencia de este encuentro hasta recientemente, por temor a que el genio se molestase con El, puesto que lo único que Fischer exigía a su interlocutor de turno, era una absoluta discreción; lo cual también dejaba en claro, que Bobby sólo admitía encuentros con personas que instintivamente le caían bien; pues es por todos reconocido que Peter Leko, las hermanas Polgar y el mismo Anand, son ajedrecistas muy apreciados por la afición, por su sencillez y simpatía. Quiso el destino que estos dos genios se cruzaran y conocieran en la vida.
    Por otra parte probablemente Fischer haya conocido a través de la prensa a la nueva generación de talentos, tales como T. Radjabov, S. Karjakin, H. Nakamura y especialmente al prodigio noruego Magnus Carlsen (ahora de 22 años), a quien por algún tiempo entrenó el propio Kasparov. Posiblemente Bobby haya reconocido el enorme potencial de la futura estrella, pero como nunca fue dado a exteriorizar sus consideraciones, no se supo de ningún comentario alusivo. Cabe indicar que en una entrevista, el genio noruego expresó admiración por el juego de Fischer, admitiendo ser seguidor de su indomable espíritu de lucha; ejemplo que según dice, procura emular en todo desempeño deportivo. No hay qué decir que el legado de esta praxis, le ha reportado el que hoy por hoy sea considerado el mejor jugador del planeta, ostentando el mayor registro ELO de todos los tiempos (2861!!), diez puntos por encima de la mayor cota alcanzada por Kasparov!. Cabe denotar que nadie a su edad rebasó los 2710!; por lo que para su total consagración, deberá obtener el título mundial que todavía está en manos de Anand (de 44 años), quien a mi juicio por sus últimos desempeños, su fuerza se encuentra en descenso; empero todos reconocen que este fenomenal ajedrecística, se ha ganado con todo mérito, el ser incluido en el top ten de los mejores jugadores de la historia.
    El tiempo y las ulteriores actuaciones de Magnus permitirán evaluar su ubicación en dicho listado tan selecto (que por su calidad y logro deportivo, con todo merecimiento también ya pertenece); dado su juventud y precoces resultados sorprendentes, algunos ya conjeturan que alcanzará a desafiar al triunvirato de la lista compuesto y liderado por Fischer, Kasparov y Capablanca.
    Volviendo a Bobby en su última estancia en Reikjavic, decía que el ajedrez clásico ya no le interesaba, probablemente se refería al aspecto competitivo, ya que nunca dejó de seguir el desarrollo de los principales eventos; y no fue la excepción cuando en una de las mesas del campeonato Nacional de Islandia, se produjo una posición, donde la ventaja de uno de los contendores le permitió ganar la partida por la vía “normal”. Al minuto de concluida la misma, el salón de análisis de los juegos recibió una llamada telefónica por alguien que indicó la manera precisa de rematar la partida; la secuencia de la combinación, sencillamente fue espectacular. Si bien el maestro encargado de la sesión de análisis habría reconocido al toque la proveniencia de aquella voz; al solicitársele su identificación, el sugerente sólo se limitó a dar las iniciales de su nombre: R.J.F.
    Este y otros detalles, demostraba que la lucidez mental de Fischer hacia el ajedrez estuvo intacta hasta sus últimos días; pero lamentablemente no así en otros aspectos, sumándose a ello su debilitada salud; pues en el mes de noviembre de 2007, se supo que le internaron en alguna clínica de la ciudad capital con claros arrebatos de paranoia y demencia senil, y principalmente aquejado de una rara e incurable enfermedad renal degenerativa. Sus más allegados encubrieron hasta el último la seriedad de su mal.
