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Transtornos del sueño por Purranki Sandongui

Purranki Sandongui ha colaborado antes con Almacén en su columna Zasnujismo. Además publica la bitácora 3l Potadero de Bleturge. Su columna aparece los viernes. Esta sección dejó de actualizarse en julio de 2008.

Información sobre la somnimnesia

Dentro del grupo de las parasomnias o transtornos del sueño hay dolencias más y menos conocidas. La somniloquia y el sonambulismo, cuyos efectos forman parte de la literatura y del folklore popular, son de alguna forma las afecciones más conocidas. La somnimnesia, sin embargo, pasa desapercibida para el gran público quizás porque la literatura y los medios se han ocupado generalmente de ellos de forma muy superficial o imprecisa.

Una de las causas de esta imprecisión es la propia filiación de la enfermedad. Durante mucho tiempo se consideró una manifestación benigna de alguna de las esquizofrenias. Sólo muy recientemente se la ha encuadrado directamente en la categoría de parasomnia o transtorno del sueño, si bien es cierto que su manifestación no tiene lugar propiamente durante el sueño sino en una fase posterior a él, en las horas de vigilia. Es precisamente por eso por lo que su padecimiento es mucho más obstrusivo para la vida normal que el resto de transtornos del sueño, que suelen quedar en el ámbito de la intimidad del núcleo familiar.

La palabra somnimnesia deriva de somnium, “sueño”, y del griego “mnesia”, memoria. Se manifiesta como una dificultad grande para distinguir las ensoñaciones de la noche de los sucesos vividos durante el día inmediatamente anterior.

Los partidarios de la filiación esquizofrénica encuentran todavía su mejor apoyo en el hecho de que el sujeto aquejado de somnimnesia tiene verdaderas dificultades para descartar como “recuerdos” los sueños sin atender a la verosimilitud de estos. Da igual que el paciente haya soñado que volaba o que se reencontraba con una persona fallecida mucho tiempo atrás. El paciente tiene la vívida impresión de haber volado realmente o de haber conversado realmente con Platón o con un familiar muerto, y necesita ser persuadido de que no ha sido así.

Los tratamientos con fármacos antipsicóticos del grupo de la clorpromacina y de las trifluoperacinas han demostrado una eficacia parcial, así como algunos inhibidores del MAO en combinación con hipnóticos de acción rápida. En todos los tratamientos, sin embargo, y quizás debido a la degradación de la fase REM que se produce a largo plazo, se han registrado casos de brotes esquizofrénicos en los que el paciente parece estar soñando despierto o cree vivir situaciones extremadamente conflictivas de forma casi alucinatoria. Estos episodios tienen lugar en las horas posteriores al despertar, frecuentemente durante las primeras horas del día.

Para dar razón de la gravedad de estos efectos secundarios citaremos tres casos.

  1. A.V. una mujer aquejada de somnimnesia desde la adolescencia y en tratamiento con clorpromacinas, llegó al extremo de desnudarse en un centro comercial por temor a ser devorada por su propia ropa.
  2. F.L, maestro de educación primaria y aquejado de una somnimnesia muy leve, revivió delante de sus alumnos su propio examen de lectura de oposiciones, tomando a sus alumnos de corta edad por el tribunal que debía evaluarle. El incidente puede relacionarse con los fármacos hipnóticos de absorción rápida con los que habitualmente se automedicaba.
  3. El caso más conocido es el de la concertista A.C., una violinista de renombre que interrumpió su recital en el momento de máxima concentración y agredió con furia a sus músicos acompañantes, con el resultado de la muerte de uno de ellos. Al parecer la violinista revivía la situación personal sufrida durante la invasión militar de su ciudad natal, cuando ella era una niña. El tratamiento que seguía era una combinación de inhibidores MAO y clorpromacinas.

Después de estos y otros luctuosos incidentes se ha abandonado salvo en casos aislados el tratamiento farmacológico ambulatorio, reduciendose la investigación farmacológica a los casos de pacientes que deban estar ingresados por otros motivos, con las interferencias que ello conlleva. Dado que no se espera en el futuro próximo la publicación de ningún remedio que no lleve consigo los inaceptables efectos adversos arriba mencionados, es norma recomendar terapias no intrusivas en las que deben combinarse la psicoterapia con el algo más novedoso método de invitar al paciente a llevar un diario donde apuntar no ya sus sueños sino las cosas que ha hecho durante el día anterior, para paliar en la medida de lo posible la sensación de irrealidad e intenso caos que provoca la enfermedad.

Las anotaciones no han de constituir un discurso a la manera narrativa, sino más bien un inventario no exhaustivo de hechos que se centre principalmente en:

  1. Con quién se ha discutido y por qué.
  2. Qué se ha comprado y en qué se ha gastado el dinero.
  3. Cuáles son los compromisos laborales y sociales que se han atendido y cuál ha sido su resultado. Deben incluirse sobre todo los viajes.

Como se ve, el propósito no es tanto realizar un relato de la vida como distinguirla de las posibles interferencias que sobre ella pueden provocar los sueños. Una persona que sueñe haber realizado un examen y que padezca de somnimnesia, despertará aliviada el mismo día del examen, imaginando que es sábado y que puede tomarse el día libre. Disciplinadamente, debe consultar su diario y comprobar que todas las impresiones que recibe están equivocadas y que debe dirigirse al lugar donde debe hacer el examen y realizarlo con la mayor confianza posible, sea cual sea el resultado de la experiencia anterior “vivida”.

Ni qué decir tiene que situaciones así son vividas con un stress adicional.

Caso aparte merece la mención de aquellos pacientes que registran verdaderos traumas por albergar el falso recuerdo de haberse prostituido en alguna ocasión, o el de haber matado a alguien o el de haber causado daño a propiedades. La culpa, la vergüenza o el miedo a ser encarcelados pueden dejar en el silencio estos recuerdos, que pasarían de esta forma a integrar las biografías de los pacientes con el mismo daño psicológico que si se hubiera tratado de hechos reales.

Para impedir esto, y en el caso de que tales sueños sucedan a personas que ya estén en tratamiento, se convoca la ayuda de testigos y familiares que, ayudados por el hecho de que casi siempre los recuerdos hacen exactamente referencia al día anterior, puedan sacar trabajosamente a la persona de su error, puedan ayudarla en su esfuerzo consciente por olvidar.

Algunos investigadores han postulado que el hecho de que con tanta frecuencia olvidemos los sueños durante las horas posteriores al despertar es una defensa de la psique frente a los productos de ella que podrían destruirla. Si, como afirman algunos, el sueño REM es una fase de limpieza, el contacto con los materiales rechazados puede ser perjudicial.

Sea cual sea el origen de esos materiales, el recordar con viveza los sueños es para los aquejados de somnimnesia una verdadera maldición. La afirmación, tantas veces repetida, de que los sueños pueden llevar a la destrucción del alma es para ellos una cruel e irónica realidad.

Purranki Sandongui | 17 de diciembre de 2004

Comentarios

  1. MAYRA CRUZ
    2008-03-16 05:25

    CREO QUE DEBEN SEGUIESE INVESTIGANDO MÁS SOBRE ESTE TRASTORNO YA QUE SON MU
    CHAS LAS PERSONAS QUE NECESITAN AYUDA.


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