Libro de notas

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El estado de la crítica literaria (II)

Por Carlos Acevedo y Jónatan Sark

JÓNATAN SARK: Bueno, lo de las revueltas tanto en España como en Chile está siendo cubierto con una desfachatez lamentable, no es ya arrimar el ascua a la sardina, es negar la existencia de ascuas. Tanto tenderetismo no hace más que evidenciar que carecemos de una buena información pública e independiente. Más bien lo contrario. No es que sea particularmente pesimista porque nunca le he visto mucha intención ni ganas de mejorar o cambiar este estilo de trabajo. También yo encontré en la carrera a gente con muchas ganas que se desesperaba, tanto a los que no entienden por qué tiene que estar junta la parte de lengua de la de literatura como a la desaparición de las literaturas comparadas o, en fin, todo lo que no sea preparar a la gente para la investigación aunque internamente se sepa que es para ser profesores de instituto. Es como el Molde Maestro. Precisamente por eso, por su pertenencia externa a esta versión de los Ultracuerpos que es la Academia, son los ajenos a la misma los que ofrecen visiones interesantes. Tanto que dentro no se permitiría. El problema es que no suelen ofrecerlo mas que en posiciones externas o, en el mejor caso, gracias a la aparición o al encuentro de gente con gustos similares aunque situación académica diversa que logra un empujoncito. Son tantos los ejemplos de autores que estudiaron carreras que poco o nada tenían que ver que no creo necesario mencionar a ninguno. La duda es, ¿por qué nadie parece darse cuenta de esto? Y mucho me temo que el motivo es que son plenamente conscientes. Y les da igual.

CARLOS ACEVEDO: Sí, bueno, puede ser un poco eso pero tampoco creo que sea la totalidad del problema. El otro día pensaba, un poco por hacer la boutade, en que el éxito de The Wire, por ejemplo, sería tal si hubiera dos o tres chavales que se preguntaran acerca de por que David Simon se paso al audiovisual para contar lo mismo que contaba en el periodismo. Yo no tengo muy claro el porqué pero no deja de parecerme sugerente que ante ese enigma pudiesen surgir preguntas concretas acerca de los roles que se han de acometer cada vez que alguien decide prepararse para una plaza laboral y cuales son los limites de esa plaza laboral. Creo que entiendes a que me refiero.

JÓNATAN SARK: Sí, lo entiendo. Aunque no sé si es esa mi lectura. Hay un escritor poco tomado en serio, Carl Hiaasen, más conocido por ser el autor de la novela Striptease que por sus sencillas y divertidas novelas, que explicaba el problema del periodismo como el triunfo del capital sobre el lector; decía que si un periódico en lugar de recortar gastos se esforzara por informar mejor se convertiría en más comprado, pero que es más sencillo realizar recortes y pagar menos aunque eso perjudicara a la información, y ante menos información y menos control más facilidad para las trapisondadas. Simon tenía una carrera, tuvo un libro de gran éxito, Homicidio, y vio la oportunidad de convertirlo en una serie. De ahí a una mini para la HBO y de allá para The Wire, todo pasito a pasito. No parece que tuviera un plan detrás pero sí que podemos apelar a Salmon, ese señor a quien tanto ha leído Porta, que asegura que todo entra mejor con una historia; igual que el dicho publicitario de Si no tienes nada que decir, cántalo. Sin duda lo que cuenta ha llegado más cuando la gente pensaba que era algo más para su entretenimiento que para su formación, pero eso es también porque lo que busca la gente en las noticias parece estar mal. Fíjate en Tele 5 o en Antena3, sus telediarios pueden dividir las noticias entre Violencia, Miedo, Sexo, Publicidad y Youtubes. La sexta parte es la Información Deportiva, es decir Real Madrid, Barça, Nadal, Alonso y Excipientes. Se acerca a la idea de información como entretenimiento, no para informarse o saber sino para sacar emociones en lugar de conclusiones. Por eso la información ha buscado otros medios para fluir. Es lo que crea a los que van por Libre. Y ese mismo camino ocurre con la información sobre Cultura. Piénsalo, ¿cómo te informarías tú?

