Libro de notas

Edición LdN
El receptor por Jónatan Sark

Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. El que expulsa información sin parar. Información que debe ser sopesada. Esta columna tiene como finalidad y motor reflexionar sobre lo que se emite por televisión y considerar críticamente lo que en ella se ve y expone. Y lo hacía cada lunes. Sigue en elreceptor.com.

Pilotística Deathmatchizantes Otoñal Septembresca Locurosa

Otra vez ha sido ese mes del año. Septiembre. El regreso de las series con las teóricas apuestas más importantes. El año que además logren que lo presentado sea lo más relevante va a ser un despiporre. Pero lo más importante es que eso significa una cantidad ridículamente alta de pilotos, motivo por el que logran su propio… ¡PILOTOS DEATHMATCH!

Seguimos con un año tumultuoso como tuvimos en Enero – Febrero , Marzo – Abril , Mayo – Junio y Julio – Agosto . Antes de ponernos a ello, aprovecho para recordaros un par de cosas: La inclusión de vídeo suele deberse a que sea una serie especialmente buena, mala o curiosa. Podéis conseguir más información clicando en el nombre del programa, os llevará a su web oficial —y si no tiene, que ahí está la ITV, a lo más cercano que se me ocurre— y a la derecha podréis leer su procedencia: (AU), (CA), (NZ), (UK), (USA) y, por supuesto (OT).

Por cierto, llegamos en este mes a un hito. Hemos tenido este mes 39 series frente a las 30 del año pasado. Eso significa que sumados a los 216 que se habían estrenado hasta el final de agosto hemos llegado ya a 255 pilotos este año; si tenemos en cuenta que en 2012 fueron 223, podéis notar lo que la multiplicación de series ha supuesto. Muchos más candidatos compitiendo por nuestra —limitada— atención. Y precisamente por eso digo siempre…

¡Que comience la lucha!

Atlantis (UK)
A medio camino entre El Jabato y Hércules: Sus viajes legendarios, es una serie con una premisa demencial y un desarrollo de másdelomismo —además de cierto subexto gay— en el que un inicio en el mundo actual lleva a un tipo a buscar a su padre en las profundidades del océano, sólo para acabar en Atlantis junto a un batiburrillo de personas y situaciones de todo el imaginario grecolatino clásico. Y les da lo mismo reunir al Minotauro con dragones de dos cabezas porque este revoltijo les permite hacer lo que quieren. Incluyendo el tener como compañeros de aventuras —y de piso— a Hércules y Pitágoras.

Back in the game (USA)
De entre las sorpresas que uno se lleva en esto de los pilotos, una de las más agradables es cuando algo que parece másdelomismo resulta ofrecer una aproximación, si no original, al menos trabajada y con buenos actores poniéndolo en marcha. De esa manera la historia de la madre soltera —estupenda Maggie Lawson — que se hace cargo de un equipo de perdedores — baseball esta vez— mientras discute con su familia —su padre, interpretado con su habitual brillantez por James Caan — logra una inesperada segunda vida. Hay que verlo para creerlo.

Betrayal (USA)
Lo primero que uno piensa cuando está viendo esta serie es en la premisa parecida a la de Crimen perfecto: una mujer casada conoce a un hombre por el que siente una fuerte atracción; lo que ella no sabe es que él podría tener una agenda oculta, y su marido también. Salvo que cuando se empieza a desarrollar esa agenda esto empieza a pareces La Tribu de los Brady: Sara Hanley (Hannah Ware) conoce a Jack McAllister (Stuart Townsend) que es un abogado defensor. Lástima que ella esté casada con Drew Stafford (Chris Johnson), un brillante fiscal, y tenga un hijo de siete años, Oliver. Pero, claro, es que Jack también aporta su propia familia, porque está casado con Elaine (Wendy Moniz), dueña de un café y madre con él de gemelos adolescentes: Valerie (Elizabeth McLaughlin) y Victor (Braeden Lemasters), además de ser la hija de un poderoso y ominoso empresario, Thatcher Karsten (James Cromwell), al que su marido aconseja. Si creéis que a estas alturas estamos a medio camino entre un culebrón y Soap esperad a oír lo mejor, porque mientras los amantes juegan al que sí, que no, muere Lou, el cuñado de Thatcher. Asesinado. Y le echan la culpa a T.J. (Henry Thomas), que es el hijo con problemas mentales de Thatcher, hermano de Elaine y tío de… ¡Da igual! El caso es que —obviamente— Jack le defenderá en el juicio mientras que Drew le acusará. La verdad es que es más divertido de contar que de ver, sobre todo porque las cosas no acaban de funcionar del todo en este megaculebrón criminal. Qué le vamos a hacer, no todos pueden ser REEEVEEEENGEEEE.

