Libro de notas

Edición LdN
Polimecánica educativa por Daniel Medvedov

En el siglo XXI, como en cualquier otro nuevo milenio,
todos deberiamos empezar por ser originales: necesitamos crear otras ciencias y otras artes.
He aqui la Polimecanica Educativa, un nuevo sistema de
re-conocimiento que propone el re-conocerse a si mismo y
no respetar las opiniones de los demas. Esta seción dejó de actualizarse en agosto de 2007.

Los Principios Universales y sus Modelos Lógico-Teóricos

(En griego “Archetypos” y “Paradeigmas”, respectivamente)

Puede sorprender a muchos lo que, a continuación, se declara: Existen veintitrés principios universales (“Archetypos”) inscritos en los cromosomas. Estos veintitrés principios universales poseen un modelo lógico-teórico (“Paradeigma”) en el cual están estructurados y a través del cual se manifiestan en la naturaleza del pensamiento y por el habla, en la lengua. Estos modelos son únicos.

Hoy día, a la categoría de símbolo se le asigna un sentido distorsionado.

En veracidad, “símbolo” quiere decir “complemento” y sólo este sentido es operativo en el lenguaje. También se confunde la “lengua” con el “lenguaje”, el “alma” con el “espíritu” y muchos otros términos categoriales.

Puedes hablar como quieras pero de allí a que se entienda y comprenda lo que deseas expresar y comunicar hay un camino extenso. Por otra parte, el concepto de “metáfora” ha sido también distorsionado. Su sentido original, como lo es todo sentido, declara que existe en la metáfora una noción de “transporte”, la idea de “transportar”. Una metáfora es un tropo, vale decir un giro o figura de estilo que implica un transporte. No es por nada, pero aún hoy en día existe en Grecia el Ministerio de la Metáfora, que no es otro que el Ministerio de Transporte y Comunicaciones. Al mismo tiempo, la idea es un concepto del lenguaje que se refiere a un estado germinal de una noción. Se puede y se debe traducir la idea como “noción”. He aquí una expresión corriente y reveladora: decir que “no tienes idea de lo que estoy diciendo y escribiendo” es lo mismo que decir que “no tienes la menor noción de lo que estoy diciendo y escribiendo”. En la primera expresión has utilizado el término griego y en la segunda el término latino. El español posee los dos términos y de allí la creencia que son dos conceptos diferentes.

Hablar, decir y escribir forman una acción triple, que genera, en distintos planos y distintos registros de la expresión, un preciso sentido que yo comprendo y en consecuencia, utilizo para hacerme entender.

Muchos sujetos usan las mismas palabras que yo uso y no obstante, no entendemos lo que ellos desean expresar. En el lenguaje sólo está inscrito y registrado uno.

Es muy posible que los mismos usuarios no entiendan lo que están diciendo, lo que no es poco frecuente en el habla de los humanos. Con hablar no basta: necesitas primero “entender”, luego “comprender” y por último “declarar” y “afirmar” lo que has captado. Para que ello tenga algo de razón, deberías también “saber” lo que estás declarando.

En la esfera del lenguaje, donde se encuentran todos los principios universales, no existen ciertos conceptos que sólo tienen vigencia en la lengua. He aquí tres ejemplos: Lo “malo”, lo “feo” y la “mentira”. Los tres no existen, como tales, en el lenguaje. Sólo han sido inventados para denigrar y atacar ciertos principios universales con los cuales co-existen, como unos parásitos.

En los tres casos antes mencionados, los principios correspondientes son lo “Bueno”, lo “Bello” y la “Verdad”, respectivamente. Esos principios se proyectan en la lengua a través de dos entidades simbólicas y por ende, complementarias, a saber: lo “positivo” y lo “negativo” para el primero, lo “burdo” y lo “fino”, para el segundo (con su variante artificial para lo “refinado”) y la “realidad” junto a su “misterio”, para el tercero.