CARLOS ACEVEDO: ¿Si mi único horizonte fuera la tele, en general? Hombre, pues no lo sé. Tampoco se cómo lo haría si solo leyera periódicos deportivos, la verdad, pero entonces volveríamos a lo de antes. Lo de la educación y tal. Sobre todo a partir de lo que dices, de lo de sacar emociones en lugar de conclusiones. De hecho, lo de las mixed-emotions es todo un tema en la crítica actual. Independiente del medio o del formato. Mira, yo mismo he estado a punto de poner una anécdota con mi abuela. De hecho, con lo de los blogs y tal lo que ha sucedido es que el tema emocional se ha llevado al paroxismo, porque ya no se trata de vender las emociones que puedes encontrar en un producto “X”, sino que encima se trata de vender las tuyas propias, como crítico o como sea que se llame eso que hacen en sitios como Revista de Letras y así.

JÓNATAN SARK: Bueno, me refería más a los cauces para buscar una Crítica Cultural o, si queremos desligarlos, una Información Cultural. No sólo la Tele, todas las formas. Y es cierto que el subjetivismo y las anécdotas, el storytelling que le dicen, va sustituyendo a cualquier intento o ilusión de objetividad. Ya no tratas de buscar la opinión fría o realizar una valoración general aliñada con la más “sentimental” sino de darle algo de pompa a lo que no deja de ser un m’agusta’o o su versión negativa. Que con aquella patochada de “Es entretenido” está reduciendo a lo mínimo el aspecto crítico de, en fin, la crítica. Sí, podríamos reducir a si ha gustado o no, y si entretuvo o no una obra, pero debería ser la crítica la que lleve a esas conclusiones, no una exposición plana y mediocre. Del mismo modo que una larga anécdota puede estar muy bien en muchos sitios, pero si poner en situación al lector ocupa más espacio que analizar la obra tal vez tendrías que replantearte el trabajo. Claro que a veces me pregunto quién o cómo estaría alguien preparado para Informar o realizar Crítica Cultural. Incluso esperando algo más que una crítica cinematográfica tenga más fondo que la nota de prensa y más análisis que la tapa de un DVD.

CARLOS ACEVEDO: Hombre, respecto al acceso a la información creo que ambos consultamos directamente las novedades editoriales y páginas como Wikipedia, ¿no? Bueno, tú no. Pero ya me entiendes, llega un punto en el que sólo te fías de mínimas guías donde ver fecha y lugar de nacimiento de un autor, fecha de publicación de la obra en el original, etcétera. Luego, recurres a gente mas o menos afín que hace lo mismo o te dejas llevar por aquellos comentarios de gente que hace crónica literaria, antes que critica. Yo, por ejemplo, soy un gran lector de todo aquello que menciona Vila-Matas. Muchas veces truños, pero le debo haber descubierto a De Maiestre, a Néstor Sánchez o a Gadda. Aunque claro, si pienso en por que me fío del criterio de Vila-Matas es porque su obra me ha despertado siempre al menos un mínimo de simpatía. A lo que me refiero, en definitiva, es que acabas fijándote más en sujetos concretos que han construido algo parecido al respeto o lo que sean los adjetivos que has usado antes y que no subiré a buscar al principio de este documento. Eso, por ejemplo, no es algo que encuentre en los nombres habituales en la crítica. Además de un claro indicio de que de tanto leer novedades se han quedado pajaritos o así. Supongo que por eso también me fío, otra vez, de Vila-Matas, porque al menos tiene la decencia de leer y hablar de lo que le interesa de verdad y no de aquello por lo que tiene que cumplir. Pero claro, eso no es crítica. Y en mi caso hace, en parte, el rol de la crítica. Desempeña una valoración de un objeto en un marco que me resulta reconocible y que por tanto me despierta un cierto interés. Aún así, considero que tienes razón con lo de “lo entretenido”. Que a estas alturas parece mas ridículo que “Novela gráfica”. Y mira que era difícil superar la marca…

