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La bota de Panenka por David Álvarez

Mirando el fútbol, uno es capaz de aguantar tardes enteras con la vista fija sobre un patatal en el que no sucede nada. Sólo porque puede terminar sucediendo. Incluso en las circunstancias más inverosímiles, en una tanda de penaltis de una final, por ejemplo. David Álvarez (Balazos) sigue buscando a los que vienen después de Panenka. La cita es los martes.

Pinball sobre la hierba

Las alegrías vienen como cojas estos fines de semana sobre la hierba. Tullidas. El Barça gana aire en la primera posición, pero lo hace con un gol trompicado, después de dos rebotes, marcado por Navarro, que realmente jugaba en el equipo contrario. Un gol prácticamente de pinball, con el único mérito de la casualidad y la intención. Un gol después del que todos querían abrazar a Saviola, el último que la empujó al palo, desde donde volvió a la espinilla de Navarro. Era ya el minuto 88, y querían abrazar a Saviola, a quien el año que viene no desean ver vestido así. Y habrían abrazado también a Navarro, si se hubieran atrevido. Algo debió de ver el del Mallorca, que después del partido reclamaba al menos la mitad de la prima que iban a cobrar los otros por ganar la liga.

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Lejos de aquí, donde el fútbol parece que se juega en el fondo de una hondonada, se levanta Ronaldo sobre sí mismo. Ha marcado cinco veces en diez partidos con la camiseta del Milan. Dice que el año que viene va a volver a ser el mejor del mundo. Como si de nuevo, fuera ya de la depresión blanca, le gustara el fútbol. Como si le quedara tiempo y hubiera calculado hibernar un año en el banquillo de Capello.
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No se sabe bien si Higuaín se lesionó o se rindió. Ni tampoco si los médicos le estudian la pierna o la vista. Corre el chico hacia la portería, cien veces podría hacerlo, y no la encuentra. Podría pasarse la vida girando con el balón alrededor del portero sin conseguir distinguir los palos blancos para disparar dentro. Tira Higuaín en un mano a mano y siempre le pega al portero. Cualquiera se habría caído al césped como él, pensando en cualquier otro deporte.
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En Vigo llevaban seis meses sin ver ganar a su equipo, y ahora los niños se compran camisetas del Celta con el nombre del entrenador. Si hay que salir de un bar en el que se están recibiendo demasiados codazos y demasiadas pocas cervezas, Stoichkov es el indicado para sacarle a uno de allí a empellones.
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Raúl: “Si tengo las puertas abiertas, que me lo digan”.

David Álvarez | 17 de abril de 2007

Comentarios

  1. Marcos
    2007-04-17 14:30

    En realidad todos querían abrazar a Navarro, por eso dudaban de a quién agarrarse. Pero decir, como dicen los Medios, que ya casi ganó la liga el Barça es mucho decir con la pasmosa irregularidad que mantiene; no apunta seguridad suficiente como para pensar que va a ganar muchos partidos de aquí al final.

    Y, ¿recordará Stoichkov-entrenador al jugador que fue? No lo creo, pero si es así habrá un motivo para la alegría. Con lo que yo lo odié.

    Saludos.

  2. David Álvarez
    2007-04-18 01:00

    A veces da la impresión de que quieren que la temporada que viene empice cuanto antes. Y olvidar ésta. Sólo el Sevilla provoca de vez en cuando instantes de entusiasmo.


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