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Metaversos por Ángel Arroyo y Óscar Calvo

Ángel Arroyo y Oscar Calvo son integrantes del grupo de investigación AICU del departamento de Sistemas Inteligentes Aplicados en la UPM. Su investigación se centra en el estudio de modelos coevolutivos en los que el comportamiento inteligente global emerge a partir de interacciones entre las unidades autónomas constitutivas del entorno. Metaversos es una columna de opinión que se publica todos los 18 de cada mes con el objetivo de analizar las posibilidades tecnológicas y las implicaciones sociales de este tipo de entornos virtuales (un ejemplo actual es Second Life).

Crisis energética y el futuro de las oficinas

Es asombroso cómo cambian las cosas en una semana. Hace siete días comencé a escribir este artículo y pensaba hablar sobre el potencial de las nuevas tecnologías en el ahorro de energía, pensando sobre todo en el creciente precio de los combustibles fósiles. Luego llegó el terremoto, después el tsunami y finalmente la alerta nuclear. Quién sabe cómo será el mundo la semana que viene, qué imágenes veremos que nos encogerán el corazón de nuevo.

Por si alguien todavía piensa que lo que ha ocurrido en Japón no afectará a España o Europa, lamento traer malas noticias. Si ya estábamos sumergidos en una crisis económica global y lanzándonos en picado en una crisis energética petrolífera, ahora el simple eco en los mercados de posibles cierres de centrales nucleares está haciendo más profundo el problema.

Un hecho que está claro: vamos a tener un antes y un después en la manera en que entendemos el consumo de energía. Los habitantes de este planeta tenemos la obligación y la oportunidad de cambiar la manera en la que se hacen las cosas, y en estas labores es mejor partir de una mente abierta. Debemos ser innovadores y valientes buscando nuevas ideas. Las soluciones clásicas, como por ejemplo reducir la velocidad máxima, son sólo parches a corto plazo. No es algo fácil, desde luego. La dependencia total de los combustibles fósiles podría haber sido reducida hace mucho tiempo pero ¿está la sociedad dispuesta a pagar ese coste? ¿están los gobiernos más comprometidos con el corto plazo monetario que con el largo plazo ecológico? ¿qué alternativas hay?

Para las personas pragmáticas, llegados a este punto, es la hora de hacer algo. Puede que finalmente la solución venga de la fusión fría, de las mareas o del viento. Lamentablemente un servidor no sabe mucho de esos temas, pero ¿podrían los metaversos ayudar de alguna manera?

Vivo en Madrid desde que nací. No es una ciudad tan grande como Mexico D.F. o Sao Paulo, ni tan abarrotada como Nueva York, pero he sufrido la pesadilla del tráfico durante muchos años. Una hora ir a trabajar, otra hora en volver. Dada mi ocupación (informático, por si quedaba alguna duda) me sentaba ocho horas frente un ordenador en ocasiones peor que el que dejaba en casa. Éramos el caldo de cultivo de lo que se ha llamado “tele-trabajo”. Poco a poco esta modalidad se ha ido haciendo más común en nuestro gremio y dado que he podido vivir en primera persona distintas experiencias tele-trabajadoras, creo que he aprendido algo: es el futuro.

Lo primero que debemos hacer es una reflexión sobre cómo ha evolucionado el entorno laboral administrativo y de gestión en los últimos 60 años. Se usaron distintos vocablos para darle nombre: informatización, automatización, renovación, etc. Las oficinas abandonaron las máquinas de escribir por el procesador de texto, la calculadora por las hojas de cálculo, y el correo tradicional por el fax y después por el email. Poco a poco todas las herramientas de trabajo se han “computarizado” a falta de una palabra mejor. Ya pocas cosas quedan en una oficina que no se realicen a través de un ordenador. Incluso los post-it de papel están cediendo su puesto por los virtuales. ¿Todo está informatizado? Todo no, falta el contenedor, la oficina.

Cuando un trabajador está realizando su labor desde su casa o cualquier otro lugar distinto a la oficina aún sigue comunicándose con el resto por correo, teléfono o servicios de mensajería instantánea. Las numerosas y baratas soluciones por voz IP eliminan las fronteras y las distancias. Pero falta algo ¿cómo sabemos si un compañero está libre o está ocupado? Simplemente no es posible. Con algunas aplicaciones de mensajería es posible saber si una persona está en la consola, o está ausente o está ocupado, pero es bastante pobre.