JÓNATAN SARK: Es que la concatenación de afinidades y referencias siempre es una buena forma de explorar; un autor habla de otro, uno reconoce o recomienda la deuda con el de atrás, así es más entretenido ir leyendo y pasar de unos a otros. Vila-Matas adora a los raros así que si busco algo que él recomiende supongo que será eso lo que encuentre, pero el caso es que se recomienda por afinidad pero nunca existe una total identificación, de manera que los cambios, al estilo de un Last FM, es lo que permite ir conociendo o abarcando un mayor territorio. El problema es que para conocer la actualidad —algo que tampoco veo realmente necesario— necesitas o estar allí o conocer a alguien que filtre lo suficiente. Algo que tendría que hacer la industria de la información y de lo que rara vez se preocupa.  

CARLOS ACEVEDO: Pero es que la industria de la información filtra. De hecho, filtra muy bien. Es más, de tanto que filtra podría decirse que la editoría independiente sólo es la moderna y de nueva horneada y no, yo qué sé, Pepitas de Calabaza. Yo recuerdo con cierta congoja una conversación en un pasillo con una profesora a la cual, para que te hagas una idea, la invitaban a Perú para recibir con elogios a Mario Vargas Llosa luego del Nobel, que va y me dice que la literatura no está en los suplementos, que nunca ha estado allí y que la labor del lector, con dos cojones, era buscar la literatura y responder a sus preguntas. Por cierto, ¿sigue existiendo ese tipo de lector añorable que visita las librerías con el recorte de la crítica? Yo hace años que no veo uno… La cuestión es que no sé si no veo uno porque ese señor falleció y con él una forma de entender lo libresco o, simplemente, los suplementos ya no despiertan ningún tipo de interés ni simpatía.

JÓNATAN SARK: Hay editoriales grandes, que logran colarse, y pequeñitas que entran —sobre todo— por amiguismo. Estar bien relacionado, o saber moverse, es fundamental. De lo contrario te pasa como a Impedimenta, que logra que hablen de La hija de Robert Poste sólo cuando se ha convertido en un éxito de ventas —Bueno, eso pasa con casi todos, fíjate cómo con  *_El tiempo entre costuras_* pasó eso mismo. Están muy ocupados hablando de “Lo que es”  como para fijarse en “Lo que realmente está”— de manera que existen realidades paralelas. Por un lado está la de los libros de la librería, la de los compradores y la de los medios. Como a los libreros nos interesa vender tenemos que procurar estar a las tres, los compradores vienen con lo que tienen así que se dedican al boca a boca y a los medios y, finalmente, como los medios van a la suya pasan de los otros dos. En cualquier caso, sí, siguen viniendo, cada vez menos jóvenes, con sus recortes de prensa, o sus fotos en el móvil, incluso alguno con un listado. Pero, vamos, piensa en las maneras de enterarse de lo que sale. O pasas por la librería y curioseas con cierta asiduidad —y  más vale que sea buena y variada— o te buscas la vida.

CARLOS ACEVEDO: Y las revistas qué. Recuerdo que cuando me vine a vivir aquí estuve ojeando montones de revistas y ninguna llegaba a convencerme siquiera mínimamente. Creo que es un cosa general. ¿_Qué leer_ no había nacido como una especie de Fotogramas de libros o algo así?

JÓNATAN SARK: Nació con la idea de apartarse del teórico elitismo y lograr una difusión de la literatura. En su descargo hay que decir que la idea no era mala. Pero claro. Lo que se creaba era un periodismo de suplemento cultural y de dominical que no interesó demasiado al público, incluso sin tener en cuenta que no hay tanto público intermedio como para sostenerlo. O que las fotos interesan más de galanes que de escritores. El resto de revistas son… En el mejor de los casos, son núcleos de amiguetes. Leer es un grupo de amiguetes de derechas, por ejemplo. Luego ya estarían esas de “propaganda” o “gratuitas”.

