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En Opinión & Divulgación se publican artículos de colaboradores esporádicos y de temática variada.

Poder y magia

El espectáculo es la afirmación de la apariencia y por tato la afirmación de toda vida humana, y social, como simple apariencia. (Guy Debord)

Vivimos y habitamos la llamada sociedad de mercado. Nada se le escapa a esta nueva deidad en su permanente tarea de codificación y programación de lo real. Todo debe ordenarso y cobrar sentido sobre la base de su principal imperativo: la capacidad de consumo. Tal panorama encuentra uno de sus pilares en un individuo de carácter dúctil y personalidad evanescente. Toda diferencia, todo relieve, todo criterio que muestre un perfil deberá ser allanado. En este sentido no es casual que cualquier manual de marketing estime las diferencias culturales, religiosas o ideológicas como barreras al consumo que deben ser abolidas. En la sociedad de mercado todo será objeto de consumo: opiniones políticas, información, cultura, espiritualidad, imagen… Todo estará al alcance en el gran mercado global pero nada tendrá capacidad alguna para trasformar o constituir al individuo. Todo se verá así reducido a una existencia meramente icónica y virtual de la que el consumidor obtendrá epidérmicas rentabilidades de carácter psico-emocional. Tal individuo, conformado en la intimidad de su conciencia por los flujos de imágenes del universo mediático, no sería más que una posición de consumo que respondería a una conducta prevista ya de antemano, puro asiento contable.

En el panorama descrito, las estrategias de imagólogos y psicólogos sociales se centran en el condicionamiento de conductas a través de la administración de imágenes sobre las conciencias. Se trata de diseñar y programar pautas de conducta… La programación psicosocial no vendrá tanto de la mano de tal o cual imagen sino de la inmersión de las conciencias en un permanente flujo de imágenes cuya finalidad es la incansable movilización de la libido en el mercado. Así las cosas, tales flujos se han convertido en el más relevante marco educativo y de constitución de la subjetividad en las sociedades contemporáneas. Todo se verá relagado a una existencia puramente incónica y virtual. En el marco descrito todo encuentro real, toda dimensión unitiva, y todo enlace con la alteridad se convierte en insólito. La distancia y la alienación de lo cosificado en unas rentabilidades preestablecidas reducirá lo real a la mera apariencia.

Los viejos magos
Tradicionalmente la magia fue vista como una técnica que, sobre la base de la aplicación de ciertos conocimientos, pretendía algún género de actuación sobre lo real. Así la magia se consideraba una técnica que encontraba su operatividad en una sabiduría aplicada. Para los magos, la actuación sobre lo psíquico encontrará en el poder de las imágenes una de sus más importantes herramientas. Las imágenes serán capaces de generar todo tipo de mundos interiores de tremenda potencia. Desde ahí desplegarán su enorme poder para configurar la intimidad de las conciencias y, en su caso, para condicionar conductas. Las imágenes suscitan en el hombre fobias y filias, incluso diseñan y constituyen tales fobias y filias. Las más de las veces las gentes confunden su carácter y naturaleza con este entramado donde lo real queda previsto y codificado de antemano en una representación e imagen dada. Toda esa cartografía de nuestras fobias y querencias limita nuestra experiencia de la vida haciéndonos previsibles. Hasta el punto que nos convierte en sumisos servidores de una representación ilusoria de lo real que nos cosifica y limita, estragulándonos y adormeciéndonos la percepción y la capacidad de vida. Desde tales cuadros de filias y fobias cosificamos lo real y al tiempo somos cosificados por nuestra proyección de lo real… Cualquier mago de la antigüedad contemplaría la sociedad actual, sus relaciones sociales así como las actuales relaciones entre hombre y naturaleza, completamente saturadas de la mentalidad y los procesos operativos y manipulativos propios de la magia.

Creo se hacen evidentes los enormes paralelismos entre la antigua magia manipulativa y toda una serie de prácticas tan cotidianas como ubicuas. En palabras de Ioan P. Culianu, discípulo de Mircea Eliade, “actualmente el mago se encarga de las relaciones públicas, de la propaganda, de la prospección de mercados, de las encuestas sociológicas, de la publicidad, de la información, la contra-información y la desinformación, de la censura, de operaciones de espionaje e incluso de criptografía.”

El paralelismo trazado entre lo que la antigüedad consederaba magia negra y algo tan relavante hoy en día como los flujos de imágenes no responde a reflexión ni especulación alguno sino a la constatación de la identidad entre los modos de hacer propios de la magia y los característicos de los imagólogos, publicistas y psicólogos sociales.



elAjo, número 1, invierno 2004/2005. Texto reproducido con el permiso expreso de la revista.

Ajoblanco | 24 de noviembre de 2004

Comentarios

  1. Beowulf
    2004-11-25 00:00 ¿Quienes son los “nuevos magos” de la Nueva Edad Media tecnomórfica?

    Creo que pocos conocen al creador de las Relaciones Públicas, Edward L. Bernays. Este “mago” de su época, y sobrino de Sigmund Freud, publicó casi seguidos dos libros: CRYSTALLIZING PUBLIC OPINION y poco después PROPAGANDA, de los que Adolf Hitler tenía siempre ejemplares en la mesa de su despacho, junto con el retrato de Henry Ford. En sus libros viene a decir, entre otras cosas más impactantes, que la ciencia psicológica está ya tan avanzada que se podía substituir la realidad natural por otra “sintética”, de igual forma que habíamos reemplazado nuestra conexión natural a los árboles, los pájaros y las flores por los coches, las luces de neon y los carteles publicitarios. El fin era redefinir la sociedad “democrática” hacia los intereses de una economía centrada en la producción en masa.

    Lo mejor es que lo dice todo explicitamente, con la inocencia del que inicia una nueva ciencia, dando incluso justificacines de orden moral y “democrático” para tales actuaciones manipuladoras. Habían nacido las Relaciones Públicas y el Marketing.
  2. ddaa
    2004-11-30 13:04 La primera versión del artículo de Ajoblanco se publicó en Generación XXI

    http://www.generacionxxi.com/temas/magia.html

    En Frontline un estupendo programa de la TV pública estadounidense no los llaman “magos”, sino “persuasores”. Vale la pena acercarse a la web del programa, donde se recogen las intervenciones de Douglas Rushkoff y otros expertos no menos prestigiosos.

    http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/persuaders/

    Algún día se reconocerá a Goebbels como el padre fundador de los media modernos, y si no, al tiempo.

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