El problema es que nuestra presencia sigue anclada a nuestro cuerpo físico. Por eso no hay que confundir el término “tele-trabajo” con el de “tele-presencia”. En la oficina tradicional podemos tele-trabajar, pero a la nueva oficina ubicua asistimos mediante tele-presencia.

La propuesta es la siguiente: demos el siguiente paso en la evolución de los métodos laborales. Ahorremos energía, tiempo y dinero dejando nuestros cuerpos físicos en casa y proyectemos nuestra presencia a la oficina. No debe ser un proceso brusco, de un día para otro, pero si nos permitimos a nosotros mismos creer que otra manera de trabajar es posible, será un primer paso.

Hagamos el esfuerzo personal de imaginarnos nuestra actividad diaria a través de esta nueva perspectiva ¿es posible? Si usted debe tratar con materiales físicos no hay muchas opciones. Pero si todo lo que usted hace en su trabajo puede ser resumido como una transmisión de información, no lo dude, es factible y el momento es ahora. ¿Quién será el primer empresario avezado que se percate de las ventajas? Oficinas baratas, empleados de cualquier parte del mundo trabajando juntos, trabajadores con más tiempo libre y por lo tanto más felices, pero sobre todo el ahorro energético.

Lo menos importante de todo esto son las herramientas. ¿Le parece a usted que plantear esto en Second Life es ridículo? Seguro que sí, tan ridículo como Word Perfect 4 en los años 80. Pero entonces se hizo, y desde entonces las empresas han gastado millones en estar actualizados: PC’s, licencias, formación, etc. pero por lo menos hoy en día a nadie se le ocurre hacer un informe con lápiz y papel.

¡Quién sabe! Puede que dentro de unos años miremos hacia atrás y recordemos aquellos viejos tiempos en los que los urbanitas malgastábamos nuestra vida y preciosos combustibles fósiles en trasladarnos físicamente de un lado a otro de la ciudad como hormigas desorientadas. Muchas cuestiones se abren en este punto ¿todo el mundo querría trabajar desde casa?, el dinero que se ahorren las empresas en infraestructuras ¿se revertirá al trabajador?, ¿cómo afectaría esto, por ejemplo, a los restaurantes cerca de los centros de negocio?

No tengo respuestas a esas preguntas. Pero una cosa sí que se, puede que me llamen loco, pero si alguna vez puedo montar una oficina va a ser la construcción más elegante de todo el Metaverso.

Oscar Calvo | 18 de marzo de 2011

Comentarios

  1. Cayetano
    2011-03-18 10:32

    Algo de todo esto planteaba a propósito de los recursos públicos empleados en las infraestructuras de trenes de alta velocidad: Tren parado y de alta eficiencia I y Tren parado y de alta eficiencia II

    Un saludo

  2. gsc
    2011-03-18 13:35

    Óscar, en mi opinión, no explicas lo más importante: por qué es necesaria la “presencia” (real o virtual) en el entorno de trabajo. ¿Por qué para los trabajos basados en la transmisión de información no sería suficiente con estar presente “en el flujo de trabajo”?

    Por otro lado, después de año y medio de teletrabajo, estoy muy de acuerdo con Cayetano: lo importante no es trabajar desde tu casa, sino desde tu barrio (sería una descentralización en lugar de una deslocalización).

  3. Marihenche
    2011-03-18 22:09

    Esto ya tiene nombre… se llama flexible working

  4. Cayetano
    2011-03-19 01:26

    Marihenche: Eso de “flexible working” no vende. Mejor algo como “junco que baila con el viento”, te explotan igual pero queda más bonito. :-)

  5. Oscar
    2011-03-20 16:50

    Gillermo, tienes razón, no he explicado el porqué. A priori puede parecer que no es necesario que tu presencia esté en tu trabajo, pero es algo que termina siendo evidente. Los seres humanos no poseemos el don de la ubicuidad, o mejor dicho, nuestra presencia no puede estar en dos lugares al mismo tiempo. Y eso es lo que ocurre un poco con el teletrabajo tradicional. Los que tenemos la suerte de poseer en nuestros hogares unas condiciones óptimas para el teletrabajo no nos damos cuenta del problema, pero, ¿qué ocurre cuando en tu casa te distraen constantemente, o tienes que atender a otros estímulos, o simplemente no tienes un lugar cómodo y adecuado? que no te puedes centrar, que tu presencia está en tu casa. Resultado: ¡estress! no estás atendiendo al trabajo y no estás atendiendo a tu casa.
    Para aquellas personas que no pueden o no quieren tener la infraestructura en casa (línea rápida, computador decente, buen escritorio, silla cómoda, pantalla grande, comida preparada, etc…) puede que los centros comunes de teletrabajo sean una alternativa razonable. Me imagino que cuatro o cinco de estas instalaciones por los pueblos de la sierra (en el caso de Madrid) tendrían buena acogida. ¿cómo podrían ser estos centros? ¿una especie de despachitos de alquiler? no haría falta mucha inversión: si el pueblo tiene restaurante solo necesitas sitio: parking, salas individuales, ancho de banda, material oficina…
    debo ser un ingenuo, pero me sorprende que nadie haya hecho esto ya.