By any means (UK)
Lo primero en lo que uno piensa al ver By any means —lo segundo, si contamos: ¿No había una serie documental con este nombre hace no tanto?— es que alguien parece haber decidido darle otra oportunidad a Hustle en un formato nuevo. Una rápida visita a los títulos de crédito nos enseña a Tony Jordan de nuevo, así que ahí tenemos la respuesta. Hustle —o ,si preferís su adaptación americana, Leverage— nos enseñaba a unos timadores que iban contra los malos; aquí tenemos a un grupo secreto que debería recordarnos a Misión Imposible pero que se acaba pareciendo a una mezcla de la citada serie con Los ángeles de Charlie. Tampoco me quejaré en voz muy alta, es realmente disfrutable como concatenación de sucesos poco probables y no muy inteligentes. Pero poco más.

The Blacklist (USA)
Dentro de la avalancha de series de este mes siempre acaba saliendo algo que merece la pena. En este caso lo que merece la pena es la actuación de James Spader en un personaje a medio camino entre Aníbal Lecter y Kingpin, un Moriarty moderno que sirve de asesor a criminales y organiza sus propios golpes hasta que decide —por motivos nada claros— aliarse con el FBI para reducir a su competencia. Y, de paso —más misterios—, pide a una agente en concreto con la que trabajar. El evidente pastiche de ideas ya conocidas, ideas que no hay que buscar muy lejos para encontrar adaptadas recientemente como el ladrón reformado que hay en, v.g., White Collar… Y, sin embargo, funciona. Funciona proque Spader está inmenso — * COF * — y logra que la acción no importe tanto como lo que nos transmite. Ahora a esperar que no se repita demasiado.

Blackout (UK)
¿No hubo una serie con este nombre el año pasado? Pues sí. Pero esto es… distinto. Me cuesta tanto llamarlo serie como negarle esa naturaleza. Comienza desde una posición hipotética, un ataque ciberterrorista sobre Londres que destruyera su suministro eléctrico. A partir de ahí esta mezcla de documental y ficcionalización loca trata de explicar lo que nos encontraríamos y cómo solucionar los distintos problemas. Imagino que a los adictos a la distopía les gustará, pero a pocos más.

Boom Town (UK)
¿Qué es esto? Preguntarse esto viendo una serie no es malo. Preguntárselo cuando has terminado de verla —o varios días después— ya es otra cosa. De nuevo un juego de formatos. Por un lado hay un reality documental, por el otro… ¿ sketches ? Es difícil de decir qué es lo que ocurre en esta extraña ciudad prefabricada que ha sido servida por gente a la que se le ha dado la posibilidad de crear una segunda identidad a su gusto. Tener una personalidad ya es difícil como para los juegos de realidad y ficción que parece proponer este… esta… esto.

Brooklyn Nine-Nine (USA)
Hay una forma sencilla de hablar de esta serie. Pero requiere conocer Barney Miller. Porque lo que tenemos aquí es una reimaginación de Barney Miller en los parámetros de Psych. Y si no lo conoces permíteme que te hable un momento: Barney Miller fue una serie que podríamos llamar el reverso cómico de Canción triste de Hill Street, un grupo de policías con sus vidas, problemas e interacciones que interactuaban entre ellos y resolvían casos, a veces. En ocasiones se ha tratado de repetir su éxito, la más reciente con The Unusuals. Pues bien, aquí tenemos a lo más exitoso que ha salido de esta aproximación, confío en que por mucho tiempo. Andy Samberg está tan excelente como insoportable en su personaje, y es difícil no pensar en el Shawn Spencer de James Roday en Psych como la versión fuera de las fuerzas del orden del personaje. Pero además tiene un buen repertorio de secundarios, casi todos ellos cómicos que además trabajan como actores, con mención especial para Andre Braugher, que hace de straight man como pocas veces se ha visto en televisión antes. Así que ésta es mi comedia favorita de entre las novedades del mes.

The Crazy Ones (USA)
Es imposible creer que esta serie tiene un guión de verdad. Salvo que imagines que el de Robin Williams está en blanco y el de los demás incluye Si puedes meter cuchara aprovecha y di. Como tal, y teniendo en cuenta que está secundado por una Sarah Michelle Gellar que cada vez es peor actriz, sólo se puede recomendar a gente que Ame de verdad a Williams. A ellos les encantará, seguro.

