Libro de notas

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Román Paladino por Miguel A. Román

Miguel A. Román pretende aquí, el vigésimo octavo día de cada mes, levantar capas de piel al idioma castellano para mostrarlo como semblante revelador de las grandezas y miserias de la sociedad a la que sirve. Pueden seguirse sus artículos en Román Paladino.

El mejor español

Me inquiere un amigo (y editor de este medio que ahora leen) una cuestión algo espinosa: ¿Dónde se habla el mejor español?

Bueno, según la peluquera de Victor García de la Concha: “En España es fama que donde mejor se habla español es en Colombia”: (aprox. min 2:40).
Claro, le faltó tiempo a la prensa del país americano para proclamar que “la Real Academia afirma que en Colombia se habla el mejor español”.

No sé si fue por esta alusión que J.M. Blecua, su sucesor al frente de la RAE (de García de la Concha, no de la peluquera), declaraba algún tiempo después que en ningún sitio se habla el mejor español del mundo.

Creo recordar que, en la España peninsular, ese título se atribuía a la ciudad de Valladolid u otro punto de Castilla. Aunque en mi entorno insular se dice que, gracias a su secular aislamiento, pudiera ser la isla canaria de El Hierro donde mejor se ha conservado esta antigua lengua castellana:
«Es fama generalmente admitida, dentro del ámbito de las Islas Canarias, que es en El Hierro donde mejor se habla, y es también un aserto generalmente repetido entre los especialistas y estudiosos de las hablas canarias que el habla de El Hierro es el más cercano al castellano, sobre todo por la realización de determinados fenómenos fonológicos, como la articulación de una /s/ muy cercana a la del castellano, incluso su pervivencia en posición implosiva y final, aunque un poco relajada, en contra de lo que ocurre generalmente en el resto del Archipiélago, que se pierde o se realiza muy debilitada; y además, la distinción nítida entre /ll/ y /y/ (los herreños dicen orgullosos distinguir pollo y poyo), la distinción de /r/ y /l/ en posición implosiva y la conservación de la /d/ intervocálica, entre otros fenómenos.
Sobre la propiedad del habla herreña en los aspectos sintácticos y semánticos se manifestó Gregorio Salvador con estas palabras: “También la construcción de la frase y la fluidez expresiva, en esa isla, se manifiesta superior, en líneas generales, si la comparo con el muestrario que poseo de las otras.»
(Maximiano Trapero: Pervivencia de la lengua guanche en el habla común de El Hierro)

Pero ¿es que existe un español mejor que el resto? Por supuesto, tomando las variantes diatópicas del idioma, aquellas que son propias de una zona geográfica específica, y no las diastráticas, que son las que están en función del nivel sociocultural del hablante (por eso mismo, tampoco podríamos tomar como referente el nivel más culto de cada región, sino el cotidiano, vulgarmente descrito como “el de la calle”).

Primero habría que establecer cómo sería ese español ideal, óptimo e imperfectible. Supongo que se puede empezar por exigir una fonética aséptica e impecable, espulgada de seseo, ceceo, yeismo (con o sin rehilamiento), conservación de las consonantes finales, no aspiración de la “s” ni la “h”, no elisión de la “d”, “f” labiodental, sin intercambio entre r y l, etcétera. Por supuesto, también habrá que atender a la precisión en el seguimiento de las normas gramaticales, específicamente morfología y sintaxis, descartando los candidatos laístas, leístas y loistas, el uso de infinitivo por imperativo, condicional por subjuntivo (“si yo querría nueces, las comprara”), diminutivos en adverbios y gerundios (prontito, corriendito), uso exhaustivo del pretérito indefinido en detrimento del perfecto; dejemos aquí otro etcétera.

Pero, si nos ponemos así de exigentes, el panorama es desierto: no habría región hispanohablante libre de pecado.

Pese a ello hay regiones o ciudades que se postulan a sí mismas como referente del castellano “mejor hablado”. En realidad casi podríamos dividir el mundo hispanohablante en dos facciones: los que consideran que sus paisanos destrozan sistemáticamente el idioma común y los que piensan que en su pueblo se habla un español ejemplar.

Pero lo cierto es que, dentro de un nivel sociocultural y educativo aceptable, no hay ni uno ni otro extremo.

