Es evidente que el problema nunca es cómo solucionar radicalmente un asunto, que se lo digan a Putin, por ejemplo. Es relativamente sencillo echarle un par de buevos al asunto, coger el toro por los cuernos, afrontar la sitación o lo que haya que afrontar y solucionarlo de una vez por todas. Siempre que esa solución sea la única cosa del mundo que nos importa, por encima de quedar como un mamarracho, que tu cuñado no te vuelva a hablar, no poder volver a pronunciar la palabra “porcelanosa” o tener que alistarse en el cuerpo de bomberos voluntarios, por citar algunas consecuencias reales que han tenido en el pasado comportamientos huliganescos.

Por ejemplo, el insomnio no es problema siempre y cuando no te importe volarte la cabeza con un barreno. O bien, el ronquido de la pareja o trío no es problema siempre que no te importe volarle barra les la cabeza con otro barreno, y así todo el tiempo.

Como le pasaba a Ñosco el corzo caníbal que después de comerse atodos los animalitosdel bosque se lamentaba de no poder encontrar a sus amiguitos nosotros también podríamos sufrir algún tipo de represalias por querer arreglarlo todo mediante barrenos, o poniendo a picar piedra en las cunetas o fusilando al paredón o como quiera que se llame, no me sé los términos técnicos.

Es por eso que no todo el mundo está preparado para actuar como dictador con cierta gracia, y que hasta cierto punto se ha de nacer un poco para ello o al menos ser viciosillo y encontrarle el gusto.

Y con esto os dais por extrañamente avisados de algo o alguien.

Purranki