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Textos del cuervo por Marcos Taracido

TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.

Notas en torno a Pérez-Reverte

Los siguientes comentarios surgen a raíz de escuchar en la radio una entrevista (más abajo, íntegra) a Pérez-Reverte, que publica nueva novela. Quisiera aclarar que lo que sigue nada tiene que ver con que el autor sea o no de mi agrado, y mucho menos la persona.

  • ¿Cuál es la labor de los Medios culturales? Pérez-Reverte es un autor consagrado, uno de los más leídos en lengua castellana, las ediciones de sus libros tienen tiradas de miles de ejemplares y todos ellos ocupan los primeros lugares de las listas de venta. Se podría arguir, por lo tanto, que el hecho de que publique una nueva novela es noticia de interés general. Ahora, el caso es que en su primera semana de promoción se ha sentado en cuanto estudio de radio hay en este país, ha cubierto páginas en todo periódico que quiera recibir ese nombre y aparecido en los platós de televisión más variados: se le ha dado un inmenso espacio publicitario gratuito [1] a alguien que no lo necesita en absoluto, salvo para engordar las ya extratosféricos cifras de ejemplares vendidos de su carrera de escritor. Es la economía de mercado en la que, obviamente, también está inserta la cultura y sus medios de difusión y que tiende a agigantar a los pocos que sobresalen y a mantener en el anonimato al resto en un ciclo que apunta a una expansión infinita: más inmenso cada vez el monstruo y más invisible el diminuto. No hay, por tanto, valoración, descubrimiento, impulso… no hay noticia sino redundancia, ruido. No hay periodismo sino publicidad.
  • Otra vez el lector. Reverte habla del lector, y de la obligación del escritor hacia él… pero debiera hablar de su lector. «Aquel autor que no consigue que el lector se sienta parte de la historia ha fracasado como novelista»; no contempla que el lector puede fracasar, que puede ser el lector el que comete errores. Porque estamos ante otra visión de la literatura como mercado.
  • Hay un momento divertido en la entrevista. Lucas, adulador como pocos, elogia la capacidad del autor para engarzar tantas tramas, personajes… y Pérez-Reverte le responde con una honesta declaración de principios: no te equivoques, yo soy un profesional, y actúo como tal. Escribir novelas es para él una profesión; ojo, esto no tiene por qué desmerecer en absoluta la calidad de sus obras, pero me interesa como modelo, como modelo que encaja perfectamente en los dos puntos anteriores: la concepción y elaboración de sus novelas está supeditada al mercado y sólo parece tener sentido, por lo tanto, si está en la parte emergente de la pirámide.


______________
[1] Que ese espacio literario es gratuito es una inferencia que se desprende de creer en la deontología profesional de los periodistas, una exigencia en el caso de los Medios públicos.

Marcos Taracido | 11 de marzo de 2010

Comentarios

  1. Carlos Alonso
    2010-03-11 09:48

    Hombre, se agradece la sinceridad: eso de declararse puto y no apelar a la grandeza del arte, que ya cansa, hombre. Porque claro, supongo que debe ser bastante inasumible ir con otra en plan Dumas/Salgari y decir que vas a cambiar la literatura para siempre y todo ese rollo.

    A mí me encanta de Reverte un mecanismo psicológico que emplea continuamente para autosatisfacerse: de cada cuatro frases, tres son más menos que “la gente es imbécil”, que “nadie tiene ni puta idea de historia” y que “ya está bien que haya tanta hijoputez en España”.

    Y acto seguido, declara que él ha vivido mucho y que lo ha visto todo.

    Y luego se va solito en su barco a meditar el porqué de todo eso: porque todo es tan feo y malo y él tan guapo y bueno.

    A veces, que dios me perdone, tengo ganas de que le pille un oleaje bien cabrón.

  2. Alberto
    2010-03-11 17:00

    “no contempla que el lector puede fracasar, que puede ser el lector el que comete errores”

    Me pregunto si un escritor puede decir esto en voz alta sin sonar insoportablemente prepotente.

  3. Marcos
    2010-03-11 17:06

    No, un escritor no puede decir eso refiriéndose a su obra, no puede decir que la culpa la tiene el lector que no sabe entender lo que él escribió. Lo que puede es NO decir lo contrario, como sí hace Reverte, que, ojo, lo hace desde el triunfo: el lector siempre tiene razón, y yo tengo miles de ellos.

    Además, ¿qué lector tiene razón? Porque puede que a un millón no les guste su novela pero a uno sí: ¿quién anda acertado? ¿es una cuestión de número?

    Saludos

  4. c.
    2010-03-12 00:53

    En su libro “Esculpir en el tiempo”, el director de cine Andrei Tarkovski recuerda cómo estuvo a punto de abandonar el cine al recibir muchas críticas negativas contra su película El espejo. ¿De qué había servido su trabajo, se preguntaba, si no le había gustado a nadie?
    Por fortuna, recibió la carta de una mujer dándole las gracias por haber hecho esa película, pues su infancia había sido exactamente tal y como ella la recordaba. Gracias a El espejo, aquella mujer había podido evocar sensaciones y sentimientos olvidados mucho tiempo atrás.