A quienes suponen que el habla de su terruño se aparta de la ortodoxia, como a quienes están convencidos de que los suyos la cumplen a rajatabla habrá primero que recordarles que no existe tal ortodoxia, es solo una idea ya obsoleta difundida por la educación escolar y que en tiempos fue avalada por lingüistas mimados por una concepción centrípeta de la sociedad a la que no eran ajenos los mecanismos del poder político. No creo necesario recordar que el uso del idioma ha sido y es aún considerado como distintivo de prestigio social y cultural (desde tiempo inmemorial: los griegos clásicos ya se burlaban del “soloikos”, el habla de Soloi, ciudad de Cilicia, de donde proviene el término “solecismo”. Siglos después esa variante fue la lengua franca de todo el imperio romano en oriente y en la que Polibio, Plutarco o Jenofonte escribieron sus obras).

Hoy es comúnmente aceptado que ninguna lengua que se extienda por un número aceptable de kilómetros cuadrados tiene un estándar. O mejor dicho: sí, pero ese no lo habla nadie.

Pues la función primordial de un idioma es la de entender y hacerse entender, y si esta función se cumple completamente es que los interlocutores emplean la variante del castellano correcta entre ellos. Sucede entonces con harta frecuencia que esta imagen del lenguaje eficiente hace pensar a los implicados que es la suya, y no otra, la forma correcta de expresarse.

Y, al contrario, si ponemos a un bogotano y un vallisoletano a departir, se entenderán casi sin problemas, pero ambos contertulios detectarán en el otro “sorpresas” fonéticas y gramaticales que les resultarán extrañas y probablemente, en su fuero interno, las cataloguen como “incorrecciones”. Ha de tenerse en cuenta que incluso “hablar sin acento”, si eso fuera posible, constituiría un acento característico que el resto de los hablantes identificarían como ajeno a su entorno cotidiano.

No existe, concluyamos, una variante del español que sea mejor que otras. Al contrario: es la suma de las diversidades la que hace de nuestro idioma uno de los más importantes del mundo en extensión, hablantes y contenidos. De eso sí podemos estar orgullosos.

Pero, ya que empezábamos citando la patria lingüística y civil de Rufino J. Cuervo y García Márquez, dejemos que opinen los naturales de la Atenas Hispánica:

Y más:
Alberto Bustos: Dónde se habla el mejor español
Roberto Hernández Montoya: Habla bien el que habla como yo
Violeta Delmonte: Lengua estándar, norma y normas en la difusión actual de la lengua española

Miguel A. Román | 28 de octubre de 2012

Comentarios

  1. Marcos
    2012-10-28 11:06

    Como al lector avezado y seguidor de este sitio no le será muy difícil averiguar quién es ese amigo tuyo y editor de este sitio, aclaro para salvaguardar mi honor: mi pregunta fue tendenciosa y no inocente: te pedí un artículo en el que explicases lo que finalmente explicaste: que no existe un español mejor hablado que otro. Gracias.

    Y cuando dices:

    Primero habría que establecer cómo sería ese español ideal, óptimo e imperfectible. Supongo que se puede empezar por exigir una fonética aséptica e impecable, espulgada de seseo, ceceo, yeismo…

    ¿Son esos fenómenos que desmerezcan el idioma? Evidentemente no, así que aunque existiese ese hablante ideal no sería más que otra manifestación lingüística, otro idiolecto. ¿Verdad?

    Saludos

  2. jose
    2012-10-28 12:33

    Una duda, donde dice “el habla de El Hierro es el más cercano”, ¿no debería ser “el habla de El Hierro es la más cercana”?

  3. Miguel A. Román
    2012-10-28 14:31

    Cierto, Marcos. Desde luego, tanto el seseo como el yeísmo están formalmente aceptados, aunque solo sea porque suman más del 90% de los hispanohablantes. El ceceo está muy limitado a Andalucía occidental, y su escaso prestigio hace que se tienda a ocultarlo (Sevilla capital, por ejemplo, ya no se considera zona ceceante).

    Por tanto, las variantes fonológicas del castellano son hoy consideradas válidas incluso dentro de la norma culta. Como igualmente se toleran algunas variantes agramaticales consagradas por el uso regional, como el laísmo/leísmo de Castilla (sin embargo, el leísmo es incorrección en un argentino o un andaluz).

    He procurado evitar los términos idiolecto, como habla individual de cada persona, y dialecto por ser este último un concepto poco adecuado al ámbito del artículo.

