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El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

Conclusivo Doctorismo Tennantiano Russell Davisiesco

El final de la temporada anterior había terminado por todo lo alto tanto por el enfrentamiento contra el Master como por el éxito de público y crítica que arrastraban. Y justo a continuación estaba el especial navideño Voyage Of The Damned que prometía ser todo un acontecimiento.

Pero antes de llegar allí hubo una pequeña parada que estaba completamente en continuidad. De nuevo Children in need pedía ayuda a Doctor Who y este respondía con una pequeña creación que, por decisión de Russell T. Davies estaría en continuidad hasta el punto de enlazar el final de la temporada anterior con el inicio del especial navideño. La salida de Martha Jones de la TARDIS llevaría al Doctor a tocar donde no debía y causa un choque temporal con, nada menos que, la TARDIS del Quinto Doctor, haciendo que ambos compartieran espacio. Es decir: Time Crash

RTD no acababa de tenerlo claro, pero llevaba mucho tiempo evitando incluir a uno de los antiguos Doctores —aunque hubieran aparecido ilustrados en Human nature— y acabó decidiendo que este especial dentro de continuidad pero fuera de la serie y de duración extremadamente corta era la mejor forma de lograrlo. Confió el proyecto en Steven Moffat mientras él se dedicaba al especial Navideño. Así que se llevaron a Peter Davidson, siempre dispuesto, explicando que el Doctor había envejecido al ser apartado de su corriente temporal por la fuerza y realizaron el viejo ritual de que los Doctores se criticaran entre sí —y a alguna encarnación intermedia también, que el Décimo le dice al Quinto que le gusta porque no estaba siempre tratando de parece mayor y cascarrabias e importante como haces cuando eres joven — y jugaran con las paradojas temporales.

El especial fue un éxito y sirvió para reforzar la idea de una continuidad entre la serie antigua y la moderna, además, claro, de presentar el punto de partida del especial navideño, con la TARDIS chocando contra el TITANIC.

Voyage Of The Damned era una historia superespectacular, con un crucero de lujo espacial que había viajado en el tiempo para visitar Inglaterra en Navidad y que funcionaba no sólo como un ejemplo de historia de intriga, también como un enorme espectáculo de catástrofes. Además, la presencia de Kylie Minogue sirvió para potenciar más aún la apariencia de enorme evento y para que RTD decidiera hacer aún más claros sus homenajes a Halo Jones. No se consiguió, sin embargo, que el papel de capitán de la nave la interpretara Dennis Hopper como RTD quería al principio para lograr un reparto aún más espectacular. Tampoco un cameo del Príncipe Carlos. Aunque sí lograron algo más de una hora de emisión, en total tendrían 70 minutos para la aventura.

El resultado se convirtió en un auténtico éxito de audiencias, 13,3 millones de espectadores vieron el capítulo en directo convirtiéndose en la segunda emisión más vista de Doctor Who desde que una huelga de al ITV dejó a la BBC sin competencia en 1979 durante la emisión de City of Death, y además se convirtió en el capítulo de Doctor Who que mejor puesto conseguía en las audiencias semanales quedando como segundo programa más visto de la semana superando por mucho el quinto puesto que The Ark In Space había logrado en 1975. Así que esto lo confirmaba oficialmente, el Doctor Who había recuperado los niveles de popularidad de la primera mitad de la etapa Baker.

El inicio de la siguiente temporada en abril de 2008 nos trajo un regreso entre las acompañantes del Doctor. Regresaba Catherine Tate gracias a una serie de extrañas carambolas. Tras tres temporada en la serie el propio Davies se daba cuenta de que dos acompañantes seguidas enamoradas del Doctor podían desvirtuar la idea misma de acompañante, si además las dos eran mujeres jóvenes se creaba una pauta peligrosa. De manera que pensó en incluir a una mujer de más edad, una persona con un aspecto corriente, que sólo quisiera ser amiga del Doctor, una mujer llamada Penny Carter —sí, otra referencia a Marvel— cuyo modelo sería la Donna Noble de Catherine Tate. Salvo que cuando Tate se enteró de que RTD estaba interesado en traerla de vuelta para el final de la siguiente temporada ella manifestó su interés en regresar no como un cameo sino por al menos un año a la serie. ¿Y quién quiere tener una imitación pudiendo tener el original?

