Escribir una selva; escribirla sabiendo que hubo otra, como hubo otra isla limitada por las mismas rocas que esta. Reconstruir entonces la soledad en esa isla como si fuese nueva, aunque la ausencia de huellas estuviese mucho antes en la arena. Y dejarnos observar el crecimiento del pelo sobre el rostro, la progresiva asunción de los límites, la reproducción, como en una maqueta, de una civilización en miniatura, todo sobre un perfil ya trazado de otro rostro y otra barba y otros límites para su civilización en miniatura. Y utilizando lápices y acuarelas: eso es lo que hace Ajubel en su versión gráfica del Robinson Crusoe, una maravilla narrativa en la que el ilustrador cubano convierte cada página en un desbordante aluvión de sugerencias que viajan tanto hacia el interior, la propia historia de Defoe que sirve de referente, como hacia el exterior, creando un nuevo Robinson que es otro e independiente y uno. Y cada cuadro pudiera ser separado del contexto sin perderse, siendo sin embargo la hilazón entre ellos un continuum perfecto.

Media Vaca es una de esas pocas editoriales absolutamente únicas. Obra de Vicente Ferrer Azcoiti, es tan artesanal como universales sus publicaciones. La ilustración es el centro, y muchos de sus libros son versiones o iluminaciones de textos clásicos que cobran nueva vida. Y la calidad de las ediciones es sencillamente espectacular. Su principal colección, Libros para niños, persigue un objetivo singular en el panorama editorial actual: tratar a los niños con un profundo respeto a su inteligencia, sin concesiones ni regalías ni paternalismos. Quince libros en once años da idea de la dedicación, la lentitud y el amor por los libros que sustentan su línea editorial.