Aviso de antemano de que esto es un poco coñazo, pero es que quiero decir una cosa al respecto de ser un poco coñazo, y la forma es tan importante como el fondo. Qué mejor manera de transmitir la experiencia del dolor que compartirla?

El caso es que a mí me gustan bastante los superhéroes porque soy un inmaduro y valoro mucho el culto de personalidades más o menos imaginarias.

De forma bastante ilusionada me puse a ver la peli esta del increible Hulk que sale hecho por ordenaor cuando está convertido en gigante verde. Me la bajé del ordenador de un alto directivo de la SGAE cuyo nombre no puedo revelarle para no comprometerle.

Y en eso que me pongo a ver la peli como ansioso por ver la batalla entre los demonios interiores y el bien y el mal y la neutralidad y el moderno prometeo y el doctor jekill y mister height y todo ello traducido sutilmente en ostias como panes de kilo.

Pero en vez de liarse a repartir sale el Bruce Banner todo el rato perseguido por problemones cotidianísimos y enfrascado en aventuras cotidianas.

Rellenar la declaración de la renta. Limpiar el filtro de la cafetera. Sacar a pasear al pequinés y recogerle las cacotas. Hacer un sudoku y hacer trampa mirando las soluciones. Las aventuras de Bruce Banner son interminables y además son inaguantables.

Y claro, con tanta acción yo me voy hundiendo en el sofá hasta que me duermo plácidamente.

Y cuarenta minutos después me despiera un energúmeno verde gigantesco que no para de rugir y de derribar cazabombarderos a bofetadas y a hacer más ruido que una despedida de soltera.

Y entonces yo cojo el mando del ordenador y le digo al increible Hulk: pues ahora te callas. Y lo apago y sigo durmiendo.

Una cosa así más o menos es el debate electoral.

Purranki