CARLOS ACEVEDO: El otro día me estuve leyendo la que regala la fundación Lara, que gracias a que es gratis parece menos mala de lo que es en realidad. ¿Cómo es que se llama? No, ahora en serio, creo que en muchas cosas, en las reseñas, por ejemplo, tiene mucho más peso específico que revistas “de quiosco”. También está Revista de Libros que, si no me equivoco, depende de la fundación de El Corte Inglés que tiene bastante más nivel que las revistas de Quiosco y, además, tres o cuatro veces más interés que los suplementos, a pesar de que muchos nombres coincidan.

JÓNATAN SARK: Sí, el Mercurio, que no es tanto mala como limitada, porque son nombres conocidos haciendo críticas en su mayor parte. Los artículos —habitualmente temáticos— quedan más académicos pero suelen tener pocas sorpresas. En fin. Y sí, Revista de libros es mejor, pero también está menos distribuida, es más cara, más compleja. De nuevo tienes razón, los mismos nombres se repiten en todas partes. Pero es que es todas partes: Críticas, artículos, textos, relatos… Y porque no hay un listado con la relación de miembros de jurados literarios o nos íbamos a reír incluso más.

CARLOS ACEVEDO: Eso también es gracioso, al parecer el sólo hecho de publicar en los papelotes te da todo el capital simbólico necesario para que tu opinión mueva unos cuantos miles de euros, como jurado en un certamen literario o, en su defecto, te lleven por España a hacer bolos y sentar cátedra de cualquier cosa.

JÓNATAN SARK: Creo que el término es Compadreo. Eso que permite que dos autores lleven años diciéndose que se quieren, se admiran, se van de copas y son superamigos y luego uno sea jurado del otro. Como el último Tusquets, vaya. Y al revés, no nos olvidemos de que a RothPhilip — no le quería dar el Booker un miembro del jurado. Una historia ridícula de odios, celos y personalizaciones. Pero, claro, cuando el público compra siguiendo el rastro de los premios —que es la otra forma de distinguir su calidad, junto a la enorme cantidad de ventas que demuestra que hay mucha gente tan idiota como tú— hace falta gente detrás para poder moverlos. Sobre todo si van a nutrir catálogo, no vaya a ser que publiques algo que no se adapte a tu sello.

CARLOS ACEVEDO: No estoy del todo seguro de que el término sea compadreo, pero sí se aplica a lo que dices. Lo que pasa es que este tipo de cosas son vergonzosas, muchas veces porque siquiera hace jugar ese tipo de cartas para que una obra demuestre su valía. Pero bueno, supongo que lo ven normal. A mi lo que me jode de este tipo de movidas es que alimentan la sospecha mucho más de lo que acaban fomentando la lectura de la novela premiada. Parecen no darse cuenta que este tipo de cosas acaban alejando a cierto tipo de público.

Hace un rato hablabas de lo de ir por libre. Supongo que te refieres a blogs, fanzines y demás, así como a ir colando reseñas en medios y poco a poco construir una carrera como crítico o reseñista. En esto, veo dos cosas que no me gustan nada. Una de ellas es el “primerismo” que es esa actitud altanera donde el sujeto en cuestión se las da de enterado y de manera indefectible siempre ha llegado a algo antes que el resto del mundo. Siempre. Además, para más inri, es el único que ha llegado antes. La otra es la pretensión de pureza. Ese aplicar la ley de Sturgeon y ubicarse a sí mismo en el 10% puro que no tiene conflictos de interés, que tiene un manejo perfecto de todas las áreas del conocimiento humano y que, encima, es novelista o cuentista o, en el peor de los casos, poeta, lo cual cree que le dota de cierta aura de protección, aura que le permite decir cualquier cosa. Por idiota que sea.

