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Textos del cuervo por Marcos Taracido

TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.

Autoficción

Dejó el abrigo sobre el respaldo del sofá y se sentó. Me pidió un whisky con hielo.Todo en él parecía preparado para la huida, como un hurón inquieto. Llevábamos un rato hablando sobre su infancia en Barcelona cuando, tras un parpadeo, me di cuenta de que había cambiado de repente, y ahora tenía barba y fumaba en pipa. Me dijo entonces que odiaba esa ciudad de pijos y que él, en realidad, siempre quiso escribir teatro y ser manco, o cojo. Me pidió otro whisky, aunque no había probado el primero, y cuando volví de la cocina ya no había barba, y ni siquiera quedaba el humo en el ambiente. Se parecía ahora extrañamente a mí y le había abandonado esa pulsión de la espantada, y charlaba con pausa y ánimo sobre asuntos que me pertenecían. De pronto interrumpió una frase llevándose una mano a la cara y ante mi espanto pasajero se arrancó la cara para mostrar otra más avejentada y triste con la que, minutos después, terminó la velada. Todavía no sé cuál de ellos, si todos o ninguno, era Enrique Vila-Matas.

Esa es la impresión que uno tiene de Vila-Matas, se lea de él lo que se lea; Vila-Matas portátil. Un escritor ante la crítica (Candaya, 2007)es una completa recopilación de artículos y ensayos sobre el escritor y su obra, desde sus primeros libros hasta Doctor Pasavento, incluyendo un par de textos y entrevistas en los que el autor habla de sí mismo, y es en ellos que uno se da cuenta de que si en sus obras narrador y novelista se confunden constantemente lo mismo sucede con la persona, pues se tiene la impresión de que se desdibuja y metamorfosea constantemente entre el escritor y el personaje. Como en sus novelas, parece imposible distinguir cuando es serio lo que dice, cuando las citas son reales o inventadas, cuando sus recuerdos son suyos o la verdad de otro. Dije hace un tiempo que la memoria es un modo de ficción, y creo que si esa frase tiene sentido es por encima de todo con Vila-Matas; él explica en una entrevista que le costó mucho ir creando su lector poco a poco, libro a libro, pero que ya lo había conseguido. Tiene razón: leer ahora un libro suyo es adentrarse en un universo conocido, para bien y para mal, en el que se siguen las tramas en permanente tensión intelectual, presto a no caer en sus celadas, a dilucidar cuándo tenemos delante una ficción pura, cuándo un pedazo de su vida, o de la nuestra.

(El libro trae un regalo excepcional: la solapa trasera oculta un dvd que guarda una conversación de café entre Juan Villoro y Vila-Matas. Es curioso, pero todo lo anterior carece de validez ahí, pues no hay atisbo de su aleación entre literatura y humanidad: parece aparcar cualquier juego, parece verse despredido de su enfermedad metaliteraria, y reflexiona sobre su obra con distancia. Quizás lo entiendo: en este documental lo vemos a él, en carne y hueso, algo desvalido, algo tímido, vacilante a veces, persona. Pero cuando lo leemos, aunque sean igualmente entrevistas o conversaciones, lo leemos, y eso significa que no nos desprendemos de lo que esperamos del autor. Hay un momento de la conversación que sintetiza a la perfección su esencia: Vila-Matas cuenta cómo ha buscado recientemente en la obra de Pessoa una cita que él incluyó en uno de sus novelas, pero no la encuentra, y ahora ya no sabe si realmente la cita existió o fue creada por él mismo.)

Marcos Taracido | 14 de febrero de 2008

Comentarios

  1. Ana Lorenzo
    2008-02-14 20:44

    Una vez también tenía mi aspecto y hablaba de asuntos que eran solo míos, o eso creía, porque después me prestó citas ajenas e inventadas y, vaya, me eran completamente familiares.
    Precioso artículo y estupenda recomendación, Marcos. ¿Sigues siendo Marcos? Que en tu Res speculum he notado que puedes estar perdiéndote en la autoficción (no sabemos si fuera contagioso).

  2. Alberto
    2008-02-14 21:33

    Yo soy uno de esos que dice “no leo literatura española”, a imagen y semejanza de los que dicen que no ven cine español. Y la excusa es la misma: me parece lo peor de lo peor desde hace años, con la miserable connivencia además de los suplementos publicit… literarios de los periódicos de gran tirada.

    Es decir, opino sin saber.

    Mi “salvación” nacional es Enrique Vila-Matas, el único autor que me parece realmente interesante, diferente, original, capaz de aportarme cosas nuevas y de hacerme hervir por dentro.

  3. gsc
    2008-02-15 11:52

    Hace no demasiado leí París no se acaba núnca, desarrollada complemetamente como unas memorias “ficcionadas”, y está bastante bien desdibujada la frontera entre el escritor y el narrador; aunque el resto (todo el relato de anécdotas y episodios), me pareció bastante poco interesante. Para eso creo que me quedo con el “original” de Hemingway. O con el Vila-Matas de El viaje Vertical, por ejemplo.

    Y, aunque es un tipo completamente distinto de escritor, para la autoficción prefiero a Javier Marías, a partir de Todas las Almas. Un caso particular es Negra espalda del tiempo, “novela” (a su manera) sobre la relación entre ficción y realidad.


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