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Profundidad de campo por Adrian Daine

La fotografía no ha muerto, sólo ha cambiado de formato. Sus valores y normas tampoco han desaparecido, sino que se han actualizado y nos obligan a mirar el mundo de otra manera. En Profundidad de Campo, cada día 23 repasaremos su evolución en un intento por demostrar que las dudas que origina son similares tanto cuando hablamos de megapíxeles y Photoshop como cuando hablamos de daguerrotipos y granos de plata, y explicaremos cómo interpretar un arte y oficio que, a su vez, interpreta el mundo para nosotros.

El patito feo

En noviembre del pasado año, la revista Time escogió para hablar sobre el impacto del huracán Sandy sobre Nueva York una fotografía hecha con un iPhone. Ya mucho antes habíamos sido testigos de la irrupción del nuevo patito feo de la fotografía en medios serios cuyo coto estaba vedado a sus hermanas mayores y más profesionales, o sea que no debería sorprendernos tanto que siga ocurriendo. Sí debería sorprendernos, sin embargo, que fuera la propia Time la que enviara a un grupo de fotógrafos armados con sus teléfonos móviles”:http://www.forbes.com/sites/jeffbercovici/2012/11/01/why-time-magazine-used-instagram-to-cover-hurricane-sandy/ para documentar el asunto directamente en la cuenta de Instagram de la revista. El motivo, según el director de fotografía de Time, no era otro que hacer llegar lo más pronto posible la información a sus lectores. Tanto éxito tuvo la iniciativa que una de esas fotos llegó a la portada.

Hablando de Instagram, estarán todos al tanto de la reciente polémica con el que es considerado el patito feo dentro del patito feo de la fotografía: la decisión de poner a la venta el contenido que sus usuarios subían a la red social sin previa ni necesaria autorización del mismo. El rugido consecuente en todas las redes sociales ha logrado muchas cosas, entre otras la resurrección de Flickr como plataforma de difusión fotográfica, que andaba de capa caída y que entre esto y el casual lanzamiento de su nueva aplicación para móviles ha vuelto a las primeras filas. Flickr ya tuvo sus más y sus menos al asociarse con Getty Images para que ésta pudiera buscar entre sus millones de usuarios fotos de stock que poder comercializar. Aquí el usuario debía aceptar y cobraba porque su foto fuera utilizada, pero el debate se centró en hasta qué punto Getty tiraba de fotógrafos amateur a precios más baratos que los de un fotógrafo profesional. Curiosamente, las mayores réplicas a este asunto fueron idénticas a las que se escucharon con el affaire Instagram: Quién Querría Ganar Dinero Con La Foto De Tu Gato. Sólo que en Instagram podríamos incluir también Pies y Comida. Con lo que deberíamos quedarnos es con la importancia de que a esta nueva transformación de la fotografía lleguen estos debates, no tanto por lo que se puede sacar de ellos como por lo que aportan a algo aparentemente tan efímero como la fotografía móvil y a la fotografía en general.

Alabanza de lo efímero es el eslogan de portada del primer ejemplar de Shooter Magazine, la primera revista (eso dicen ellos) dedicada a la fotografía móvil. Y efímero es su contenido. No es una crítica ni una pega, es simplemente la temática. Todos los trabajos expuestos son instantáneas o pertenecen a series de temática poco compleja, atendiendo a la filosofía inicial del patito feo de la fotografía: su absoluta inmediatez al capturar un momento y difundirlo donde sea (quitando esto último, casi casi estaríamos citando a Cartier-Bresson defendiendo el uso de una Leica a mediados del siglo XX; su instante preciso no deja de tener una temática efímera). En las páginas de la revista se observa una preponderancia de iPhones, y sería de agradecer que en futuros números (que esperamos que haya) amplíen otras marcas, más que nada por evitar que la phoneography quede irremediablemente transformada en iphoneography. En cualquier caso, como iniciativa no está nada mal: al menos es una revista dedicada a la imagen y no al aparato de hacer imágenes, como la mayoría de publicaciones sobre el medio.

Para terminar de pegar ese golpetazo en la mesa que muchos siguen negándose a ver, a finales de 2012 Samsung lanzaba un nuevo modelo de cámara compacta que incorpora el sistema Android y que cuenta con conectividad 3G para que ya no sea un tema sólo de captura inmediata sino también de difusión inmediata. Para constatar que no es una rareza sino un modelo a seguir, Polaroid anunció este mismo mes una cámara que no sólo posee Android sino que además adopta el último intento de la industria por salvar el modelo compacto: la lente intercambiable. Hace años, la novedad era insertar tecnología fotográfica en un teléfono móvil. Hoy sucede justo al revés, de la misma manera que se sacan lentes y accesorios fotográficos para nuestros teléfonos. O, directamente, cacharros para escanear negativos desde ellos. Estén atentos que este patito feo todavía tiene que empezar a creérselo.

Adrian Daine | 23 de enero de 2013

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