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Pa cuatro que piensan por Miguel Santa Olalla

Tendemos al derrotismo y a pensar que caminamos inevitablemente hacia la decadencia. Frente a esto, en todos los campos del saber y del hacer hay personas cuya tarea está cimentando el legado que dejará nuestra época a la siguiente. ¿Qué tal si conocemos a algunos de los pensadores de nuestro tiempo más importantes? No son cuatro, pero pensar, sí que piensan. Y lo que tienen que contarnos merece la pena. Miguel Santa Olalla es profesor de secundaria y editor de boulesis.

Jürgen Habermas: la conciencia de Europa

Elaborar un pequeño itinerario para acercarse a Jürgen Habermas pasa necesariamente por apuntar un doble camino. Por un lado, uno de los filósofos más reconocidos y laureados de la segunda mitad del siglo veinte, padre de la ética del discurso. Por otro lado, un intelectual que aborda los temas más calientes de su tiempo, que se prodiga en periódicos con artículos de lo más diverso: desde la construcción europea a la clonación. Filósofo de sistema y profundidad, intelectual en guardia permanente.




La filosofía de Habermas nació en un contexto bien particular: forma parte de la llamada segunda generación de la Escuela de Frankfurt. Por así decir, Habermas forma parte de la primera generación de alemanes que están obligados a revisar su pasado reciente después del holocausto y la segunda guerra mundial. Heredero por tanto de una crítica de la razón y los valores ilustrados, se encuentra en la difícil circunstancia de prolongar el espíritu crítico de Adorno o Horkheimer, sin renunciar a la vez a salvar al ser humano, a depositar en él la esperanza de una sociedad justa, racional. Salvar la razón desde la crítica a la razón. Esta es la tarea que lleva a cabo fundando además una de las teorías éticas más extendidas de las últimas décadas: la ética del discurso.


La idea central de esta teoría es sencilla: los seres humanos hablamos entre nosotros y esto nos convierte en seres morales. Hablar no es sólo intercambiar información, sino que en toda conversación entran en juego valores morales. Desde la sinceridad a la honestidad, pasando por la confianza y la justicia. El comportamiento moral del ser humano se despliega ya en las palabras. Por eso los conflictos morales deben resolverse en el mismo medio que nos otorga la moralidad: el lenguaje. Así, Habermas construye el concepto de situación idea de habla en la que los participantes han de llegar a un acuerdo pudiendo todos hacer uso de la palabra en condiciones de igualdad, libertad y simetría. Se le ha criticado a esta teoría que se acerca peligrosamente a una idealización del ser humano y la realidad. La fuerza de la propuesta de Habermas radica en el lenguaje mismo: o hablamos para entendernos, para ir logrando acuerdos, o el lenguaje carece de sentido.


Lograr grandes acuerdos. Esto es lo que se hace no sólo en moral, sino también en política. Un buen ejemplo lo tenemos en la Unión Europea, una de las ideas sobre las que más ha pensado el autor alemán en sus diversas colaboraciones con la prensa. Acérrimo defensor de Europa como unidad política y cultural, Habermas pone de relieve lo mucho que se ha conseguido en pocas décadas, y reconoce a la vez las carencias democráticas de esta construcción, así como el carácter predominantemente económico de la misma. Esto no debe conducirnos, en opinión de Habermas, a una especie de desencanto respecto a Europa: cuando decimos que la unión está dominada por la economía, estamos diciendo de manera indirecta que queremos más Europa, una unión política capaz de hacer frente a ataques especulativos, a juegos económicos y a interese de mercado.


Como se ve, la sombra de Habermas es alargada. Su inspiración marxista le convierte en uno de los referentes del pensamiento socialista, y también en un defensor a ultranza de una modernidad y una ilustración reinterpretadas a la altura del siglo XXI. Debemos confiar en la razón, pero en la de todos. En la razón que se desarrolla en el diálogo, en el intercambio argumentativo. Idea que ha llevado él mismo a la práctica: son bien conocidos los diálogos públicos que ha mantenido con quien era en su día el cardenal Ratzinger, en torno a las relaciones entre razón y fe y la posibilidad de fundamentar una sociedad política al margen de la religión, idea representada por Habermas. En resumen: un dialogador nato, tanto en la teoría como en la práctica.


Para saber más:

  1. Una obra de referencia: Teoría de la acción comunicativa (1981)
  2. Entre lo último publicado: La constitución de Europa (2010)
  3. Entrevista a J. Habermas, publicada en El país en 2004
  4. Artículos de Jürgen Habermas publicados en El país.
  5. Diálogo entre Jürgen Habermas y J. Ratzinger
Miguel Santa Olalla | 17 de octubre de 2012

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