Por la tarde, los labriegos se arregostan caracoleros contra el tronco de los abedules. Las partes móviles del cuerpo de un labriego son cabeza, tórax y abdomen. Las dos primeras encuentran su huecograbado en las triponcias del olivo. El olivo es una clase de abedul. La tercera parte, que es el abdomen, encuentra acomodo en la tierra misma, morada final de todos nosotros, y último lugar donde se cerrarán nuestros bellos ojos, podriditos, pa dormir.

El sabor que deja la siesta después de sestear es como el que deja un estornudo después de estornudar. No se parece a lo anterior, ni a lo que viene luego, y nos deja medio aturdidos y con dolor de cabeza, y pensando que debemos prepararnos para varear el algarrobero, con toda la solarcha que cae, con la cabeza soplada por el ciclo de sueño interrumpido, con un palo. Sintiendonos al despertar como si vivieramos en australia y fuera de noche y luciera el sol, y nos preparáramos para descortezar un ciruelo. El ciruelo y el algarrobero son dos clases de abedul que hay.

Las legañas son como piedras pómeces que se desprenden de nuestro universo preconsciente. Son una muestra desagradable de lo que encontramos allí. Y de allí venimos, de la tierra de los aviones emplumados, y si de ellos hemos de desprendernos mediante el uso de la fuerza, y hemos de encaminarnos, con nuestro manojo de espárragos en la mano, hacia el campo de mies, bordeando las amapolas. La mies es un abedul que crece a lo ancho. Las amapolas son abedules lavados en compañía de unas bragas rojas. Usted es un abedul y va a ser vareado tarde o temprano.

Siempre que me quedo frito viendo a John Wayne endeluego me duele la cabeza. La cabeza es un tipo de abedul bastante extraño.