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Los anales perdidos por Jose Antonio del Valle

Jose Antonio del Valle escribe la bitácora Vidas Ajenas y ha colaborado en www.Stardustcf.com y www.Bibliopolis.org. Los anales perdidos se publica el día 22 de cada mes y trata de ser una mirada a personajes e historias medio olvidadas por el tiempo.

Tres espías

Paul Thuemmel
El 22 de junio de 1941 a las 3:15 horas, Hitler desencadenó la invasión de la URSS, que cogió totalmente desprevenidos a los soviéticos aparentemente, sin embargo Stalin había sido avisado previamente al menos por tres fuentes independientes de lo que se avecinaba. El por qué no actuó en consecuencia es uno de los mayores misterios de la historia del siglo XX. El primer informe le llegó a Stalin de los británicos, según cuenta el mismo Winston Churchill en sus memorias. El dictador soviético en esa ocasión debió pensar que probablemente era una maniobra de los ingleses, que en ese momento estaban solos en la lucha, para hacerle entrar en guerra. Sin embargo posteriormente recibió la noticia al menos por otras dos fuentes conocidas, los agentes secretos Richard Sorge y Rudolf Roessler, que actuaban independientemente al menos por lo que sabemos.

La primera de las fuentes es de la que menos información he podido encontrar. Parece que el aviso le llegó a Churchill a través de Paul Thuemmel, o el agente A-54, como era conocido por los servicios secretos británicos. Thuemmel al parecer era un miembro importante del partido nazi y agente de sus servicios secretos cuyas razones para colaborar con los británicos permanecen aún hoy oscuras. Antes de la guerra, Thuemmel había informado ya a los aliados sobre las agresiones a Checoslovaquia y Polonia antes de que tuvieran lugar. En 1940 informó sobre el plan de ataque alemán sobre Francia con bastante exactitud, aunque los franceses también tomaron esta información con escepticismo. Los británicos debieron de tomárselo más en serio según sus predicciones se convertían en realidades, de manera que en noviembre de 1940 estaban bastante seguros de que no les engañaba. En ese mismo mes, parece ser que a raíz de una cena de alto nivel, Thuemmel se enteró de la invasión de la URSS y consiguió hacer llegar la información al MI6 británico a través de la resistencia checa. Thuemmel daba como fecha probable la primavera de 1941.
Posteriormente, en febrero de 1942 fue arrestado por la Gestapo y aquí es donde la historia se hace más interesante, puesto que fue el mismo almirante Canaris, jefe de los servicios secretos alemanes el que evitó su ejecución reconociéndolo como agente doble. A pesar de ello, Thuemmel fue encarcelado, y moriría asesinado en 1945 en el campo de Theresienstadt tras la caída en desgracia y muerte de su protector. La del almirante Canaris es una figura más que controvertida, y probablemente el agente A-54 fuese uno de los medios que utilizaba para hacer llegar información a los británicos.

Rudolf Roessler
El segundo de nuestra lista particular es Rudolf Roessler, un periodista alemán que había huido de Alemania en 1933 tras la llegada al poder de los nazis. Dueño de una pequeña editorial en Suiza, parece que Roessler mantenía contactos de muy alto nivel en Alemania. Antes de la guerra Roessler, como Thuemmel, ya había colaborado con los servicios secretos suizos y británicos, a los que informó sobre la inminente invasión de Polonia. Los informes del círculo de Lucy, como se conocería luego a su grupo de agentes, eran tremendamente detallados y solo podían proceder de los mismos altos mandos del ejército alemán. Posteriormente, Roessler estableció contacto con Alexander Rado, el jefe de los servicios secretos soviéticos en Suiza, y empezó a transmitir información a Moscú con las condiciones de que no descubriría sus fuentes y nunca intentarían desvelar su identidad. Roessler informó de la invasión de la URSS en enero de 1941, y el alto mando soviético decidió que no era una fuente de fiar.
Posteriormente Roessler se convertiría en la fuente de información más fiable de Stalin. En 1942 transmitió con tanto detalle los planes de la Operación azul para conquistar Stalingrado y el petróleo del Cáucaso, que los rusos, que ya confiaban totalmente en el espía al que denominaban “Lucy”, fueron capaces de preparar con bastante antelación los movimientos que les llevarían a la destrucción del 6º Ejército alemán en Stalingrado. En 1943 volvió a describir fielmente el dispositivo alemán antes de la batalla de Kursk, en la que los alemanes perdieron definitivamente la iniciativa en la guerra. Para entonces Lucy ya era la principal fuente de información del alto mando ruso. Y lo siguió siendo hasta que los alemanes consiguieron localizar sus emisiones de radio y presentaron una protesta ante los suizos, que lo hicieron detener ese mismo año. Después de la guerra volvió a ser detenido por vender información de occidente a los rusos, y pasó algún tiempo en la cárcel por ello. Murió en 1958 y nunca reveló sus fuentes. Hay quien piensa que Lucy era una tapadera para el servicio secreto británico, que lo utilizaba para trasladar a los rusos la información obtenida por el equipo Ultra, que logró romper el código de las máquinas Enigma alemanas, sin que se supiera cómo se había conseguido. De hecho, el nivel de detalle de los informes de Roessler lo hace bastante probable.

Richard sorge
Y llegamos al último de nuestros espías de hoy, Richard Sorge. De los tres es sin duda el que más se aproximó a la realidad, llegando incluso a señalar el 20 de junio como fecha de la invasión que comenzó de hecho el 22. Si Roessler y Thuemmel son personajes oscuros bastante poco parecidos a la idea que la literatura y el cine nos ha dado de lo que es un agente secreto, Sorge es todo lo contrario, extrovertido corresponsal del Frankfurter Zeitung en Tokio, Richard Sorge conseguía sus magníficas informaciones para los servicios secretos soviéticos moviéndose como pez en el agua entre los miembros de la alta sociedad nipona y el servicio diplomático alemán, en el que tenía buenos amigos de juerga. Antes de la guerra Sorge había informado diligentemente a Moscú de asuntos como el pacto Anti-comintern, el pacto Germano-japonés o la invasión de Manchuria. En mayo de 1941, un mes antes del ataque, Sorge informó también a Moscú de las intenciones de Hitler sin que el estado mayor soviético le tomase en consideración, como en los casos anteriores. Pero sería en septiembre cuando Sorge hiciese su contribución más importante para la victoria final, al informar a Stalin de que los japoneses no tenían intención de atacar la URSS. Esto hizo posible que los soviéticos moviesen a tiempo las divisiones siberianas que salvaron Moscú.
Sorge fue arrestado por los japoneses en octubre y ahorcado en 1944 tras varios intentos de los japoneses de intercambiarlo por prisioneros nipones. En todos ellos los soviéticos negaron conocerle.

¿Cuál es la razón de que Stalin hiciese oídos sordos a estos y otros informes sobre la invasión alemana? Hay quien especula sobre la posibilidad de que el dictador soviético tuviese pensada una “macropurga” que galvanizara al pueblo soviético en la lucha final contra occidente. Otros dicen que probablemente creía con toda sinceridad en la amistad alemana. Personalmente no creo en la maldad ni la estupidez extremas, y menos respecto a semejante personaje. O sea que ustedes juzguen.

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ALGUNAS FUENTES

  • Craig, William:La batalla de Stalingrado.RBA. Barcelona, 2005.
  • Churchill, Winston: La Segunda Guerra Mundial. Planeta de Agostini. Barcelona, 2006.
  • Exordio: Rudolf Roessler, alias Lucy
Jose Antonio del Valle | 11 de febrero de 2007

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