  6. Paco
    2011-03-20 16:52

    El problema de fondo que hay que resolver antes es el de una estructura laboral basada en la presencia y no en la productividad, especialmente en determinados ámbitos. En mi escuela se ha reinstaurado hace poco el control de asistencia para el personal administrativo, la ficha de toda la vida, vamos.

    Pero claro, valorar en tiempo las tareas que hace cada uno y su productividad es complejo e impopular… El tiempo es mucho más fácil de medir.

  7. Oscar
    2011-03-20 17:00

    Paco, es cierto y no sólo pasa en la escuela. La empresa privada por lo general es igual. Muchos empresarios no quieren ni oir hablar del teletrabajo. No les importa seguir aplicando métodos laborales de hace 50 años para algunas cosas, pero bien que exigen conocimientos actualizados a sus empleados.
    Por eso insisto, el primer paso es darnos la oportunidad a nosotros mismos que es posible trabajar mejor y de manera más eficiente.
    Creo que la tecnología es un magnífico vehículo para este tipo de innovaciones porque la empresa (o la universidad) al final hacen caso a los número$ y cuando se demuestre que la oficina ubicua es mucho más rentable será el ¡tonto el último!

  8. gsc
    2011-03-20 19:42

    Paco: yo diría que la mayoría de los trabajos tiene un componente colaborativo. Para que se pueda llevar a cabo de forma fluida, es necesario que coincidan, al menos en el tiempo, las partes implicadas. En las empresas con horario flexible, esta flexibilidad se da en las horas de entrada y salida, pero siempre garantizando que durante la mayor parte del día los trabajadores coincidan. Así que yo creo que, hasta cierto punto, es necesario también llevar un cierto control de la (tele)presencia laboral para que el trabajo pueda ser productivo.

    Óscar, no hablaba de la necesidad de estar presente en ese sentido. Doy por supuesto que los teletrabajadores están “presentes” (en el sentido que tú lo utilizas, no ocupados en otros menesteres) en todo momento durante su horario laboral, igual que doy por hecho que cuentan con un entorno adecuado para (tele)desarrollar su trabajo. Esto es bastante sencillo de conseguir e incluso puede ser facilitado por las empresas (pagar el ADSL y algo de mobiliario es un gasto ridículo comparado con el alquiler de oficinas). Como apunta Cayetano en sus anotaciones, el problema es más de concentración y organización del trabajador, y aquí es donde entran los centros de trabajo distribuido, que facilitan la separación entre vida laboral y personal.

    Cuando hablaba de presencia, me refería a estar presente dentro del flujo de trabajo. Dando por hecho que los trabajadores van a estar disponibles en su consola en horas de oficina, lo complicado viene a la hora de adaptar las dinámicas de trabajo que normalmente se dan en un mismo entorno físico a un entorno distribuido. Esto requiere de un cambio, en el que quizás como dices lo de menos son las herramientas, y puede que no sea necesario utilizar Second Life pero, en los casos cercanos que han funcionando, siempre se mantenía un componente presencial periódico (por ejemplo, reuniones semanales/cada X días, o trabajar la mitad de la jornada en la oficina y la otra mitad en casa), que parece seguir siendo imprescindible.

    Mientras no se de una solución tecnológica mejor, claro ;-).

  9. andrea d.
    2011-03-30 01:03

    Con ideas diferentes se lograrán resultados diferentes! Interesantísima discusión. Seguramente en ámbitos de estudio de RRHH se encuentren algunas alternativas más. La figura del Director de este tipo de grupos de trabajo es fundamental en su función de coordinador y gestor responsable de esas personas en ese determinado contexto.
    Saludos desde Canarias.

  10. mesas
    2011-06-05 18:52

    Unas reflexiones muy interesantes. Esta claro que debemos ir adaptandonos a las nuevas tecnologías y la forma de trabajar debe ir cambiando, ya que cada vez hay más recursos disponibles independientemente de la ubicación. Saludos.


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