Libro de notas

Edición LdN
Jardín de flores curiosas por V.V.A.A.

Jardín de flores curiosas es una miscelánea, un cajón de sastre donde guardar aquello que no cuadra en otro sitio, una colección de inclasificables y desmedidos, de heterodoxos y raros, de apátridas de las artes y las letras, de huidizos del género. Una floresta que abre en LdN una ventana a aquellos textos que no tienen cabida en otro lugar de nuestro sitio y que merecen ser contemplados.

Un documento sonoro y gráfico de una guerra y una mujer llamada "La brigadista"

por H.B.

Dos discos de los de 45 revoluciones por minuto que contienen once Canciones de las Brigadas Internacionales, cantadas por Ernst Busch, vienen acompañados de un folleto con ilustraciones y documentos escritos en alemán que hacen de esta carpeta un eficaz instrumento para mejor entender y admirar la labor de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil del 36.

Las canciones, que fueron grabadas en Barcelona en mayo de 1938, en enero de 1940 en Paris y en 1946 en Berlín, se publicaron en 1963, son: Mamita mía, Los campesinos (Himno Republicano), Nuestra bandera, In dem spanischen Land, Canto nocturno en las trincheras, An der Sierra-Front, Die Thalmann-KolonneLincoln-Bataillon, Am Rio Jarama y Februar 1937.

Entre los documentos hay algunas de las partituras de las canciones y la letra de todas con ilustraciones a pluma de escenas de la guerra. Entre las fotografías destacamos la que ocupa las dos páginas centrales: Una compañía de voluntarios de la XI Brigada desfilando en Torija en mayo de 1937.  Hay también una fotografía de Dolores Ibarruri joven y sonriente que ilustra un texto escrito por ella y firmado en Barcelona en septiembre de 1938.  En una de las últimas páginas viene un calendario con los datos más sobresalientes y las conquistas de los ejércitos de la República española. Entre ellos nos detenemos en el 12 de septiembre de 1936 que dice: “Federico García Lorca wird in Granada von den Faschisten ermordet”.  La última anotación en la lista del calendario lleva la triste fecha del primero de abril de 1939 en el que da cuenta de que España ha sido sometida por los fascistas. Un país diezmado comienza a vivir “die lange Natch der Tyrannei”.  (La larga noche de la tiranía).

Mi amiga Estelle, una americana de 93 años que vive en mi edificio y a la que conozco hace 30 años y que está ahora mismo luchando en un hospital su propia guerra con la muerte, enviaba donativos de su exigua paga a la organización de la Brigada Linlcon que tiene su sede en Nueva York. Cada mes recibía el boletín que esta organización publica mensualmente y cada mes lo metía debajo de la puerta de mi apartamento con una nota que decía: “Please, return”. En cada ejemplar, en la sección de los obituarios, se publicaban las numerosas necrológicas de los combatientes republicanos, la mayoría en sus ochenta y noventa años, que habían muerto. Algunos habían seguido luchando en diferentes causas “contra las injusticias y la igualdad social”.  

Mirando a Estelle en el hospital rodeada de tubos, con los brazos condecorados de medallas de dolor, como si la hubieran bombardeado su mirada, cada vez mas sorda, un guiñapo de pellejos y de sarmientos retorcidos he recordado el boletín que me ponía por debajo de la puerta y he buscado entre mis libros queridos esta carpeta de canciones y documentos. Los dos documentos me han acercado a ella y me la han devuelto joven, luchadora, puntual en mítines y manifestaciones, proletariamente americana.

Aunque ella no estuvo en España luchando con las Brigadas de voluntarios uno de mis amigos le puso cariñosamente el sobrenombre de “La brigadista”, un título del que ella de haberlo sabido se hubiera sentido feliz y orgullosa. Un personaje tan especial y tan absorbente que es la protagonista en un poema que se titula, precisamente, “La brigadista”.

