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El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

Desconocimiento evolucionativo esperizante gustoso asfixiante

Lo que vemos, lo que dejamos de ver, lo que veíamos y ya no veremos… A estas alturas de la nueva temporada televisiva parece un momento razonable para tratar de entender el consumo televisivo por parte de sus seguidores.

Entendido con el consumo de productos televisivos en sus formas más cercanas a la narración; es decir, la ficción en todas sus variantes de longitud, los inevitables realities, los concursos de talentos eliminatorios, los no eliminatorios, ni casi de talentos, los documentales seriados, las antologías y… bueno, un poco de todo lo que emiten, pese a que terminen siendo englobados en los campos de Series y Realities y siendo motivo de seguimiento por parte de la audiencia. Pues bien es cierto que, sospecho, sería igual de entendido si dijera simplemente Series, pero dado que no es el caso —al menos no el mío— pues sigo con igual interés la famosa ficción audiovisual que programas humorísticos, documentales o concursos de cocina; me parecería erróneo excluirlos.

Yo, que raro es el momento del año en que no sigo cerca de cuarenta programas —en realidad casi todo el mundo sigue alrededor de veinte, pero muchas veces sin intención—, noto menos estas fluctuaciones de cantidad. Pero todos los años me encuentro con gente que no sabe —o no puede— hacer frente al teórico aumento de material a partir de septiembre. Me siento, por tanto, más afectado por las fluctuaciones de calidad.

Mi forma de consumo habitual, creo que es relevante señalarlo, es la siguiente: determinadas obras las veo en cuanto puedo tras su emisión, otras quedan para ir viéndolas durante la semana, alguna más para completarla ese mes —generalmente varios episodios del tirón— y aún hay espacio para alguna carpeta de forraje para lo que queda en barbecho. Cuando algo deja de valer, incluso como mero relleno, desaparece en las profundas simas, muchas veces tras el consabido testeo de episodios: El piloto, los tres primeros, los seis primeros, la primera media temporada y —si logra superar eso— la temporada entera. Cierto es que en los primeros compases de la temporada —es decir, las dos últimas semanas de septiembre— puede llegar a producirse alguna aglomeración, pero en menos de un mes habrán dado cuenta de ellas dos monstruos clásicos: los parones y las cancelaciones.

De modo que, ¿cómo determinar lo que cae en cada grupo? Pues según cómo terminara la temporada anterior o cómo empezara esta en el caso de los regresos y, por supuesto, a partir de los Pilotos Deathmatch para las novedades. Y aún y con eso las siguientes semanas —generalmente ese primer mes— son las que marcarán en cuál de las carpetas caerá. Pongamos el caso de Marvel’s Agents of SHIELD, que no empezó mal pero que ha continuado en línea plana sin desarrollarse o mejorar, o de Trophy Wife que va dando bandazos irregulares sosteniéndose en sus actores. De momento están ambas en “A lo largo de la semana” pero en cualquier momento pueden caer a una de las inferiores. Por contra Brooklyn Nine Nine y Back in the Game, por un lado, y Sleepy Hollow, por el otro, han logrado asentarse e incluso, en el caso de las comedias, ir mejorando. Lamentablemente Sleepy Hollow no ha logrado mantener el magnífico tono del piloto —algo no necesariamente ligado a la duración, también a Utopia le pasó con la mitad de episodios— pero sí continúa con un tono y aproximación irreprochable a las series de temática sobrenatural loca, entre Expedientes X y la propia Sobrenatural.

Se nota más, sin embargo, el cambio en las series continuas: Arrow está en mejor forma que SHIELD mientras que Person of Interest, que tuvo una muy buena segunda temporada, anda por su tercera como pollo sin cabeza. Es curioso cómo hay series, como Sons of Anarchy, que tienen altibajos, mientras otras como Justified o The Good Wife logran ir a mejor con cada capítulo que pasa.

[Edito: Como si respondieran a esta frase, en The Good Wife emitieron ayer Hitting the fan, uno de los mejores capítulos de serie, de cualquier serie, emitidos este año. ]

El problema está en, una vez caída la categoría —o, incluso, empezando en ella— ¿cómo lograr subir de nuevo? Teóricamente un cambio de calidad supondrá que, en el momento del visionado, ascienda en el esquema de carpetas. Pero… ¿cómo enterarnos en aquellas series que han sido desechadas? No parece descabellado suponer que, de la misma manera que una obra puede empezar con fuerza una temporada, pueda ganar fuerza según avancen los episodios.

En mi caso, con tanto que ver, resulta complicada la repesca. Por suerte recurro a lo mismo que todo el mundo: Lo que opinan los demás. Por mucho que parezca diseñado mi sistema —y gran parte de mis maneras de consumo cultural— para ser autosuficiente, la verdad es que siempre habrá productos que se saldrán, bien por no poder abarcarlos o por haberlos dado por perdidos cuando aún tenían cosas que demostrar. Por suerte hay un grupo de gente de cuyo criterio me fío, además de las clásicas valoraciones de medios on line e incluso en papel, de los que ya no me fío tanto. Con eso y con todo mi tiempo es limitado, pero espero algún día poder verme Parks & Recreation tras haberla abandonado al final de su espantosa primera temporada.