  5. rafa
    2010-03-12 19:19

    He leído solamente una novela de Pérez-Reverte (La piel del tambor), de modo que en este aspecto no soy la persona más idónea para opinar. No me pierdo, eso sí que no, sus trabajos en el Semanal. Me encantan su ingenio y su desparpajo. Me he reído a gusto y muchas veces, a su cuenta. Sí es cierto que abusa quizás de los “tacos”, pero los coloca tan bien que quedan preciosos. También, es verdad, se le adivina una muy sutil (o no tanto) demostración de ligera vanidad en cuanto a su calidad de persona muy vivida y experimentada. En cualquier caso es perdonable. Al fin y al cabo escribe todas las semanas del año, e, inevitablemente, ha de tocar infinidad de temas. A mí, he de reconocerlo, sus escritos me provocan una especie de complejo cuando analizo mi propia vida, tan plana en comparación.
    En fin, no sé si tu comentario, Marcos, llegará a sus ojos u oídos, pero me da que, en caso de que sí, su posible respuesta será tan entretenida como ácida. A ver. Al loro.

  6. Marcos
    2010-03-12 19:25

    Bueno, rafa, yo no esperaría una respuesta, entre otras cosas porque dudo mucho que esto llegue a sus ojos. En cualquier caso, mi intención no era meterme con él, sino más bien con el sistema que lo ampara. No hago juicios de valor sobre su obra, y apenas sobre sus afirmaciones.

    Bonita anécdota, C., y muy a mano para mi texto, gracias.

    Saludos

  7. Rosie
    2010-03-13 20:21

    No me parecen muy buenas las tres afirmaciones y menos la filosofía general que de ellas se desprende.
    -Labor de los medios culturales: es como quejarse de que los medios le hagan el marketing gratis a Google y no una pequeña startup, a Avatar y no a una película modesta, a Madonna y no al grupo novel… En resumen, es como descubrir la sopa de ajo. Los medios (y los culturales no son una excepción) informan de lo que creen que va a interesar a más gente. Un buen medio además tendrá olfato para detectar lo que es prometedor, y en principio es una juiciosa combinación de ambos puntos de vista lo que mantendrá el prestigio del periodista. Suponiendo que lo tenga… y en caso contrario no creo que le importe demasiado.
    -Otro lugar común, prácticamente todo escritor habla del “lector” en general. Es como cuando se habla de ciudadanos, electores, clientes, etc. En puridad no significa nada…
    -Francamente, si un escritor no es capaz de engarzar tramas y personajes, que se dedique a otra cosa. Es como admirar el “dominio del lenguaje”, que en mi opinión debería ser al escritor como el valor al soldado. Y la verdad, entre un escritor que se considera un profesional y otro que se considera un artista, casi prefiero al primero.

    En general me parece bastante insustancial esta crítica al “mercado”, también tópica a mas no poder. Llevo como unos veinte años, desde que empecé a leer en serio, oyendo lo mismo, que los bestsellers van a acabar con la literatura. Y al final he desarrollado una cierta alergia al argumento. El mercado, para empezar, no es único (gracias a dios). Hay lectores de Perez-Reverte y lectores de Delibes (en paz descanse), lectores de novelitas románticas y de sesudas disquisiciones filosóficas. Parafraseando la segunda afirmación, no hay “mercado” como un todo.

    Ciertamente el mercado no debe ser el único indicador valido para valorar la calidad de un escritor, y ejemplos hay de ello a lo largo de la historia de la literatura. Pero tampoco debe ser denigrado como esencialmente malo o perverso. Shakespeare, sin ir mas lejos, era un empresario de éxito, muy reacio a meterse en cualquier tipo de lío a causa de sus opiniones, y murió muy rico. Velázquez era básicamente un trepa de cuidado. Por poner dos ejemplos clasicos.

    Por último, si no es el mercado ¿Qué o quien debería dictaminar que escritores deben aparecer en la prensa? ¿Quizás los otros escritores? En realidad esto ya ocurre, lo que es valorado por el “lector” medio, y lo que el mundillo literario valora no suele coincidir. Los medios en que aparecen ambas opiniones no son los mismos, por otra parte. Sin embargo ejemplos hay a patadas de que los escritores tampoco son muy infalibles en detectar la calidad de sus contemporaneos, de que hay modas tambien entre los intelectuales. En su epoca, Sartre era mas valorado que Camus, hoy es exactamente al contrario. Incluso la persistente leyenda de que Shakespeare no es el autor de sus propias obras viene de este prejuicio intelectual: era un tipo “demasiado normal”, no era lo suficientemente culto, su formación deficiente, gustaba demasiado al vulgo…. En realidad incluso los escritores a veces son malos jueces de su propia calidad. No solo El Quijote no se consideraba alta literatura en su epoca, sino lo que Cervantes consideraba su mejor obra hoy no lo lee nadie.