                         I
A los ochenta y siete salió en The New York Times
siendo arrestada al protestar
por una de las guerra del Sr. Bush.
Una fotografía que la hizo feliz
y envió con orgullo a sus amigos.
Su cuerpo es un graffiti que camina:
lazos negros, azules, amarillos…
una gorra por una pacifista
encarcelada en una isla del Pacifico,
insignias por la paz, por focas maltratadas,
tigres en extinción, lesbianas transformistas,
por total amnistía, por un mundo más verde,
una bufanda roja por un oscuro político de izquierdas…

                           II
El otro día vino para hablarme de Pushkin,
la noté muy turbada,
(su bisabuelo fue un escribano
en la Rusia de Nicolás II)
y movía su cuerpo como una bailarina
que estuviera borracha,
sus brazos parecían los de Lenin
arengando a las masas en Moscú;    
como sólo llevaba un blusón proletario,
abierto por los lados, con tanto movimiento,
se le salió un pecho (era el izquierdo)
con un pezón oscuro,
como de terciopelo, a pesar de la edad:  
yo le miré perplejo y de soslayo
y él se escondió travieso para salir de nuevo.

                        III
Es evidente que aborreció la carne toda su militante vida,
que es enemiga de la televisión
y nunca lleva puesto nada contra natura.
Sólo escucha noticias, en radios clandestinas,
de abusos e injusticias,       
duerme durante el día rodeada de noche,
de papeles, panfletos,
propaganda que incita,
en estilo marxista y decadente,
a huelgas y a protestas
y si fuera posible a la revolución.

                        IV
En la noche recorta temblorosa
fotos del tercer mundo, de prisiones, de guerras,
o escribe breves cartas de protesta
a la prensa local que no publican.
Manda de lo que cobra del gobierno de USA
un cheque a Fidel Castro
y es seguidora adicta de la Brigada Lincoln
a la que patrocina con un cheque también.   

                        V
En medio de tanta soledad
deja abierta la puerta de su casa
por si alguno de los pocos vecinos que aun le quedan
quiere entrar a hacerle compañía.
La visita que ella está esperando
es una vieja conocida que le traerá una insignia de fuego
y se la llevará consigo a la huelga final.

hb | 28 de febrero de 2009

Comentarios

  1. cm.
    2009-02-28 11:01

    Se nos va Estelle…

    Que no se encarnicen con ella. Que dejen libres sus manos, libres, como siempre ha sido ella. Que se vaya como nuestro Cernuda, del que habrá leído sus versos, gracias a ti.

    Dile que, en la cuna del general Riego, la echaremos de menos.

    Un abrazo, Hilario.
    c.

    «Cuando la muerte quiera
    una verdad quitar de entre mis manos,
    las hallará vacías, como en la adolescencia
    ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.»

    Luis Cernuda

  2. Tividad
    2009-02-28 23:06

    Sobre todo el poema me ha gustado mucho. ¿Quíen lo ha escrito?

  3. cm.
    2009-03-01 19:28

    Su autor es Hilario Barrero, así como el de los dos libros reseñados por Marcos Taracido:

    Las estaciones del día: http://librodenotas.com/resenas/5908/las-estaciones-del-dia

    De amores y temores: http://librodenotas.com/resenas/7804/de-amores-y-temores-hilario-barrero

    http://librodenotas.com/decuerpoentero/7675/la-poesiala-poesia

    Saludos.
    c.

  4. cm.
    2009-03-02 16:44

    Mi neurona pide disculpas por haber omitido Las estaciones del día: http://librodenotas.com/resenas/5908/las-estaciones-del-dia

    Para compensar, extractos del poemario In tempore belli:
    http://members.fortunecity.es/mundopoesia/autores/hilario_barrero.htm

  5. cm.
    2009-03-02 17:01

    En fin… quería referirme a Días de Brooklyn:
    http://driftwood.librodenotas.com/cuaderno/360/resena-de-libros-dias-de-brooklyn


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