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Matando terrícolas por La Pequeña Febe

Érase una niña marciana que gustaba de salir con su nave espacial a matar terrícolas con sus amigos. Volaban en formación, atacaban por turnos, controlaban los mandos. Si uno moría, no importaba: tenía otra vida. Arrasaban ciudades, masacraban naciones, devastaban el mundo. Era un juego divertido… La niña se llamaba Febe. También le gustaba escribir. Lo hace cada día 13 en este sitio.

Supernovas y otros grandes éxitos

En toda la Historia del Universo han ocurrido todo tipo de grandes acontecimientos únicos e irrepetibles que han desencadenado enormes consecuencias en el resto del cosmos. Explosiones de estrellas, nacimiento de nuevas formas de vida, destrucciones de planetas enteros, etc. Creedme, yo he estado en muchos de ellos. Y me he divertido bastante provocándolos.

Pero sin duda alguna no hay situación de más grande envergadura, de mayor admiración, de superior magnificiencia que la finalización de una obra de arte por su autor así como su llegada al resto de las criaturas vivientes. No ya por la satisfacción que de la forma más narcisista se provoca en el artista, sino por el impacto que ésta puede causar al mundo.

De entre todas las artes vengo ya varios meses defendiendo que existe una que engloba y supera a las demás. Este mi octavo arte que vosotros llamáis videojuegos y yo llamo arte octal, ha superado con creces las más reputadas (o repudiadas) creaciones artísticas de la historia en mucho menos tiempo.

En este artículo voy a hacer un pequeño repaso de algunas de las más influyentes. Soy consciente de que la lista en realidad es interminable pero nos conformaremos por esta vez con unas cuantas y os contaré algunas curiosidades poco conocidas de dichos títulos que los han situado en el merecido puesto que ocupan. Iré en un orden un tanto arbitrario, porque me da la gana y porque para eso soy una entidad superior.

  • Pong (1972)

Archiconocido y mítico primer videojuego de la historia enfocado a la distribución comercial en formato máquina recreativa, este producto tuvo un problema en la noche misma de su estreno. El mueble se envió como primera prueba a un bar de Sunnyvale confiando en que la estructura aguantaría las posibles “reacciones violentas” de los clientes llegados a un cierto grado de embriaguez. El dueño llamó histérico para decir que el sistema se había roto, pero finalmente lo único que le pasaba era que el monedero se había atascado, cosa que fue realmente fácil de arreglar. Fue un éxito y todo un hito.

  • Tetris (1984)

Habiendo cumplido recientemente su veinticinco aniversario, el más famoso videojuego de puzzles no estuvo carente de controversia desde su creación. Tetris no fue una idea feliz sin más, sino un deseo expreso de realizar una versión para ordenador de un juego de ingenio basado en figuras que se vendía en las jugueterías rusas. Se llamaba Pentomimos y se componía de piezas de distintas formas que se unían para componer una caja.

Las piezas originales de Pentomimos tenían cinco cuadrados así que se redujo a cuatro para no abarcar tantas posibilidades, quedando las siete piezas habituales de la versión del juego final. Este cambio le dio también nombre, por la semejanza etimológica de “pento” a “cinco” y “tetra” a “cuatro” en griego.

Por último, es una historia curiosa la de la licencia de Tetris así como de sus muchas versiones para las distintas plataformas, que fue pasando de unas manos a otras entre varios conflictos legales y no pocos tejemanejes en los que estuvieron inmersas muchas grandes compañías y hasta provocó alguna que otra alusión a la Guerra Fría.

  • Pac-Man (1980)

Otro bombazo único salido de un plato italiano. Inspirado por una pizza a la que le faltaba una porción, resultó ser una auténtica revelación en la industria del videojuego. Una epifanía en toda regla que obtuvo un éxito arrollador, entre otras cosas por romper los moldes violentos y acabar gustando tanto a hombres como mujeres.

Fue el primer personaje creado para un videojuego, convirtiéndose en la primera superestrella digital con nombre propio y sumándose a otros iconos como Mickey Mouse o Bugs Bunny. Su popularidad trascendió tanto que provocó toda una fiebre de productos patentados y merchandising vario, incluyendo una serie de dibujos animados.

Como principales curiosidades destaca la gran variedad de nombres que fueron dados a los fantasmas dependiendo del país (de hecho había un interruptor en la máquina para cambiarlos) llegando hasta veintitrés nombres y apodos para tan sólo cuatro enemigos. Además de esto, es especialmente gracioso el hecho de que hubo que cambiar el nombre original de “Puck-Man” porque la gente borraba el lado derecho de la P quedando la palabra “Fuck-Man”, que no traduciré por si hay niños delante.

  • Space Invaders (1978)

Posiblemente el causante del renacimiento de la industria del videojuego en los años 70 así como de la consolidación e influencia japonesas en el sector, siendo hasta entonces predominantemente estadounidense. Los invasores del espacio marcaron toda una generación y actualmente son considerados de culto a sus ya cumplidos treinta años.

Este juego arrasó completamente en su época llegando incluso a provocar una crisis legal en Mesquite (Texas), dada la cantidad de horas y dinero que se invertía en los salones recreativos. Los vecinos se quejaron de que sus hijos pasaban demasiado tiempo en esos lugares escapándose de las clases e incluso dichas salas fueron acusadas de narcotráfico y otros cargos para cerrarlos y hacerlos desaparecer.

Además de eso provocó una escasez de monedas de 100 yenes en Japón, llegando el gobierno del país a ordenar un exceso de producción de monedas de ese valor para compensarlo, ya que todas las que estaban en curso pertenecían a los dueños de estas recreativas. Todo japonés que tuvieran una moneda de 100 yenes en el bolsillo, se la gastaba inmediatamente en la máquina de Space Invaders más cercana.

No en vano han conseguido aterrizar en muchas ciudades del mundo como París, Londres, Nueva York, Los Angeles, Berlín, Tokyo o Barcelona debido a un artista anónimo francés conocido como Invader que se ha dedicado a colocar plaquitas inspiradas en los pixelados y simpáticos extraterrestres.

* * *

Vaya, parece que en el último me he extendido un poquito. No sé por qué será. Sólo deciros que el parecido entre cualquiera de los bichitos de Space Invaders y la imagen de cabecera de mi sección es pura coincidencia. Obviamente yo soy mucho más atractiva y no tan bidimensional.

Nunca olvidéis que yo no soy una invasora. Yo estaba aquí antes que vosotros.

Y estaré mucho después…


“Sólo el que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible.”
Unamuno, Miguel de

“Un artista sólo cuenta con las estrellas.”
Nietzsche, Friedrich

La Pequeña Febe | 13 de junio de 2009

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