JÓNATAN SARK: Bueno, lo de ir por libre se refería más a no estar relacionado con un medio o editorial aunque bien sabemos que muchas veces no deja de ser el medio para entrar en ellas. Es la famosa Independencia de la que hablábamos hace un rato. Y sí, hay gente que cree que sólo por ser independiente se es mejor. En realidad está menos comprometido pero también se pueden decir enormes insensateces desde la libertad. La diferencia está en que no acaban siendo tan voceadas ni publicitadas. A mí casi me dan más risa los que van de independientes mientras intentan venderse. Ya sabes, como Olmos y similares. ¿Qué les pasa por la cabeza? ¿Qué reacción creen que lograrán sacar de sus lectores cuando den el paso?

CARLOS ACEVEDO: Pues la verdad es que no lo sé. Lo cierto es que cierta beligerancia vende, sobre todo cuando se le relaciona con un nombre propio que ha publicado en una editorial, digamos, que tiene distribución en FNAC. Lo curioso es lo que dices, que esa independencia es sólo una especie de campaña de Marketing, una manera bastante evidente y cutre de ganarse un lugar en el mundo. De hecho, han aparecido una gran cantidad de blogs epigonales de Mal-Herido, aunque con una diferencia bastante importante: en lugar de simplemente hablar de una obra a partir de un personaje, han decidido dar rienda suelta al namedroppin’, pero no en plan “mira cuánto he leído” sino en plan “seguro que este/a que lleva tal web tiene una alarma con su nombre”. Lo curioso es que ésta táctica incluso cuenta con alguno al que le ha salido bien. Pero debo admitirte que me generan una profunda tristeza, básicamente por las ganas de epatar usando una incultura alarmante y, un poco en la misma línea, por su certeza de que la única novela posible es aquella decimonónica. Ya sabes, esa idea tan extendida de “introducción-nudo-desenlace”, que no sólo es absurda sino que, encima, es prácticamente inexistente en la tradición literaria más, digamos, evidente. Eso no existe, por ejemplo, en La Regenta. Ni en Flaubert.

JÓNATAN SARK: Pero le habrá salido bien porque los autores españoles son muy de poner alarmas con sus nombres. No se me ocurre otra explicación. Y porque al final a la gente le da lo mismo la crítica si puede tener una buena bronca. De todas formas te digo que la mayoría de blogs en los que he podido leer críticas literarias —Es decir Lo que me acabo de leer— sirven más para hacerse una idea del lector que del libro. Me miro cuatro y sé qué tendría que venderles si se pasaran por la librería, porque no hacen análisis, hacen repaso según gustos. “Esta quiere chick-lit pero que no sea evidente, este busca Warhammer 40.000 en la Novela Histórica, aquella otra querría ser lectora de las recomendaciones del Bahbelia pero en realidad sólo le gustan los bestsellers, la pobre, viviendo en negación… “ y eso solo los que no tienen por meta dedicarse a esto, los que no se ponen estupendos perdiéndose en su prosa que a veces parece una versión en aventura de texto de ¿Dónde está Wally?.

CARLOS ACEVEDO: Jajajaja. Con lo último tienes más razón que un santo. A mi otra cosa que me ha llamado la atención es el nivel de ignorancia ¿En cuántas críticas a Alma de Javier Moreno o a Irse a Madrid de Manuel Jabois has visto aparecer el nombre de Umbral? No digo que sea un referente de cualquiera de los dos, sino, que simplemente rompe, de manera contundente, cualquier idea de “novedad” que se le pueda imprimir a estos dos libros. Curiosamente, en este aspecto, el no mencionar a Umbral, coinciden suplementos, revistas y blogs.

Por otro lado, también hay una actitud extraña que presupongo que se sostiene en llevar lo de la opinión subjetiva al terreno de la hipérbole, ya que muchas veces sueltan unas insensateces que se  ahorrarían a) leyendo notas de prensa/consultando la web de la editorial u organismo en cuestión; o b) evitando usar datos contrastables para dar cuerpo a su opinión. Evitar el ridículo, en resumen.