Por tanto, el lenguaje no puede o no debe confundirse con la lengua, ni la “visión” con la “opinión”. Una opinión es una suerte de logorréa personal que manifiesta un ángulo estrecho de tu perspectiva. En cambio, la visión es la perspectiva esférica, total, completa, de las nociones y la comprensión cabal del sentido de las cosas. Soy optimista en lo que concierne la capacidad de entender y de comprender las cosas, tal como ellas son y no como ellas “aparentan”. Todos pueden alcanzar el entendimiento y el saber y a todos les es dado el regalo natural del conocimiento. Pero la mayoría de la gente desconoce a las cosas sutiles a causa de su incredulidad y por ello mismo presentan en el escenario de las ideas, opiniones personalistas que no llegan a ser más que abortos de la inteligencia. El que sabe, sabe también si tu sabes, o no sabes. Bastaría con poco para darse cuenta de tu saber o de tu necedad. Una palabra bastaría, hasta un gesto y ¡ qué decir de una mirada!

En tu mirada está anclado tu saber y por lo mismo, cuando los seres humanos dejaron de comprender la mirada del prójimo, se inventó la palabra, que luego empezó a usarse para comunicar algo, en un registro que tal vez alcance, con más facilidad la posibilidad de ser entendido, y puedas así comprender el estado de las cosas.

Las cosas no son tan sólo simples objetos.
Pueden ser también seres, criaturas y en la mayoría de los casos, son hechos, fenómenos, manifestaciones de la verdad, en una realidad campante.

De cuando en cuando, necesitamos oír y leer tales “cosas” para recordar lo que hemos olvidado y perdido en el polvo de la cháchara diaria. En cada instante, el observador atento puede presenciar la manifestación de los principios universales. Desde lo trivial hasta lo sutil, los principios universales hacen de la lengua el mercado de sus negociaciones y el comerciante de las palabras actúa con sabiduría o descuido en ese trato diario de la comunicación.

Analizaremos uno por uno los veintitrés principios universales, inscritos en los veintitrés pares de cromosomas del ser humano. ¿Por qué sólo veintitrés? A nadie se le ocurre preguntar lo mismo acerca de la causa de la existencia de sólo veintitrés cromosomas dobles para la generación de los seres humanos. Otros dirán que los monos, que poseen cuarenta y ocho cromosomas (veinticuatro dobles), tienen entonces, más principios universales que los humanos. Hay un principio universal que los seres humanos asimilan por imitación. Este principio que los monos, en verdad, poseen, además de los otros veintitrés, es el Juego. La idea de “jugar” se proyecta en el plano de los símbolos en dos acciones – el ganar con su ganancia y el perder con su pérdida. La acción metafórica que reúne los dos símbolos, o los transporta, el uno hacia el otro, es el disfrutar. Como prototipo tangible del juego, el juguete se manifiesta en el mundo humano bajo la forma de las herramientas o instrumentos del trabajo. El argumento contrario a la teoría de los veintitrés principios universales suscita la presencia de más o de menos principios y cromosomas. Se trata de casos particulares de las criaturas inscritas en la memoria universal de la vida orgánica, donde los principios tienen un lugar privilegiado.

Los veinte aminoácidos y las cinco bases de la naturaleza orgánica se manifiestan en las veinte variantes consonánticas y en las cinco vocales esenciales de habla, presentes, en totalidad o en parte, en todas las lenguas del hombre. Las cuatro letras del código genético no poseen el valor natural de lectura, en el actual concierto genético del “genoma” humano. Este infeliz término (en español), con el cual se designa el libro de la vida, está denigrando desde su misma pronunciación castellana, el valor positivo y salutario de la vida. Ha sido traducido así del inglés, por inexpertos y luego fue aceptado por el gran público de la lengua española. Es tiempo de hacer una lectura crítica de su aspecto.

Tal vez las personas que no hayan estudiado medicina no sepan que la partícula -OMA, un afijo, sólo designa (en griego) una anomalía, una degeneración, un salto fallido, una ruptura en el ritmo natural de las cosas y sería el último en elegirse y utilizarse para designar la terminación del libro de la vida: el GEN-OMA. Con sólo recordar algunos de los términos en los cuales se encuentra y opera como sufijo, haríamos temblar al más acérrimo de los genetistas: CARCIN-OMA, SARC-OMA, MI-OMA, ANGI-OMA. Hay que cambiar el final del término y re-emplazarlo con -OMO, como es preciso en la traducción de la palabra inglesa GENOME.

No tardaré en más explicaciones acerca de la bondad de ese cambio y me limitaré a describir uno por uno, los modelos lógico-teóricos de los veintitrés principios universales del lenguaje.