    Jose:
    Estás en lo cierto, el adjetivo para “habla” debe ir en femenino, pero preferí no corregirlo ya que, como puedes comprobar, está tal y como figura en el enlace (Departamento de Filología Española, Clásica y Árabe de la ULPGC), lo que demuestra una vez más que las reglas de idioma son auténticas trampas.

  4. Gilberto Aguirre
    2012-10-29 21:26

    “CORRECCIÓN EN LA LENGUA ESPAÑOLA”

    “En el caso de la lengua española, el concepto de corrección debe manejarse con prudencia. Debe procurarse favorecer su unificación. Esto no quiere decir que para hablar correctamente debamos hacerlo como se hace en Madrid.
    El español trasplantado a América tiene en la actualidad, muchos focos irradiadores de prestigio lingüístico: unos por haber sido capitales de virreinatos; otros, por el número de hablantes que poseen actualmente, y otros más por su extensión geográfica. Estos y otros factores permiten a las capitales hispanohablantes el tener una norma culta propia que sirve de guía a sus habitantes.
    Las normas cultas de los distintos países, incluyendo a España, coinciden en la mayor parte de los fenómenos, aunque conservan sus propios rasgos que les dan sus características particulares. Hay una gran base común y otra, menor, diferenciadora.
    Así pues, adhiriéndonos a la norma culta mexicana en nuestro país, como el argentino o el peruano a la suya, estaremos favoreciendo la unificación lingüística del español; a la vez que, socialmente, estaremos procediendo con juicio, porque si cada hablante se expresara como le viniera en gana, un corto lapso bastaría para que la comunicación fuera poco menos que imposible.
    En cuanto al lenguaje poético que siempre, cuando es verdadero, resulta nuevo, rico, deslumbrante o sugestivo, y que, en última instancia, se sale de todas las normas, no cabe aplicarle el binomio: correcto-incorrecto, sino la posición: usual-no usual.
    La corrección varía no sólo geográficamente sino también en el tiempo. Lo correcto en el siglo XVIII no es lo correcto en el siglo XX. Aunque reconozcamos que Baltasar Gracían escribió correctamente, nadie, en la actualidad escribiría como él lo hizo. Por esta razón, no es posible pensar que lo correcto hoy consista en seguir, a ojos cerrados, todas las reglas y todos los usos de la Gramática de la Real Academia Española o el Diccionario de Autoridades, porque estas obras fueron redactadas como respuestas a las necesidades de un momento dado. Ciertamente siguen siendo obras básicas y necesarias de consulta, pero no pueden responder a todas las necesidades que actualmente se le plantean a la lengua española. Ellos cumplieron y siguen cumpliendo su fin: estabilizar y fijar la lengua después de una larga etapa de formación; pero no pueden ser indefinidamente el “remedio de todas las necesidades” del hablante.
    No han faltado en la historia de España, autores que bajo el nombre de Casticismo y Purismo pugnaban por la adhesión total a la norma madrileña como modelo de corrección. Don Miguel de Unamuno los sacó de su error y les advirtió de paso que esa actitud sólo podía favorecer el rompimiento lingüístico del español. Pidió, por el contrario, que se le reconociera a cada nación americana su propia fisonomía lingüística y que entre todas se formara un mosaico en el que la norma madrileña sería “primera entre iguales”; un conjunto en el que Madrid conservaría el respeto histórico, pero de ninguna manera como modelo a seguir.
    Así pues, podemos concluir que la forma correcta de utilizar nuestra lengua es seguir el uso normal culto de la sociedad en que vivimos; sin olvidar que esta corrección obedece a factores sociales más que lingüísticos.
    La norma culta la encontraremos reflejada en los buenos escritores de cada época y cada lugar. Ellos serán los mejores portadores del habla correcta formal escrita. En cuanto a la corrección en la expresión oral, los usos de cada lugar, encabezados por la norma culta hablada, serán un factor determinante en esta cuestión.”

    FUENTE: Alcalá, José Antonio, El concepto de corrección y prestigio lingüísticos, Tercera Edición, Editorial Trillas, S.A. de C.V., México, 1990, Tercera Reimpresión, 1999, Páginas 47 y 48.