    Habría pasado las fiestas de fin de año con su esposa Miyoko Watai (Presidenta de la Federación Japonesa de Ajedrez), a quien se agradece haberlo acompañado. Su mal se agudizó a mediados de Enero del año 2008. No puedo imaginarme lo triste y amargo que debe ser, el saber que ya no estaremos mañana! pues desde hace varios meses atrás, Fischer habría sabido que el estado de su salud ya era irreversible, que la muerte rondaba su alcoba, por lo que prefirió pasar con los suyos el resto de sus días que al cuidado especial y artificial de la ciencia. Desde entonces, también habría instruido la ubicación de su última morada y las personas que estarían presentes en su entierro.
    Bobby tuvo un “corazón valiente”, no podía ser de otra manera; pues en El, tanto talento resultó ser proporcional a su entereza; definitivamente incluso en sus últimos días, Fischer demostró su integridad y consecuencia con sus principios, viviendo su vida “a su manera…”
    Por lo que trascendía en su entorno, supe que después de su fallido desafío a Karpov y Kasparov para un match bajo su modalidad, Fischer había determinado alejarse definitivamente de todo vínculo ajedrecístico; y recibí con tristeza la noticia de su internación, deseándole pronta recuperación, sumándome a la consigna “dejen en paz al maestro”, “dejen que viva dignamente el resto de su vida” en el país que afectuosamente le acogió. Hasta entonces nos era desconocida la seriedad de su dolencia, por cuanto estaba lejos de pensarse que su vida corría real peligro, pues al menos eso informaban (y no sin razón!) sus más allegados.
    Pero cuando me enteré de su muerte, sólo el deceso de mi padre y de otros seres muy queridos me causó mayor dolor; me llené de estupor y consternación, no lo podía creer, apenas pude contener que me escurriera un par de lágrimas (dije Fischer no, no, tu nooo!). Así fue, El genio se había ido, pero mientras se juegue al ajedrez, su nombre vivirá por siempre.
    Bobby Fischer, verdaderamente no te has ido y nunca te irás, eres el más grande entre los grandes, y ellos son eternos. Cuánto debiste sufrir amigo! no quiero llorar, porque sé que hoy eres feliz al estar con tu familia (tu madre Regina y tu hermana Joan) y tus amigos P. Morphy, W. Steinitz, H.N. Pillsbury, S. Tarrasch, F. Marshall, E. Lasker, J.R. Capablanca, A. Alekhine, M. Euwe, L. Stein, P. Keres, T. Petrosian, S. Reshevsky, M. Tahl, M. Botvinnik, M. Najdorf, E. Geller y D. Bronstein (y más recientemente A. Lilienthal, V. Smyslov, B. Larsen, L. Evans y S. Gligoric); todos ellos te acogieron, como cuando se acoge al que más se espera.
    Gracias Bobby por esas maravillosas horas que viví en mi juventud a través de tus inolvidables partidas. Quizás no fuiste un hombre feliz en tu paso por esta vida, pero hiciste algo grande, lograste en ella lo que te hizo ganar el cielo, y es el hacernos felices a todos los que amamos el juego que fue tu vida; por lo que pido al Todopoderoso recompensar tu legado.
    Te llevaste “64” casillas del tablero y un Rey con quien te trocaste; podrá entonces el ajedrez a ser el mismo? No lo sé, pero lo que realmente siento, es que mi devoción por el juego ya no podrá ser el mismo desde aquel nefasto 17 de enero de 2008.
    El que escribe estas líneas es un sencillo mortal, y algún día alguien tocará mi puerta y también tendré que partir; y de permitirme la Divina Providencia estar allí, te buscaré, y seguramente te encontraré jugando algún torneo, aunque marchando segundo pero tomándote tu revancha ante Tahl…
    Adiós amigo, hasta siempre, cuánto te extrañaremos! que encuentres paz eterna al lado del Altísimo!
    Dios, Dios espera! No te enojes con el que te empató la partida…!

    Bermejo, 25 de Enero de 2008
    Reeditado en Enero de 2013

    Autor: Jorge A. Padilla Ríos
    Email: jorgealainpadilla@hotmail.com
    Bermejo – Tarija – Bolivia


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