El tema no es nuevo, pero, a pesar de haberse catalogado múltiples comentarios de autores, tanto antiguos, como también modernos y contemporáneos que lo han tratado, no he percibido grandes avances en el ámbito del estudio de los universales. Ya hemos visto que hay nociones que existen en la lengua pero no están en el lenguaje. Sus designaciones son como cheques sin fondo, en blanco, al portador. También hay nociones que existen en el lenguaje y no son aún conocidas como palabras, o han sido olvidadas, en las lenguas. El lenguaje es el mundo de los arquetipos y la lengua es la zona donde estos arquetipos se manifiestan, para formar tipos, prototipos y estereotipos. Los principios universales no son otros que los mismos arquetipos y como términos absolutos, pertenecen al lenguaje y se consideran proto-temas.

Un concepto es una categoría. Son palabras idénticas, la primera en latín y la otra en griego. A su vez, la noción es una IDEA, también en latín y en griego, respectivamente. Utilizar estos términos como si fuesen distintos y darles un valor casual e indiscriminado genera en la lengua mil ambigüedades y pronto, lo que se está afirmando roza el plano del disparate. El lenguaje no evoluciona puesto que es perfecto y la perfección no tiene necesidad de ser alcanzada ya que no es un estado sino un valor trascendente. Por tanto, la llamada visión “diacrónica” es una categoría inútil en el marco del lenguaje. Puede dejarse de lado, puesto que más tarde la necesitaremos en el plano de la lengua y del habla, dos aspectos muy diferentes.

El símil del equipo de fútbol

Los veintitrés pares de cromosomas y los principios universales son dos equipos de fútbol, con la célula como árbitro y el ADN y ARN, como árbitros laterales. La pelota es la vida misma, a la cual pateamos desde todas partes. Los dos guardametas, o porteros, son el cromosoma masculino y el cromosoma femenino. Se trata de un símil, o semejanza casual: no la tomes en serio, lector gracioso.

El Rosario de los Arquetipos
(En griego “Kombologhion”)

El orden de aparición de los principios en una lista es irrelevante. Entre ellos no hay jerarquías de valores o niveles de importancia. Los veintitrés principios universales son nociones impalpables, intocables, inefables e intangibles. No es posible definirlos. Por lo mismo, su expresión y manifestación en la lengua necesita de un soporte palpable, tangible y consistente, para hacer las veces de puente entre lo intangible y lo palpable y de embajador de lo inefable. En cuanto a su definición, este elemento debe ser expresable en términos de la lengua y tangible en hechos naturales. El elemento que, de hecho, es la proyección misma de la idea en el mundo de las formas, se define como PROTOTIPO, un TIPO primigenio desde el cual van a partir una serie de diversos “tipos”, para generar el grupo de los “estereotipos”, las incontables variantes de la noción original.

Antes de manifestarse en el PROTOTIPO, la IDEA se divide en dos componentes complementarios, llamados “símbolos”, complementos naturales de la idea original. Están opuestos virtualmente pero no son contradictorios: encajan uno en el otro y se necesitan uno al otro. No se trata de dos figuras contrarias sino de aspectos complementarios de la misma noción. La primera ley de la ARQUEOTIPOLOGÍA es la siguiente:

  • En el plano de los principios universales lo CONTRARIO no es COMPLEMENTARIO.

Para que los dos términos simbólicos se encuentren y para que sus aspectos formen un todo y así fundirse y con-fundirse uno en el otro y uno con el otro, es necesaria una figura de estilo, o un tropo, un giro operativo, llamado METÁFORA, o “transporte”.

¿A qué tipo de “transporte” se refiere la palabra METÁFORA?

Es un transporte transitivo, como todos los “transportes” pero al mismo tiempo “vital”, óntico, un desplazamiento unificador y unificante. La metáfora es un FUNTOR, elemento “unionista” que no sólo une, sino también re-une algo escindido, desplaza una parte hacia su contra-parte, empuja al uno hacia el otro y prepara el encuentro ideal de dos estados complementarios o “simbólicos” para el regocijo de la IDEA, que aunque intangible, es observadora y cercana a este proceso de unificación. Cada principio posee cinco elementos fundamentales:

  • Una IDEA-Semilla
  • Dos SÍMBOLOS-Ramos
  • Una METÁFORA-Flor
  • Un PROTOTIPO-Fruto
  • Un tronco común que se asimila al SENTIDO

Este símil del árbol es una semejanza óntica que nos descubre la existencia de una estructura arborífera invertida: las raíces, con su semilla, están en lo alto y la corona con su fruto y sus infinitas SIGNIFICACIONES-Hojas, en lo bajo, en el mundo de la lengua, reflejo del plano del lenguaje. Esto dibuja un modelo lógico-teórico virtual, al cual responden todos los veintitrés principios universales.

