Libro de notas

Edición LdN
Mondo Píxel PG por John Tones y Javi Sánchez

Mondo Píxel PG supone, como el Parental Guidance de su título indica, un punto de vista alternativo y guiado acerca de los videojuegos. Cada viernes, John Tones y Javi Sánchez, miembros del hervidero de visiones con seso sobre lo interactivo Mondo Píxel, contarán en LdN cómo se ha convertido el ocio electrónico en una volcánica explosión de inquietudes pop. Sus ramificaciones en cine, tebeos y música, su influencia en nuestra vida diaria, su futuro como forma de ocio y olla a presión cultural. Cada semana en Mondo Píxel PG.

Encima del armario

Esta semana estamos a vueltas con Super Mario Bros. El juego —que no el personaje— cumple 25 años, con unos fastos a la altura: los medios han recibido la visita de un tío vestido de fontanero con una tarta en una mano y un press kit en la otra para que la tele o el periódico no se pierdan mucho al reseñarlo.

Tampoco se crean que ha sido muy necesario. Acostumbrados a afilar nuestros cuchillos de periodista a la caza del gazapo, las noticias sobre Mario han tenido un nivel de precisión sorprendente para lo que estamos acostumbrados cuando hablan de videojuegos. Y aquí se ve la principal cualidad de Mario: su impronta en la memoria colectiva, la idea precedente que se nos activa al pensar en “videojuego” y asociarlo a “fontanero italiano bigotudo vestido con colores primarios”. Algo que nos parece fenómeno.

Será que la fascinación que nos produce la cultura pop proviene, en parte, de la implacable comicidad que sus máximos representantes llevan grapada al concepto. Suponemos que es otro nivel de respuesta descarada a los medios culturales tradicionales, al Arte y la Literatura así, en mayúsculas, depositarios de unos baremos de excelencia y profundidad basados en la trascendencia, las grandes ideas universales, lo excelso y cavilante, entretejido todo hasta alcanzar una tupida y peligrosa maraña. Se piensa en protagonistas y aparecen un puñado de griegos cachas y listos, agrimensores, familias disfuncionales y, en general, un montón de destinos jodidos a bayoneta por la Muerte, el Poder, el Amor.

De momento, el cine y la fotografía han sido en parte absorbidos por la pompa y el consenso de que tales obras son Cine, con mayúsculas. Y suelen ser películas respetables, de temas humanos, trascendentes, que tratan los grandes universales. Pero el cómic y el videojuego se resisten. Aunque el pelmazo de Tintín sea, para la vieja y rancia Europa, el adalid de una estética y una narrativa, no nos engañemos: cuando uno piensa en un tebeo universal, lo primero que se viene a la cabeza es un tío con capa y los calzoncillos por fuera, se haya leído o no a Superman en la vida. Porque quieran que no, el cómic engendró/recuperó/pervirtió uno de los conceptos más poderosos del siglo XX: la posthumanidad. Y, en el caso de los videojuegos, tenemos a Mario, que comulga con ese concepto y con una irrealidad mágica que, salvo excepciones sólo se da en el medio.

La figura de antihéroe improbable de Mario, entonces, es la gran culpable, como virtud lo decimos, de que durante estas décadas al videojuego se le haya amartillado la pistola cuando se le metía en la misma frase que “cultura”. No hace falta que ahondemos otra vez en las deudas de Mario con los universos de Lewis Carroll o la importancia que tiene como Videojuego con mayúsculas, pese a su aparente ridiculez: el medio que se define por lo que se hace en él, no por lo que se cuenta en él (aunque lo que se cuente sea, fíjense, un relato de acción sobre la Muerte, el Poder, el Amor a través de un sólo mensaje: el Salto).

Esta misma semana ha salido a la venta Halo: Reach, la precuela de una epopeya de ciencia-ficción y batallas descomunales de humanos contra alienígenas. Este título pone punto y final a la relación de Bungie, sus creadores, con Microsoft, cuyo matrimonio fue esencial para que la Xbox sea a día de hoy una plataforma con nombre propio y no una nota al pie de página de las guerras del sector. El título cuenta la historia de la Batalla de Reach, donde la Humanidad se quedó al borde mismo de la derrota definitiva y perdió a sus mejores hombres (salvo al protagonista de la saga, claro, cuyo primera entrega arranca donde acaba este juego). La intención es jodida: los conocedores del universo Halo saben que de ahí no sale vivo ni el apuntador, mucho menos los seis protagonistas. Es uno de esos títulos que el cenutrio de turno llamaría “adulto” para disociarlo de la idea de Mario. Pero, entre tanto viso de tragedia griega y destino inmutable, el videojuego no puede esconder sus orígenes: con un simple botón, el avatar del jugador se despega del suelo y avanza a saltos. Y en cada momento de ingravidez, todo jugador sabe que seguimos jugando a Super Mario Bros, buscando setas y princesas, por mucha pompa y trascendencia que le quieran echar al asunto.

John Tones y Javi Sánchez | 17 de septiembre de 2010

Textos anteriores

-
The last pegera [20/12/13]
-
Luxury [29/11/13]
-
-
-
Gente en sitios [27/09/13]
-
Gran Que Te Jodan 5 [20/09/13]
-
Conoce a tu enemigo [19/07/13]
-
Más que gratis [12/07/13]

Ver todos

Librería LdN


LdN en Twiter

Publicidad

Publicidad

Libro de Notas no se responsabiliza de las opiniones vertidas por sus colaboradores.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Desarrollado con TextPattern | Suscripción XML: RSS - Atom | ISSN: 1699-8766
Diseño: Óscar Villán || Programación: Juanjo Navarro
Otros proyectos de LdN: Pequeño LdN || Artes poéticas || Retórica || Librería
Aviso legal