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Textos del cuervo por Marcos Taracido

TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.

Literatura turística I

El hallazgo fue curioso, porque yo no suelo fijarme en los estantes traseros del mostrador de las gasolineras, ni tuve, además, que esperar apenas para que me cobrasen. Pero me fijé: una lata baja, como de conservas, lucía la leyenda “Aire puro gallego”; una etiqueta marcaba 3.5€. ¿Y dentro?, pregunté al dependiente; dentro no hay nada, sonrió. Al menos no mienten, me despedí. Me pareció la esencia del turismo: vender aire, humo, avatares. El turismo es la mayor de las ficciones: uno acude a ver una reproducción histórica, una representación en la que artesanos, guías, ciudadanos y alcaldes juegan su papel, una impostura aceptada por el visitante que a su vez juega a que no se da cuenta de que todo es una enorme mentira. Entrar en una zona turística es suspenderse en el tiempo, com una cápsula aislada geográficamente, rodeada de niebla, un Innisfree al que entramos para ver exactamente lo que queremos ver: el turismo no permite las sorpresas, estas son esperadas como un susto en las malas películas de miedo. En el turismo el tópico es de carne y hueso, o de cemento, una reencarnación de lo que ya muerto se convirtió en mito, y al mito se le dió estructura y peso y se ofreció para el rezo y la ofrenda: el turismo es una religión laica, y el turista viaja con una fe que, como todas, no permite la frustración, porque la realidad le será representada como él espera que sea, porque él espera que la realidad sea como le es representada. Aire puro gallego.

Marcos Taracido | 17 de junio de 2010

Comentarios

  1. Cayetano
    2010-06-17 20:24

    Nota al margen: Marcel Duchamp, en 1919, viaja de París a Nueva York y lleva consigo una ampolla con 50 cc. de aire de París, que incluirá posteriormente en la obra titualda “Caja verde”.

  2. Marcos
    2010-06-17 23:31

    Claro, pero hay una diferencia fundamental: él lo hace abiertamente como una obra artística y los que lo vean saben que están ante una obra artística y la miran como tal. En el turismo no sucede eso: los productores reproducen una realidad que se espera de ellos, y los turistas la observan simulando que es la realidad, aunque sepan que es una ficción.

    Saludos

  3. Cayetano
    2010-06-18 18:57

    No creo que lo hiciera como obra de arte, ni siquiera pensó que el famoso urinario lo fuera y es ahí donde está la gracia, no quiero decir que el “aire de parís” o “aire gallego” sean la misma cosa, pero si participan de un mismo sentido del humor. ¿Marcel Duchamp era de ascendecia gallega? todo puede ser ;-)

  4. Cayetano
    2010-06-18 19:14

    Mantengo la afirmación de no existe ni ha existido nunca el arte románico. Lo que hubo fue una artesanía románica, algo muy distinto.

    De ahí que me guste la frase: una reencarnación de lo que ya muerto se convirtió en mito : El “Aire de Paris” de Duchamp o la obra del artesano medieval (cosas muertas y realizadas para otro propósito) se convierten en mito o Arte ;-)

  5. Cayetano
    2010-06-18 19:48

    En un aparte ¿Ya le había dicho que me ha encantado todo lo que sugiere esta entrada? ¿No? Pues lo digo ahora.


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