Dado que el Código General de las Lenguas ostenta, propone y dispone del material para los vestidos del lenguaje, que son las innumerables lenguas naturales y por el hecho de que este código posee sesenta y cuatro operadores, la cantidad de variantes con las cuales puede expresarse, en una sola lengua, un concepto y una noción responde al número de 46 por 64, es decir 2944, número que representa la cantidad de las lenguas posibles, que actualmente y tal vez siempre, —no lo sabemos pero lo intuimos— han sido habladas por el hombre social.

Es el número cuarenta y seis, ya que los veintitrés principios son dobles y operan en pareja, veintitrés para el hombre y los otros veintitrés para la mujer.

Los veintitrés Principios Universales son los siguientes:

  1. La VERDAD
  2. El BIEN
  3. Lo BELLO
  4. El SER
  5. La JUSTICIA
  6. La LIBERTAD
  7. La SABIDURÍA
  8. El CONOCIMIENTO
  9. La PAZ
  10. La VIDA
  11. La ETERNIDAD
  12. El INFINITO
  13. Lo SUBLIME
  14. El AMOR
  15. La IMAGINACIÓN
  16. La INTELIGENCIA
  17. La SALUD
  18. El CAMBIO
  19. La MENTE
  20. La ENERGÍA
  21. La TRADICIÓN
  22. La FAMILIA
  23. La COMBATIVIDAD

Construiremos la lista por orden alfabético:

  1. El AMOR
  2. Lo BELLO
  3. El BIEN
  4. El CAMBIO
  5. La COMBATIVIDAD
  6. El CONOCIMIENTO
  7. La ENERGÍA
  8. La ETERNIDAD
  9. La FAMILIA
  10. La IMAGINACIÓN
  11. El INFINITO
  12. La INTELIGENCIA
  13. La JUSTICIA
  14. La LIBERTAD
  15. La MENTE
  16. La PAZ
  17. La SABIDURÍA
  18. La SALUD
  19. El SER
  20. Lo SUBLIME
  21. La TRADICIÓN
  22. La VERDAD
  23. La VIDA

En español, La Vida está en el último lugar y el Amor en el primero, como, de hecho ocurre: ¡ Entre el Amor y la Vida está todo!

Cada principio ha adquirido, a lo largo del tiempo de uso de la lengua, un contra-principio creado por los usuarios. Es un elemento curioso, ya que sólo está presente en la lengua y no existe en el lenguaje. Las relaciones que se establecen entre principios y contra-principios (o anti-arquetipos) son las siguientes:

  1. La VERDAD – La MENTIRA
  2. El BIEN – El MAL
  3. Lo BELLO – Lo FEO
  4. El SER – La HOMOSEXUALIDAD
  5. La JUSTICIA – La INJUSTICIA
  6. La LIBERTAD – La COACCIÓN
  7. La SABIDURÍA – La NECEDAD
  8. El CONOCIMIENTO – La IGNORANCIA
  9. La PAZ – La GUERRA
  10. La VIDA – El SUICIDIO
  11. La ETERNIDAD – La CADUCIDAD
  12. El INFINITO – Lo FINITO
  13. Lo SUBLIME (DIÓS) – El DIABLO (ENEMIGO)
  14. El AMOR – El ODIO
  15. La IMAGINACIÓN – La FICCIÓN
  16. La INTELIGENCIA – La ESTUPIDEZ
  17. La SALUD – La ENFERMEDAD
  18. El CAMBIO – El ESTANCAMIENTO
  19. La MENTE – La LOCURA
  20. La ENERGÍA – La ANTI-ENERGÍA
  21. La TRADICIÓN – La SUPERSTICIÓN
  22. La FAMILIA – El CELIBATO
  23. La COMBATIVIDAD – La COBARDÍA

Ninguno de los veintitrés contra-principios o anti-arquetipos existe en el lenguaje y por tanto no existen, a pesar de estar presentes en la lengua y con la lengua, en las expresiones de cada día.