  5. Melisa Palferro
    2012-10-30 01:49

    Me encanta encontrar entradas con tanto sentido común como esta entre tanto sinsentido que uno lee. Esperemos que poco a poco sea esta la visión que se vaya imponiendo, la del respeto mutuo de las distintas variantes, sin los prejuicios lingüísticos tan típicos e injustificados.
    Será que de lengua opina todo el mundo, porque todos somos maestros de la propia, ¿no? Poca gente hay que sepa lo que es por definición una variante y cuáles son las causas de la elección de las variantes estándar (políticas, económicas, geográficas…), que no son más que eso, variantes elegidas por cuestiones externas a la lengua como las “dominantes”.
    Todavía existe quien en Hispanamérica piensa que “hablamos mal” y que los que hablan bien son los españoles. ¿Qué españoles? Parecería que únicamente los de Madrid y alrededores, por lo qu se dice.
    La realidad no podría ser más distinta.
    Este artículo me trajo a la memoria otro que leí hace poquito sobre la “legislación” de a Real Academia Española, convertida en semi-dios por algunos y cuestionada por pocos: http://clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.com.ar/2012/10/los-problemas-de-los-academicos.html
    Como en todo, creo que lo conveniete es apelar a la moderación. La RAE y su diccionario son útiles para lo que sirven, pero no olvidemos que se trata de una institución que refleja en muchos casos intereses que no son lingüísticos y que, además, anda siempre de retraso y a contrapelo. Sin embargo, hay muchos que creen que es “palabra santa”, ¿no?
    Nada más, me encantó la entrada, compartida queda :). Te señalo simplemente un ‘slip of the hand’ en los primeros párrafos:
    Pero ¿es que existe un español mejor que el resto? Por supuesto, tomando las variantes distópicas del idioma — sería variantes diAtópicas, ¿no?
    Saludos

  6. Miguel A. Román
    2012-10-30 11:10

    Gracias, Melisa, por tu comentario, aún más valioso, como el de Guillermo, viniendo “de allá”. Creo que la RAE va por mejor camino desde hace unos años, prestando mayor atención a las variantes legítimas y reconociendo el ámbito de las otras academias del español. Esperemos que se siga avanzando en esa dirección.

    Diatópica, claro que sí (corregido): Se dice de los fenómenos que se producen en una lengua en virtud de su extensión geográfica. La distopía —con s- es un recurso literario.

  7. Mr P
    2013-01-22 04:29

    El mejor español, supongo, lo hablarán los estudiantes del Instituto Cervantes que son aquellos que aprenden el español estandar sin “vicios” derivados de su uso común.

  8. Mr P
    2013-01-22 04:29

    El mejor español, supongo, lo hablarán los estudiantes del Instituto Cervantes, que son aquellos que aprenden el español estandar sin “vicios” derivados de su uso común.

  9. Vallisoletano
    2013-01-22 17:07

    Hola.

    El mejor español se habla obviamente en España. Y si buscas alguien sin acento esos son los habitantes de Valladolid. Incluso algún Madrileño también se podría decir que hablan bien y sin acento.

  10. gonzalovalenzuela
    2013-01-22 17:39

    Creo que el problema es que hay mas hispanoparlantes fuera de España que en esta, no se si sea el mejor o el pero, a mi gusto el mas entendible es el Colombiano o Peruano, plantas a un Colombiano y se entiende claramente en cualquier lugar , pones a un Español y cuesta un poco mas entender claramente, para los que no habitamos la peninsula, mismo para un Argentino (con verbos que solo ellos tienen) o un Chileno (que cortamos la mitad de las palabras al hablar)

  11. Francisco
    2013-01-22 17:56

    A “Vallisoletano”:

    Aun siendo de Madrid tengo que llevarte la contraria. Cuando hablas del español “sin acento” cometes el mismo error que la mayoría de las personas que aparecen en el vídeo. Para nosotros su acento es claramente colombiano, aunque ellos lo perciban como neutro. Dicen que no “cantan” al hablar pero lo hacen, al menos para nosotros.

    Te aseguro que por muy de Valladolid que seas, en cuanto sales de tu entorno los hispanohablantes de otros países te “cazan” al vuelo. Nosotros tenemos otra entonación característica propia de Castilla. Y no es mejor ni peor que otras.

    Y hablando del vídeo, es muy alentador oír hablar a alguien como el último hombre que aparece, con gran sentido común, claridad de ideas, propiedad en el uso de las palabras, y fluidez absoluta.

