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[s] u r [g] e n t e por Germán Machado

Germán Machado es poeta y promotor cultural. Se desempeña como investigador y coordinador de programas en el Centro Cultural Dodecá. [s] u r [g] e n t e es una aproximación sesgada a la poesía que emerge, surge y urge en el sur de América, desde la Patagonia hasta Tijuana.

Si acaso sobrevive...

Poesía escrita por la gente del sur. Poesía surgente: ¿extraída de fósiles, de acuíferos subterráneos? Poesía escrita y leída (apenas) por quienes son poetas en el punto en que (ya casi) dejan de serlo.

Así nació mi poesía, apenas
rescatada de ortigas, empuñada
sobre la soledad como un castigo,
o apartó en el jardín de la impudicia
su más secreta flor hasta enterrarla.”

Pablo Neruda: Canto General, XI-X

Si así nació, ¿podría haber muerto? Poesía hundida en el sur del mundo. Canto particular, secuestrado de nuevo entre las ortigas.

Y entonces, poesía urente: ¿que escuece, arde? Poesía que abrasa y abraza en la necesidad del sobrevivir urgente. Poesía que urge. Necesidad de emerger, de salir a luz, de reclamar su aire: ser dicha, ser leída, ser editada, ¿o poesía que hace su reclamo, por efecto del vacío en que se la percibe: vacío en que no puede vocear una experiencia colectiva?

“Reclamar: estar en estado de escucha. Estado de escucha es también estado de alerta, estado de alas levantadas en el medio, un estado por volar – sin jamás aspirar a pájaro, esa figura sin raíz”.

Es la idea de Eduardo Milán (en: “Resistir. Insistencias sobre el presente poético”, FCE, México, 2004, p.15): la poesía actual, desde el sur hispanohablante, reclamaría una ruptura con la tradición, un vuelo libre, pero que no termina ni empieza a levantar su vuelo.

Y entonces puede suceder que en la actual poesía del sur hispanohablante —al menos en una de sus tendencias principales— sólo se aspire a la irreverencia. Si el siglo de oro de España tuvo en América Latina su Dorado, también podría ser que en el lugar del sueño incumplido, así como en una calle cualquiera, o en un soporte transitorio y perecedero, los poetas escriban a la manera de un graffitti:

“La vida es una barca”. Calderón de la Mierda.

El último gesto del poeta: ¿moda, esnobismo, una mueca burlona, estilo de Carón, cruzando el Aqueronte? ¿Derivados de la anti–poesía? ¿No más que eso?

producciones insignificantes
se moldean hasta en su grafía
se deforman de acuerdo a la intensidad
a través de una lógica de contrastes:
el sonido mal maldito de su linaje real
Mal maldito porque es ilusión de sentido aliterado,
el adene translúcido que sólo tú te atreves a
    relucir
luminolina, piel reptílica, brillosa drug queen
qué paquetería la tuya

Roberto Echavarren, El muerto estallar de tus tripas

¿Sólo paquetería? Tal vez, pero también puede suceder que, aún creyendo que no hay más vida para la poesía, sino apenas una voluntad de supervivencia (“no hay novedad: los poetas escriben para sobrevivir”, sostiene Milán en el libro antes citado), así y todo, en el aire que se descalza en los pájaros (Juarroz), quiera el vuelo arañar sus raíces una vez más. Y entonces aparece, o no termina de desaparecer, el disturbio vallejiano de los Poemas Humanos:

Pero, realmente y puesto
que tratamos de la vida,
cuando el hecho de entonces eche crin en tu mano,
al seguir tu rumor como regando,
cuando sufras en suma de kanguro,
olvídame, sosténme todavía, compañero de cantidad pequeña,
azotado de fechas con espinas,
olvídame y sosténme por el pecho,
jumento que te paras en dos para abrazarme;
duda de tu excremento unos segundos,
observa cómo el aire empieza a ser el cielo levantándose,
hombrecillo,
hombrezuelo,
hombre con taco, quiéreme, acompáñame…

César Vallejo, De disturbio en disturbio

Para que no olvidemos esa vieja tensión que dio la pauta de la poesía americana de la segunda mitad del siglo veinte: Neruda o Vallejo. El poder del poeta (la palabra del pueblo) y el temblor del poeta (la voz que orillea en los límites del poder de la palabra).

Habrá que ver, al final, desde el principio, si la poesía del sur hispanohablante logra pasar de la supervivencia (urgente, urente) a un estado vital de nuevas formaciones (re-surgente). Habrá que ver si resuelve en nuevos términos la tensión entre poder y temblor, entre dicción creativa y adaptación reactiva. Habrá que ver, tener ojos alertas, abiertos como la palabra “acaso”.

Germán Machado | 28 de marzo de 2005

Comentarios

  1. Flit
    2005-03-29 14:15 Enhorabuena a Libro de notas por la iniciativa de la sección, y a Germán Machado en particular porque, aunque no lo conozco, este primer artículo promete, y mucho. Gracias.
  2. Enrique Falcon
    2005-04-04 11:09 Ánimo con esta iniciariva: la seguimos bien de cerca

    abrazos cómplices
  3. daniel
    2005-04-04 18:02 Magnífico texto. Una invitación a tener los ojos abiertos, con los que te iremos siguiendo, Germán. Y ya de paso. Buenas, Don Enrique Falcón, me alegro de sentirle bien…Abrazos (una palabra magnífica que quiere a su plural)
  4. mugidor
    2005-04-04 20:32 Gracias por la bienvenida, espero no defraudarlos, y aportar algo a este vínculo virtual que hemos ido enredando y estableciendo.
    Germán.

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