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Porque me quité del vicio por Elia Martínez-Rodarte

Vicio es todo en exceso y desmesura hasta que lo abandonamos por un nuevo vicio, o nos convertimos en coleccionistas de ellos. Nunca es tarde para desechar uno y encontrar otro nuevo. De los vicios y pasiones que exponen nuestra humanidad hablaremos aquí, en este espacio comandado por Elia Martínez-Rodarte, mexicana, viciosa y escritora, autora de ivaginaria, el día 6 de cada mes.

Afrodita

Me sorprende la cantidad de salas de masaje eróticos que llevan el nombre de Afrodita. Justo en esta semana he encontrado dos, más los otros tantos que he visto en otras ciudades de México.

El sexo en todo el mundo está bendecido por diversas deidades, y una gran representante del erotismo es Afrodita, la cual ha dado nombre a muchos objetos relacionados con la sexualidad por ser la diosa griega de la cachondez y el amor, ergo, de la fertilidad y del florecimiento. Una de sus denominaciones, y de las que más me gusta es Porné, que es la raíz de la palabra pornografía y de los pornikotelos, lugares de orgyparty en Grecia, en donde se le rendía culto a la también llamada Citerea o Andrófonos (asesina de hombres).

Afrodita como buena divinidad mayor de la mitología griega es caprichosa, da con generosidad y tiene sus lapsus de justicia y de maquiavelismo. Nuestra Afrodita nació del mar, tal como la plasmó Botticelli, pero la criatura fue parida prácticamente por un dios descojonado: estaba un día el dios Urano en la siesta, cuando su hijo Cronos llega con una hoz y le cercena los testículos. Si algo tiene la mitología griega es una montaña de historias para nota roja, que harían ver rídículo a cualquier tamalero caníbal.

Cronos avienta los destos de Urano al mar, y de la espuma del semen emanado de esos testículos aparece Afrodita, o Venus como la conocían los romanos. Acto seguido la criatura se va a la isla de Citeres (“…tu cuerpo es una copia, de Venus de Citeres…” dice la Sonora Santanera en Perfume de Gardenias. He ahí…)

Afrodita es madre de Eros, más conocido los 14 de febrero como Cupido. Este dios no mayor es una divinidad dedicada al amor, al erotismo (su nombre denomina a esa palabra) y sobre todo, se ha ubicado a este ángel nalgoncito como el protector de los amores gays.

Afrodita además de sexosa protagoniza los relatos más controvertidos de la mitología griega, porque lo mismo ama apasionadamente, castiga horrible, y otorga dones a diestra y siniestra de manera abundosa, pero no siempre justa.

El amor representado por cualquier diosa todo el mundo significa problemas, y Afrodita no es la excepción. Esta señora fue la causante indirecta de la guerra de Troya, uno de los mitos monumentales de los griegos, por ejemplo. El chisme va así. Estaban Hera, Afrodita y Atenea en la boda de Peleo y Tetis, quienes invitaron a todo el Olimpo a la pachanga. La diosa de la discordia Éride, conocida por no llevar regalos a las fiestas, no fue requerida. Éride se sintió y puso el elemento discordante de la festividad. En una mesa dejó una manzana de oro con la dedicatoria: a la más bella. Hera, Afrodita y Atenea se lanzaron a la manzana como las urgidas que se abalanzan por el ramo, pero Zeus, el dios padre, decidió resolverlo con justicia. Mandó de recadero a su hijo Mercurio a que las condujese con el papito de Paris, que además de mega bueno era hijo del rey Príamo de Troya.

Las tres diosas Hera, reina del Olimpo, Afrodita ya conocida y Atenea, diosa de la inteligencia, le prometieron cada una por su cuenta a Paris, múltiples dones con tal de que escogiera. Hera le dijo que le daría la regencia de toda Asia, Atenea le ofreció prudencia y ser triunfante de todas sus batallas y Afrodita, conociendo las debilidades masculinas, le ofreció a la más linda de todas, que era Helena de Esparta.

El pequeño detalle es que Helena era casada. Menelao el esposo ofendido, emprendió una lucha para recuperar a su mujer, porque Afrodita le cumplió a Paris. Hizo caer rendida a Helena a los pies de Paris, quien dicho sea de paso, no necesitaba tampoco mucha ayuda para enamorarla: se veía, aunque no fuese, dios griego en faldita corta, así queno había mucho qué debatir. Dicha guerra la pueden conocer con todos sus detalles morbosos en la Ilíada, libro fundamental de la literatura griega clásica.

Pero como nada es perfecto, curiosamente a Afrodita le tocó bailar y casarse con el más feo. Ella fue esposa de Hefesto, el dios herrero. Y hasta aquí del cuento la moraleja: a las más bonitas siempre nos tocan los más feos y que si vas a abrir un congal, le debes poner Afrodita.

Elia Martínez-Rodarte | 07 de abril de 2009

Comentarios

  1. Francisco
    2009-04-11 05:40

    Pues ya lo dijo el sabio padre, y lo dijo a voz en cuello, no hay bonita que valga que se sacrifique un feo. Pa’ eso estan los congales.

  2. Raúl
    2009-12-15 03:30

    Jejeje.. me gusto mucho tu manera escribir y expresar la mitología, con un humor muy particular y una redacción con gran ingenio. Felicidades. SALUDOS

  3. Hernan
    2010-06-28 09:29

    La cancion “Perfume de gardenias” es del compositor puertorriqueno Rafael Hernandez, no es de la Sonora Santanera, Ellos la pueden haber cantado como muchos otros cantantes, pero debe reconocerse al autor de la letra.

  4. Elia
    2010-06-28 09:33

    Si te fijas bien en ningún sitio dice que pertenezca la autoría a la Sonora, sino que eso dice la canción. Aclaro que en ningún momento dije que la canción pertenece a la Sonora Santanera ni fue mi intención despojar al autor de la misma de su crédito.


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