    Un saludo

  12. Aloriel
    2013-01-22 18:24

    Decir que en Valladolid se habla el mejor español es errar mucho. En Castilla se dice que en tal caso sería Salamanca, ya que los vallisoletanos son harto leístas. Madrid, no, tampoco.

    Personalmente no me gusta el acento granadino ya que me cuesta muchísimo entenderlo, así como el extremeño en muchos casos. El acento venezolano, sin irse al forzado o extremo, me parece bello.

  13. Alfonso
    2013-01-23 05:37

    Pero vamos a ver, ¿Cómo va a ser el mejor español el hablado en América tal y como dicen por ahí arriba? ¡Pero si desde Estados Unidos hasta Tierra de Fuego sesean!
    No diferencian “cazar” de “casar” o “rozas” de “rosas”, por Dios un poco de sentido común dejémonos de tonterías, el seseo es una falta muy grave. El español se pronuncia, no se “pronunsia”, por lo tanto el lugar donde se hable mejor el español debe estar en España sin duda alguna.

  14. Lagarto
    2013-01-23 06:58

    Alfonso: se nota que no leíste el artículo completo.

    Yo soy mexicano que vive en México de toda la vida, pero soy un asocial y aprendí a hablar por los libros de texto y la televisión con su lenguaje “correcto” o “neutro” (caricaturas, películas y documentales). Así que yo hablo con las palabras que me parecen más fáciles de entender en un contexto dado, palabras literales, y cuando ando en la calle o en el trabajo a veces me cuesta entender a quien no me conoce porque en México (en unos lugares y sectores sociales más que en otros) se acostumbra sustituir muchas palabras o expresiones por otras, aparentemente todos lo entienden menos yo.
    Si alguien me pregunta – ¿Dónde puedo tirar el agua? – Yo señalo el desagüe… cuando en realidad significa “¿Dónde está el baño?” jajaja.
    A lo que voy es que hay obstáculos para la comunicación cuando la diversidad llega a algo ridículo, ¿qué no?.

  15. papelicos
    2013-01-23 23:34

    Este dificilísimo idioma que hablamos casi quinientos millones de personas, tiene un apellido, y éste es “castellano”. Todo el mundo sabe que el latín, ya sin romanos pesadísimos que cuidasen de sus formas, se pervirtió de una docena distinta de maneras, a cual más perversa, si bien les llamamos “lenguas romances” porque suena más bonito, y le pese a quien le pese, para bien o para mal, la “perversión” hablada en el reino de Castilla, por razones políticas que de vez en cuando todavía lamentamos, se impuso al resto de perversiones de la Península. Así pues, si entendemos que donde mejor se habla un idioma es allí donde se originó, podríamos decir que los mejor hablados deberían ser los toledanos, que es donde nació Alfonso X.

    Toda esta argumentación se queda en nada cuando oímos a BB King. Nadie como él interpreta el blues, pero el blues nació en Tenesse y BB King es de Misisipi. Ay Dios!

  16. papelicos
    2013-01-24 15:20

    “…Real Academia Española, convertida en semi-dios por algunos y cuestionada por pocos… “

    ¡Por Dios, señorita Melisa Palferro!, no me desmantele la RAE que es una de las pocas cosas que mantenemos en su sitio a pesar de chessburgers y whatsapps. No dude usted que la RAE a veces yerra, no seré yo quien la defienda al respecto, pero en cada arte y cada oficio es bueno que haya una Academia, de lo contrario quienes hablamos, escribimos y leemos no sabremos dónde acudir con una duda ni habrá nadie que ilegitime una desviación, porque una desviación es una desviación, mírese por donde se mire, aunque dentro de doscientos años nuestros tataranietos la hayan convertido en una entrada más del diccionario. Desde cierto populismo nacionalista presidentes hay (y presidentas) que ningunean a la Real Academia por considerarla poco menos que imperialista, sería bueno que se lo hiciesen ver por un psicólogo, y si lo desean eliminen la “p” de la palabra, que la RAE, y ésta vez con buena lógica, la admite también.

  17. Gerardo
    2013-02-09 01:53

    Algunos de ustedes se ha puesto a analizar el español de los Venezolanos? Caracas especificamente! a mi parecer es el mas neutral en cuanto a acento se refiere.. como lo leen lo hablan.


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