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Matando terrícolas por La Pequeña Febe

Érase una niña marciana que gustaba de salir con su nave espacial a matar terrícolas con sus amigos. Volaban en formación, atacaban por turnos, controlaban los mandos. Si uno moría, no importaba: tenía otra vida. Arrasaban ciudades, masacraban naciones, devastaban el mundo. Era un juego divertido… La niña se llamaba Febe. También le gustaba escribir. Lo hace cada día 13 en este sitio.

Un logo vale más que mil palabras

Mi hermano lleva mucho tiempo ya muy calladito y sin dar señales de existencia. No quiero decir que me preocupe por él ni mucho menos. De hecho ojalá nunca más tuviera que hacerlo. Lo que pasa es que eso suele ser sinónimo de que algo está tramando. Tal vez esté asimilando las consecuencias y secuelas de su último viaje temporal.

Al fin y al cabo, llevaba bastante tiempo encerrado y es perfectamente posible que tenga que reacostumbrarse de nuevo a sus capacidades cronoviajeras. Sea como sea, yo debo seguir cumpliendo mi cita mensual con el Arte Octal y no voy a dejar de hacerlo por el temor a que él me robe las líneas que tan ávidamente desea.

Así que en esta ocasión, mis queridos y aborrecidos terrícolas, os he traído una serie de ejemplos gráficos cargados de reflexión posterior acerca del maravilloso mundo de lo que vosotros llamáis branding . La imagen de marca, la identidad corporativa, el qué somos como compañía, empresa, marca, entidad creativa.

Puede que esto que voy a contar a priori no parezca tener ningún tipo de componente artístico o social, sino que se trate de un tema meramente relacionado con el mundo de los negocios o el marketing. Casi podría decirse que es un tema académico, propio de los seminarios de emprendedurismo o los masters de administración empresarial.

Pues no es así en absoluto. Existe un rasgo distintivo dentro del mundo de la imagen de marca de un producto, más concretamente de aquellos productos enmarcados dentro de la industria del videojuego, que debe ser tenido en cuenta no solo por su alto grado de composición artística, sino por su impacto en los videojugadores: el logo.

El cerebro terrícola está muy ligado a las asociaciones, a las referencias, a las sensaciones previnculadas. Vuestra memoria asociativa os obliga a relacionar colores con sentimientos, fuentes de letra con formas de expresión o incluso estados de ánimo, formas y continentes con contenidos encubiertos. Sois así de encantadoramente estúpidos.

El concepto de logo, de icono, de representación gráfica de una idea o concepto sintetizado en una sola imagen, habitualmente fácil de recordar o de reproducir, con no demasiados colores, sencilla y clara. Claro que estas normas básicas no siempre se cumplen. Claro que con el tiempo se pueden hacer cambios según los efectos producidos y estudiados.

Este es el punto que más me interesa. Los logos perdidos. Las versiones desechadas. El nacimiento, ciclo de vida, vejez y finalmente jubilación de algunos logos o cambio radical de cirugía estética digital. No olvidemos que estamos hablando de la imagen, lo que transmitimos, lo que somos, que evolucionamos. Aparentemente.

Vamos con algunos ejemplos. Empezaré por SEGA, compañía que empezó allá por los años cincuenta mostrándose al mundo con algo tan no sé qué adjetivo usar como esto:

Para después pasar al mucho más conocido y representativo de la compañía esto:

La rival antediluviana Nintendo también sufrió cambios en su logo, aunque han sido más bien mínimos. En concreto fue en el 2006, y fue tan solo el color: de rojo a gris.

Bueno, hay que decir que si bien es cierto que al principio de los tiempos (hablamos del siglo diecinueve), comenzaron mostrándose al mundo con solo tres kanjis japoneses que se correspondían de las tres sílabas NIN-TEN-DO, cuyo místico y profundo significado no es otro que “deja la suerte al cielo”.

Otro caso famoso que muchos y muchas recordamos de los años noventa es el de Electronic Arts, cuando unas vocales E O A ilegibles se cargaban en nuestras pantallas:

Ahora todo el mundo tiene bien presente y claro en la retina que son solo una E y una A:

Aunque habría muchos más ejemplos de compañías que cambiaron su logo, tales como LucasArts, Ubisoft o Epic Games, voy a dejaros a vosotros que los busquéis si os pica la curiosidad. A mí desde luego me parece más llamativo incluso el cambio total de nombre o la fusión de empresas en nuevas marcas conjuntas.

Del primer caso podemos destacar principalmente la que empezó siendo un cerebro con patas y gafas de sol llamada Silicon & Sinapse:

Y que hoy día conocemos todos mejor como “los señores de Blizzard”:

Del segundo caso que he dicho, podríamos citar también unos cuantos ejemplos, pero yo me quedo sin lugar a dudas con uno que muchos han elogiado y otros criticado, una de las fusiones con más detractores en contra y acólitos a favor que ha habido. Hablo de las míticas Squaresoft:

… y Enix:

Ahora Square Enix:

Dejando las compañías de lado, me interesa también poner un par de ejemplos más dentro del ámbito de las consolas y de cómo evolucionaron los logos de las mismas.

El primero y más sencillo de los dos es el de la Sega Dreamcast, que si bien tiene el logo más sencillo y “sosainas” de la historia (una simple espiral roja), tuvo un problema legal con una empresa alemana llamada Tivola, que usaba uno muy parecido (lo cual no es de extrañar dado lo simple que era) que obligó a cambiarle el color en la zona PAL europea.

Debido a eso, decidieron ponerle un color diferente a la espiral en cada una de las tres zonas principales, lo cual fue decisión acertada ya que este tipo de ideas tan tontas suelen encarecer el valor de las máquinas con el tiempo, distinguiéndolas como versiones únicas:

Y por último la reina indiscutible de los logos: PlayStation. De hecho, a veces me pregunto en qué estaban pensando los diseñadores gráficos de Sony desde el principio hasta la versión finalmente aceptada, porque justo se saltaron en todo el proceso las reglas básicas de no más de dos o tres colores, sencillez, fácil de reproducir, imagen plana, etc.

Definitivamente, una colección de imágenes van aclararlo mejor que todas mis palabras:

Esto es todo. No diré más. Salvo una cosa.

Si realmente tenéis que mostraros como una imagen, necesitáis una representación gráfica bidimensional de lo que se supone es vuestra cultura, código de valores y cara al universo, me dais casi tanta pena como mi hermano.

Claro que yo tampoco soy la más indicada, ya que me escondo tras un puñado de píxeles mal coordinados. Tarde o temprano os mostraré mi verdadero rostro.

Sed pacientes.


“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos.”
Maquiavelo, Nicolás

“Una imagen vale más que mil palabras. Pero ocupa mucho más memoria.”
Anónimo

La Pequeña Febe | 14 de junio de 2012

Comentarios

  1. Optherom
    2012-06-14 18:58

    Lagrimilla por el logo de SEGA, el antiguo.

    Me parece genial y muy currado el articulo de esta niña repelente.

    Que muestre su verdadero rostro y deje de acomodarse detrás de los PPP de la pantalla en la que escribe.

    Saludos epigeneticos.

  2. La Pequeña Febe
    2012-06-14 19:21

    Mi querido terrícola.

    Debo decirte que tu comentario me ha halagado a la par que desestructurado la conciencia de mi propio ser.

    Tal vez un día aparezca y me muestre tal como soy, pero hasta entonces debo seguir oculta en la cara oculta de las lunas de Saturno.

    Paciencia, vuestro fin está próximo…


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