Partners in crime nos presenta a Donna habiéndose arrepentido enormemente de no haber aceptado la proposición del Doctor, algo que trata de arreglar investigando cualquier asunto extraño que se ponga a la vista. La idea de que quiera irse con el Doctor no se nos presenta como ganas de pasar tiempo con él, no es enamoramiento, lo que busca es la aventura, la posibilidad de viajar en el tiempo y el espacio, eso es lo que ella quiera y no se queda mustia a esperar que él regrese, como mujer moderna que es decide ponerse en marcha y buscarle activamente, comportándose como una moderna Sarah Jane Smith.

Pero el Doctor no aparece con ella desde el principio. Al principio él aparece emparejado con una periodista de investigación llamada… Penny Carter. Sí, RTD juega a confundir y a mostrar las dos posibilidades, hasta que el Doctor se reencuentra con Donna.

Los villanos generales serán una nueva creación, monísima por cierto, los Adiposes, extraterrestres creados a partir de —en principio— grasa, y cuidados por una niñera extraterrestre, Mrs. Foster, que les permitía una mezcla de parodia y homenaje a Mary Poppins. La imagen de los bichos fue rápidamente explotada por el departamento de mercadotécnia de la BBC que estaba exultante con el éxito de Doctor Who.

Eso no evitó algún problema grave. Como la imposibilidad de contar de nuevo con Howard Attfield para interpretar el papel de Geoff Nobel, el padre de Donna, como en The Runaway Bride. Sin embargo Attfield había desarrollado desde entonces un cáncer que estaba avanzando sin remisión. En principio se consideró la posibilidad de rodar todas sus escenas de la temporada de una vez. Incluyendo su muerte, que estaba prevista para transformar a Donna en alguien más duro. Sin embargo la salud del actor empeoró rápidamente , incluyendo una pierna rota, que hizo que el actor quedara definitivamente fuera de las posibilidades. De modo que RTD decidió incluir la muerte de su padre entre lo que había sucedido en la vida de Donna desde la última vez que vio al Doctor, su puesto en la vida de Donna lo ocuparía un personaje pensado para Penny Carter, su abuelo. De manera que renombraron el nombre del personaje de Bernard Cribbins en Voyage Of The Damned como Wilfrid Mott el abuelo materno de Donna. Además, el episodio se dedicaría a la memoria de Howard Attfield que fallecería finalmente durante su postproducción.

Como de costumbre RTD aprovechó para enviar al pasado al Doctor y su nueva acompañante, a Pompeya en el caso de The Fires Of Pompeii aprovechando los sets que la BBC había construido para la serie Roma, para los que se lo había llevado a los estudios Cinecittà marcando la primera salida de UK para grabar desde que en 1985 estuvieron en Sevilla con The Two Doctors. Esto y su reparto, que incluía a Karen Gillian y Peter Capaldi, sería lo más destacado.

Y del pasado al futuro y las estrellas. Con Planet of the Ood no sólo se seguía la vieja idea de Davies, además ofrecía una posibilidad para recuperar a los Ood. Keith Temple había visto las posibilidades que The Impossible Planet / The Satan Pit tenía y explicaba no sólo la historia de los Ood sino, Donna Noble mediante, la relación que el Doctor tenía con esos extraterrestres esclavizados y sumisos a los que no se parecía. No sólo demostraba el valor de Donna y su distinta relación con el Doctor, también la importancia de la reflexión de las acciones del mismo y cómo sus movimientos podrían ser distintos y aún mejores. Como una acción invertida, una respuesta a las críticas que sus palabras a Martha Jones habían causado, aquí el Doctor debe ser consciente de su colonialismo y su racismo, de como encuentra natural y no interviene al ver a gente que puede no ser Time Lord pero sí parecida en aspecto someter a otras razas.