Es sorprendente afirmar que

La MENTIRA
El MAL
Lo FEO
La HOMOSEXUALIDAD
La INJUSTICIA
La COACCIÓN
La NECEDAD
La IGNORANCIA
La GUERRA
El SUICIDIO
La CADUCIDAD
Lo FINITO
El DIABLO (El ENEMIGO)
El ODIO
La FICCIÓN
La ESTUPIDEZ
La ENFERMEDAD
El ESTANCAMIENTO
La LOCURA
La ANTI-ENERGÍA
La SUPERSTICIÓN
El CELIBATO
La COBARDÍA

no poseen existencia y que solamente

La VERDAD, el BIEN, lo BELLO, el SER, la JUSTICIA, la LIBERTAD,
la SABIDURÍA, el CONOCIMIENTO, la PAZ, la VIDA, la ETERNIDAD,
el INFINITO, lo SUBLIME, el AMOR, la IMAGINACIÓN,
la INTELIGENCIA, la SALUD, el CAMBIO, la MENTE, la ENERGÍA,
la TRADICIÓN, la FAMILIA y la COMBATIVIDAD

poseen valores de principios universales.

Para más detalles sobre el tema: Arquetipología

Daniel Medvedov | 20 de agosto de 2006

Comentarios

  1. Jordi
    2006-08-26 20:22

    En primer lugar quisiera agrader la posibilidad que se me ofrece de leerte y participar en este “Curso de Polimécanicos”.
    Desde mi tierna infancia he visto con extrañeza que no había un saber “humano”, sino que existían un conjunto de conocimientos disgregados que lo convertía a uno en cristiano, musulmán, habitante del s. XIX, australiano, comunista, o mamá. En definitiva, un conocimiento que nos fragmentaba.
    Mi postura respecto a los “principios universales” aquí expuestos puede explicarse a través ded la palabra de Aristóteles “anagnorosis”. Este término quiere decir tanto “descubrimiento” como “reconocimiento”. Pues todo verdadero descubrimiento debe relacionarse con lo que siempre ha sido verdadero.
    La forma de la palabra griega para “verdad”, uno de los principios citados, significa algo así como “lo olvidado”, sugiere que en cierto momento la búsqueda de lo desconocido cede ante la pugna por apartar aquello que impide ver lo que ya estaba allí. Y es lo que le sucede a uno frente a este escrito.

    Hay diferentes tipos de criticas, la crítica musical, la literaria. Pero de un modo más general, la critica es el lenguaje que expresa la conciencia del lenguaje. Y es desde aquí que Daniel Medvedov expone su saber. La crítica refuerza la ciencia, la filosofía, la historia o la política mediante la creación de canones de autenticidad. La crítica separa la ciencia de la superstición, la historia del rumor, la leyenda de la filosofía, la política de la propaganda. La crítica muestra caminos de desarrollo y clausura los caminos sin salida.
    El establecimiento del “espacio crítico” para desarrollar la conciencia de la lengua que usamos en los oficios que cita Daniel Medvedov en la “Visión ética de un nuevo milenio” supone la concesión de credibilidad a los principios universales aquí expuestos como “principio de coherencia”. Yo , por la belleza de la visión, le doy mi beneplácito.

  2. Jesus Espinosa
    2010-09-09 09:13

    Me facino el tema, y deseo que el gobierno, tome medidas para correjir las notas publicitarias, y noticias cotidianas de antemano agradesco sus atenciones y por favor me podrian mandar mas paginas relacionadas, gracias.

  3. Marco . Zrii en Colombia
    2011-08-16 12:31

    Es increible toda la informacion que nos compartes, gracias por estos 23 principios universales, me ayudaron a entender por que la vida le da gracias a uno y desgracia a otros.

  4. Daniel Medvedov
    2011-08-16 16:53

    Gracias, Marco, estoy a tu orden, por aquí en las Austrias, en Viena . . .

    Saludos y éxito en tus cosas
    Daniel Medvedov

  5. alejandra gonzalez
    2011-09-13 05:27

    si todos lo seres humanos fueramos concientes de los principios universales y los llevaramos a cabo en nuestra vida diaria otra seria la realidad de nuestro universo.
    ojala cada dia podamos ser mas concientes de ello en una verdad de que todos somos uno mismo, una unidad fuerte para bien o para mal…
    nosotros decidimos para que!
    saludos y bendiciones-


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