Si esto me pasa a mí, que no paro, no puedo más que imaginarme la opresión que puede significar toda esta oferta para gente con su tiempo de ocio más reducido. No digamos ya a aquellos que deciden esperar a otra persona o personas para ver alguna creación determinada.

Y luego están los gustos.

Yo sé lo que me gusta a mí, fuera de valoraciones externas sobre la calidad de una producción o su construcción, y precisamente por ello defiendo en diferentes niveles lo que consumo. Igual que no se me ocurre decir es malo pero te ríes, tampoco me veo algo porque todo el mundo dice que es bueno. Incluso cuando he visto algo cuya valoración global es negativa —pongamos que Smash o GLEE! — o cuando he soportado auténticas temporadas de mierda — y aquí me vale desde Smallville a Sons of Anarchy, pasando por Supernatural, por poner sólo ejemplos recientes— lo importante es preguntarme por qué lo estoy viendo y si merece la pena seguir con ello.

De la misma manera sé que series que a mí me apasionan, como Sleepy Hollow, Bate Motel o Pretty Little Liars, pueden no gustar a un público generalista al que es más sencillo recomendar The Americans… ¡Incluso Brooklyn Nine Nine puede ser demasiado para ese público, igual que lo era antes Psych!

Al final lo único que puedo decir sobre el problema del exceso de material para visionado son dos cosas.

Primero: Que no es algo nuevo. Siempre ha habido mucho que ver y muy poco tiempo. Obviamente, cuantos más canales y posibilidades más opciones. Es algo tan acumulativo como el estudio de la Historia en todas sus variantes, tanto las historias históricas como los aspectos histórico/ político/ social/ cultural/ etc de las mismas. Pero que ahora haya mucho no significa que antes no hubiera, sino que eran menos.

Segundo: Que cada cuál debe tejer su propia red de afinidades que le permita estar informado y, a la vez, juzgando de manera crítica el material que estás consumiendo. Si tienes poco tiempo más vale que haya una buena razón para que veas un producto que no te gusta, aunque sea sólo complacer a mi pareja.

Así que, al próximo que me venga a decir nada de lo que ve y deja de ver, ya sabe lo que le espera: reflexión crítica, desarrollo de afinidades —y examen crítico de lo que le gusta y por qué a ellos, algo que puede ser útil para recomendarles recíprocamente— y, sobre todo, probar sin miedo.

Eso, y pretender que la gente se lea todos los textos y no sólo los resúmenes o notas, es lo que hace que me moleste en escribir algo sobre cada piloto. Y, más importante aún, que decidiera no establecer valoraciones generales reducidas.

De nada.

Jónatan Sark | 28 de octubre de 2013

Comentarios

  1. Lector fiel
    2013-10-28 11:37

    Un artículo excelente, como todas las semanas. Soy seguidor fiel de su columna desde hace mucho tiempo, pero nunca he participado como comentarista. Sin embargo, hoy me he decidido a dejarle unas palabras y me temo que va a ser para plantear un off topic: ¿qué va a pasar con El Receptor tras el triste cierre de Libro de Notas, anunciado hoy mismo para el 20 de diciembre?

    En cierta forma no es tan off topic, porque precisamente usted y su columna son parte integral de mi proceso de selección televisivo. Espero no tener que pasar por el mal trago de tener que buscarle un reemplazo, entre otras cosas porque entre mis lecturas no hay nadie que pueda llegar a complementarle siquiera. Por favor, reubique la columna en otro portal o, incluso, en un blog propio (porque entre Twitter, la antigua De Mokita y sus colaboraciones literarias con el Sr. Ausente, seguir todas sus recomendaciones es muy complicado). ¡Y háganoslo saber!

    Un saludo.

  2. Jónatan S.
    2013-10-28 12:18

    ¡Muchas gracias!

    No te preocupes que El Receptor no desaparecerá. Sobre todo porque tengo material para las columnas temáticas hasta por lo menos el 2026.

    Mi primera idea ha sido llevarlo a DeMokita, que para eso es mi casa. Compartida con Blas, digo, Pedro pero estoy convencido de que no habrá ningún problema en el traslado.

    Y luego… Ya veremos. Desde que entré en el internete allá por el 97/98 he escrito de TV en Dreamers, EliteVisión o el FocoForo antes de tener mi propia columna. Así que no voy a dejar de hacerlo, si acaso cambiarán otros detalles.

    ¡Gracias de nuevo a ti y a todos los que estáis ahí escalando mis paredes de texto!

  3. Lector fiel
    2013-10-28 13:02

    Al contrario, las gracias se las debemos los que le leemos. Quedo a la espera de cualquier anuncio sobre la reubicación de la columna y ¡me alegro de que quede Receptor para rato! Soy consciente de que eso de “no sé que haría sin esta columna” está un poco sudado pero, en este caso, se cumple con creces.

    Un cordial saludo.

  4. E. Martín
    2013-10-28 15:24

    Es que lo de PoI por un lado es incomprensible pero por otro es de cajón: coges a dos secundarios ocasionales y los conviertes en personajes fijos y no tienes tiempo de pantalla para todo el mundo. No es que los diálogos Reese – Finch se hayan reducido al mínimo es que Fusco apenas ha hecho dos cameos. A veri si la cosa cambia tras el quinto episodio.


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