Mientras tanto tres cosas se produjeron a la vez: La espalda de David Tennant, que llevaba tiempo molestándole, había empeorado y él no se veía capaz de realizar muchas más acrobacias, además, sentía que tres temporadas en Doctor Who eran suficientes. De manera que había aceptado interpretar a Hamlet para la Royal Shakespeare Company. De modo que al anuncio de que la BBC renovaba la serie otra temporada más lo acompañaba que en 2009 no habría serie propiamente dicha sino una serie de especiales. Además, se abría la posibilidad de que un cada vez más ocupado y repartido Russell T. Davies se fuera también. Y el productor asociado Phil Collinson había decidido tomarse también un tiempo. Parecía que un cambio de ciclo llegaba de nuevo a la serie.

Pero mientras esto se discutía Russell T Davies decidía que de The Two Doctors se podía sacar más que los viajes fuera del país y decidía recuperar para la televisión tras más de veinte años a los Sontaran en el capítulo doble The Sontaran Stratagem / The Poison Sky. Pero no acababan ahí los regresos porque pensando en el final de temporada, y tras el cameo de Pipper en Partners in crime y un segundo aquí, había decidido que Martha Jones apareciera una vez más tras recuperarla para tres episodios de Torchwood. Dada la actual ocupación de Martha trabajando para UNIT esto permitía recuperar el entorno de las primeras apariciones de los Sontaran en la etapa del Tercer Doctor. Al final del episodio Martha seguiría en la TARDIS por uno de los clásicos errores que les llevarían al futuro.

En el que Stephen Greenhorn había guionizado, tras The Lazarus Experiment, celebraba el capítulo 50 de la nueva serie con The Doctor’s Daughter, presentando a una hija del Doctor. Y, mejor aún, tras mucho buscar sería interpretada por Georgia Moffett, hija de Peter Davison, el quinto Doctor, y que tras este capítulo empezaría a salir con David Tennant.

El siguiente episodio regresaría a la idea del Murder Mystery con más fuerza que nunca al hacerlo no sólo histórico sino, además, con un famoso participante, en este caso famosa porque en The Unicorn And The Wasp contarían con la mismísima Agatha Christie. En el periodo en que se encontraba desaparecida. Lamentablemente sería Gareth Roberts, responsable de The Shakespeare Code el elegido con lo que a trama sería por lo demás bastante rutinaria con intentos de comedia trufado de innumerables referencias a la obra de La Reina del Crimen. Eso y a Cluedo, no la película de Jonathan Lynn, lamentablemente, sino el juego de mesa.

Por fortuna para la próxima historia estaba previsto un episodio doble guionizado por Steven Moffat Silence In The Library / Forest Of The Dead. Aún una gran historia, aunque repitiera de nuevo el tema de los miedos infantiles. En este episodio doble se presentaría, además, un personaje muy especial que aseguraría haber conocido antes en su vida al Doctor, pese a que él no la reconozca. Se trata de River Song, interpretada por Alex Kingston, y que pronto lograría la atención de los seguidores de la serie. Debido a que tras la emisión del primero de los dos capítulos se emitiría una comunicación en la que la BBC anunciaba la marcha de Russell T. Davies —además de la de Julie Gardner y Phil Collinson— tras los especiales y su sustitución como jefe de guionistas y productor por Steven Moffat.

Los siguientes dos episodios estaban pensados para aprovechar al máximo el tiempo. Pero en lugar de centrarse en otros personajes creando un capítulo bajo en Doctor decidieron separar a cada uno de ellos con un capítulo propio. En el primero, Midnight, Donna se quedaría disfrutando de las instalaciones de un hotel mientras el Doctor se encontraba metido en mitad de una excursión organizada que iba mal, con un montón de personajes nuevos y una suerte de variación de los clásicos Murder Mysteries que habían estado acompañando la nueva serie. Por su parte Turn Left servía para ofrecer una historia de mundos alternativos con Donna como personaje principal en un mundo en el que nunca había llegado a conocer al Doctor por primera vez. Este último episodio servía, además, para traer de vuelta una vez más a Billie Pipper como Rose Tyler.