    Dicho de otro modo, el mercado no será un indicador muy bueno, pero dejarlo a una especie de mandarinato intelectual no me parece mucho mejor…

  8. Marcos
    2010-03-13 21:29

    Rosie, creo que o no me leíste con atención, o no me expliqué bien, o tenías ganas de atacarme un poco: porque yo no dije nada de lo que tú dices que dije.

    En primer lugar, yo no ataco al mercado. No es que no lo haga en otras ocasiones o no crea que deba ser atacado: es que mi artículo no se centra en eso. «No hay periodismo sino publicidad», eso es lo que digo, lo que sostengo; y tu argumentación lo único que hace es reforzar ese argumento: puede por lo tanto que no estemos de acuerdo sobre el fin, pero coincidimos en cuales son los medios. E insisto: no dudo de la legítima intención lucrativa de todo periodismo; tú no es que no lo dudes, es que pones ese lucro por encima de cualquier otra cosa.

    En segundo lugar, no sé si todo escritor habla del lector en general: sobre lo que yo hablo no es sobre el lector, sino sobre la visión que tiene Reverte del lector, sobre lo que él entiende por lector; e insisto en que lo hace con el viento a favor.

    En tercer lugar, no entiendo tu tercera crítica, lo siento. Lo único que acierto a comprender es que tú prefieres a un profesional antes que un artista. Me parece bien.

    Y para terminar, en los últimos párrafos me achacas un montón de cosas sobre las que yo no traté. Por ejemplo, lejos de mí proponer en este artículo una alternativa a la crítica periodística, y mucho menos aludiendo a los intelectuales. Insisto sobre lo mismo: desde mi punto de vista los Medios culturales no hacen difusión sino publicidad.

    Saludos

  9. Rosie
    2010-03-14 23:06

    Lo reconozco, me levanté peleona. Lo siento si parecía algo personal, no lo es, entre otras cosas porque no tengo el gusto de conocerlo.
    La base de la discusión es que consideramos mercado. En muchos casos se considera mercado solo el mercado de best sellers, grandes exitos, taquillazos, etc. En mi opinión es incorrecto. Hay muchos mercados, e incluso aquellos que se consideran fuera de él en realidad tienen el suyo. Por decirlo de otra manera, James Cameron tiene un mercado (el de taquillazos) y Michael Haneke tiene otro. Hay diferentes nichos, unos mas amplios que otros, unos con una calidad media mejor que otros, pero raramente se encuentra a un artista sin público.

    Los medios en que estos mercados se publicitan tambien son distintos. Y uso publicitar adrede, en un sentido amplio. Todo escritor o cineasta quiere que su obra se difunda lo más posible (dentro de su “publico” o sus “lectores”). Los medios actuan de caja de resonancia, a veces buena, a veces mala (tambien hay malas críticas y noticias negativas). Me acusas de poner el lucro del periodista por encima de todo. Lo que digo es algo más complejo: hay muchos tipos de medios. Hay medios mas populares o verbigracia, mediaticos. Hay medios minoritarios que se dirigen a un público idem. Y en general no conozco a ningun periodista que no aspire a ganarse la vida, cuando mínimo.

    El problema (en mi humilde opinión) es contraponer el “mercado” (o esa idea de mercado que se limita a los exitos) al “arte”. Son dos extremos, y como todos los extremos, más que una realidad en blanco y negro lo que tenemos es un continuum de grises. Y si entre los escritores “comerciales” hay mucha obra de infima calidad, entre los “artistas” tambien. Personalmente, entre un truño comercial y un truño supuestamente “artistico”, o “alternativo” casi prefiero el primero. No hay obra mas mala, que la que es mala y ademas tiene infulas de calidad. Es en ese sentido que casi prefiero que un escritor se considere un profesional del idioma que uno que se considere artista. Los primeros me parecen mucho mas sinceros.
    Esta es la contraposición que haces entre “difusión” y “publicidad”, como si fueran realidades binarias. Es como “mercado” y “arte”. En puridad tal contraposición no existe. Bueno, en mi humilde opinión.

  10. Marcos
    2010-03-15 17:16

    Pero Rosie, si es que yo no he contrapuesto el “mercado” al “arte”; no lo he hecho.

    En cuanto a lo de que hay muchos “mercados”, pues sí, es cierto, pero no responden al mismo esquema, al mismo tipo de mercado: si alguien compra un libro mío lo hará, salvo excepciones honrosas, porque me conoce, o porque ya me leyó antes o porque me recomienda alguien de cuyo criterio se fía. Sin embargo, habrá miles de personas que se comprarán el libro de Reverte porque el sistema publicitario hace que te aparezca uno con cada cucharada que le das a la sopa. Es decir, son mercados radicalmente distintos.

    Saludos.


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