JÓNATAN SARK: ¿Qué ridículo? La lectura crítica está en el tradicional nivel inexistente y la mayor parte de la gente no sería capaz de notar que el autor de un texto está hablando de un libro que no se ha leído. No digamos ya comprender las razones por las que una crítica puede dirigirse. Apostar por el Subjetivismo no es necesariamente malo, ni mucho menos, pero sí permite que el autor escriba lo que le de la gana, tenga relación o no con el tema. Del mismo modo que muchas veces se cree que el Objetivismo —no el ideológico, claro— significa rellenar una ficha como si fuéramos robots o, peor aún, poner notas, incluso despiezando las partes del libro: Trama 6, Construcción de Personajes 7, Tempo narrativo 4, Estilo 7, Legibilidad 8.  No, no, no. Lo importante, creo yo, es llegar a alguna idea respecto al libro. Bien está que nos inspire una reflexión incluso sobre la cultura pop, pero más vale que tengas algo que decir sobre la obra en sí. De todas formas sospecho que el gran problema de la crítica está en que cada vez está más claro que es innecesaria, que sobra, a la gente en realidad le sobra, lo que quiere no es eso, es: ¿Me gasto en esto la pasta? ¿Me va a gustar? Lo que en tiempos le decía un amigo, un familiar o —en fin— su librero. ¡Ah, la soledad moderna, a que tristes situaciones nos abocas! Cuanto más tiempo pasa más me cuesta encontrarle una utilidad no prosaica a los suplementos y la crítica. De hecho, cada día me cuesta entender más qué es lo cultural en el periodismo cultural, pero teniendo en cuenta que en periodismo hay que ponerse una pinza para entrar… ¿Tú qué crees? ¿Qué habría que buscar en la crítica? ¿O qué es lo que el crítico cree que hay que ofrecer?

CARLOS ACEVEDO: Creo que no sólo se trata de una idea respecto al libro sino que también se trata del camino que te lleva a esa idea. A lo que me refiero con la hipérbole de lo subjetivo es a que se da mucho decir cualquier cosa y considerar que no es necesario justificarla/explicarla. Básicamente porque se basa en ideas tan peregrinas como que es es su opinión y todo el mundo tiene una o que sobre gustos no hay nada escrito (cuando lo más probable es que si lo haya, el problema es que no ha dado con ello) y bla blé blí.

Debo admitir que estoy de acuerdo contigo: la crítica, como funciona a día de hoy, es innecesaria. Lo cual implica pensar que no cumple sus funciones. Por tanto sería identificable como un remedo a la ausencia de crítica y este diálogo sería una especie de diálogo roto desde su punto de partida con el cual perder el tiempo de manera ilimitada. O algo, yo qué sé.

Personalmente, considero que la crítica es esa cosa que hace un señor o una señora donde pone en juego una serie de mecanismos para evaluar una obra, esos mecanismos pueden ser de todos los colores y sabores, pero han de estar manifiestos en el texto donde se expresa dicha evaluación y el resultado de la misma. No me interesa el yoamimeparece de todo el mundo, por tanto para que a mi me interese tiene que haber un aparato, un sistema, una articulación de sentido, lo que sea, aplicados a la obra en cuestión. Luego, lo que yo busco en la crítica es la puesta en cuestión que te acabo de comentar y, a partir de eso, una relación entre la obra y el paisaje literario en general. Y también del libresco, claro, porque la industrialización de la cultura también es un rasgo que se ha de mirar. ¿He respondido a tus preguntas? ¿Quieres que mencione algo más?

De todas maneras, no soy ningún talibán al respecto: hay muchos críticos meramente divulgativos cuya opinión me interesa. Incluso podría decir que mi gusto se ha forjado gracias a “dialogar” con ellos.

LdN | 19 de agosto de 2011

Comentarios

  1. sigfrido
    2011-08-19 12:33

    Estupenda segunda parte, esperemos que haya más colaboraciones al respecto.

    PS a mí la “patochada” que más me cabrea es “este libro engancha”… arhhh


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