El anuncio de la marcha de RTD y la rutina de estos últimos capítulos, correctos pero con un aire a ya visto ciertamente preocupante, junto con el aviso de que en este final de temporada íbamos a volver a encontrarnos con Pipper y Agyeman repitiendo sus papeles así como con la aparición de personajes de las otras series de la familia y con todo tipo de miradas al pasado más reciente de la serie, incluyendo una última aparición para Penelope Wilton como Harriet Jones, ahora caída en desgracia tras el más que discutible uso del Doctor de los rumores en The Christmas Invasion tirando por tierra una carrera que él mismo había declarado próspera y muy beneficiosa para la Tierra. En conjunto se notaban las múltiples reescrituras, un cierto aliento faraónico en el proyecto y un descontrol en su marysueismo que llegaba a su más loco final con Rose logrando su propio Doctor.

Un final agridulce para la serie especialmente por lo que esperaba al personaje de Donna Noble, la persona que más había hecho dudar, pensar y evolucionar al Doctor, indudablemente la mejor de sus acompañantes en esta nueva tanda de episodios, y aquella que terminaba con el destino más cruel.

Usar todo esto para recuperar a Davros tras un par de menciones y traer a los Daleks de regreso parecía poco menos que innecerario. Un final con mucha gente diciendo adiós de una u otra manera que siendo menos redondo que los anteriores finales de temporada sí logró convertirse en todo un suceso logrando por primera vez con su último episodio, emitido la primera semana de julio de 2008, que Doctor Who fuera el programa más visto de su semana. La fórmula de RTD se estaba gastando y aún quedaban los especiales, pero la audiencia estaba respondiendo bien y el programa se encontraba en su mejor momento.

Los cuatro especiales comenzarían bien en The Next Doctor con una aparición del gran David Morrissey en el ya tradicional especial navideño. Ese año para Childreen in need se habían limitado a hacer un concierto así que el final de la temporada llevaba hasta este episodios directamente, y lo hacía jugando tanto con las expectativas de la audiencia de un nuevo Doctor —usando a Morrissey, habitual candidato en las rumorologías para el puesto de Doctor, bien conocido y que había coprotagonizado con Tennant Blackpool años antes— y mezclando referencias internas a Human nature. La aparición de un gigantesco Cybermen steampunk también ayudaba y puede tratarse con facilidad del mejor de los cuatro especiales.

Le seguiría Planet Of The Dead, un episodio de relleno con muchos puntos en común con Midnight y la presentación de Lady Christina de Souza, una ladrona de guante blanco que se supone debemos creer que que podría llegar a ser acompañante. La idea general era poder tener un especial cada tres meses aproximadamente de manera que tras la emisión en navidades de 2008 de The Next Doctor no hubiera una brecha de tiempo demasiado grande, de manera que este especial debía estar para marzo/abril y se basaría más en los efectos especiales de The Mill.

El siguiente especial iría para noviembre de 2009, The Waters Of Mars serviría para recordarnos a los Ice Warriors sin sacarlos en pantalla, para presentar un futuro a plazo medio que estaría aún parecido al nuestro pero más evolucionado, para discutir sobre los puntos fijos en el tiempo. Lindsay Duncan hacía magníficamente de la comandante de la misión, Adelaide Brooke, con un Doctor que iba saliéndose progresivamente de personaje según avanza la trama y un final absolutamente increíble conociendo al personaje.

Pero todo fuera por llevar a The End Of Time, auténtico final de etapa como demuestran unas tomas al final de la historia en los que el Doctor visita a todos sus amigos y asociados de relevancia. Con un sentimiento de nuevode unión y repaso a todo lo que signifcó esa etapa incluyendo una última aparición de el Master y algunas indicaciones sobre la Guerra del Tiempo.

Quizá le hubiera llegado el momento a la Etapa Davies y estuviéramos ante un más que necesario cambio de época, pero en ningún caso se nos puede olvidar la gente que hizo posible este regreso y lo bueno que había sido en un principio. Habrá que ver cómo harían que siguiera a partir de esta regeneración.

Jónatan Sark | 21 de octubre de 2013

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