Dads (USA)
Es curioso como de diferente es la percepción de la gente. Si habéis escuchado algo sobre esta serie posiblemente sea que es mala. Lo es. Y puede que oigáis incluso que es la peor serie nueva en años. Y ahí ya no, que hemos sobrevivido horrores como Work it up, How to be a gentleman o Kath & Kim. Es una serie mala, incluso muy mala, pero no lo es de una forma estridente sino por puro anquilosamiento, es ante todo rancia, todo huele a viejo y podrido en su guión, desde los clichés raciales y de género que usan hasta las mismas rutinas empleadas. Y es una pena, porque —de nuevo como Kath & Kim — hay buenos actores aquí dentro, desde los protagonistas — Seth Green, Giovanni Ribisi — a sus padresPeter Riegert, Martin Mull— así que quizá sería mejor dejar que se sentaran en una mesa y hablaran antes que hacerles tratar de levantar otro de estos apolillados guiones.

Father Figure (UK)
¿Por qué? No, en serio: ¿Por qué? ¿En qué momento puede parecer buena idea que lo que hace falta es otra serie sobre un padre de familia que se dedica a sus chapuzas en casa y aunque todo el mundo le quiera por no ser un papá comandante, le dejen vivir sus días felices porque saben que un padre sabe qué es lo mejor? ¿Eh? ¡¿En serio, BBC?! Ah, que había un radioserial cómico y han decidido adaptarlo. Así que tampoco aprendieron NADA del Count Arthur Strong

The Fuzz (USA)
¿Cómo podría salir mal una serie con muppets? Pues lo consiguen. Y mira que era difícil. Pero esta serie de humor en formato corto, la propia versión para Yahoo de las del Adult Swim, sigue un acercamiento similar al de Avenue Q o Los Feebles sin lograr en ningún momento ser tan transgresora como la segunda o tan divertida como la primera. El resultado es un revoltijo de buenas intenciones que logran —pecado mortal— que una serie de diez minutos se haga eterna.

Ghost Ghirls (USA)
Por contra esta es la mejor serie del lote de Yahoo, un par de amigas investigadores psíquicas en un mundo con fantasmas y mucho más. Episodios breves pero fundamentados, el apoyo de rostros cómicos —y más, gracias a que la produce Jack Black— conocidos y unas anécdotas perfectamente desarrolladas en su breve espacio de tiempo. Además, por supuesto, de la increíble química entre sus protagonistas, Amanda Lund y Maria Blasucci. Puede ser una serie hecha casi sin medios pero logra que no te fijes en lo barato sino en lo bueno.

The Goldbergs (USA)
¡Ah, los ’80! Esta serie me hace recordar tantas cosas. Por ejemplo, la vez que los tipos de That’s ’70 show decidieron hacer un spin-off en los ’80 y se pegaron una leche, o cuando los ingleses decidieron continuar Life on Mars en Ash to ashes y casi hunden la historia… ¡¿Tan difícil es comprender que sólo por meter una ambientación temporal de los ’80 no se consigue una buena serie?! Más aún, si decides olvidarte de un guión y sustituir los chistes por Brooke Shields y clips de Karate Kid para esconder el débil esqueleto cómico lo raro es que no te pase nada peor. ¡A evitar!

The Ginge, the Geordie and the Geek (UK)
O, dicho de otra manera, Graeme Rooney, Paul Charlton y Kevin O’Loughlin. A los que habría que añadir el coguionista y director John Hoggart. Basado en sus actuaciones en festivales de comedia o de improvisación, la BBC ha decidido darles su propio programa de sketches. Y se quedan en un punto muerto. Parece que hay talento y se suceden con rapidez las situaciones, pero ninguno de los sketches logra ser lo suficiente divertido como para tener ganas de más. Tratan de recuperar las esencias de The Fast Show, pero no les acaba de salir. Una lástima.

The Guilty (UK)
Tamsin Greig es una buena actriz y esta serie de british noir, sobre la desaparición de un niño que es retomada años más tarde tras un descubrimiento fundamental, no está mal. El problema es que tampoco destaca o sobresale por nada. Es el equivalente a un libro de misterio comprado para rellenar el tiempo durante un viaje. Te mantiene ocupado sin pedirte mucha atención y como llega se va.

Hello, ladies (USA)
Stephen Merchant es un tipo agudo, un tipo divertido, y esta serie protagonizada por él para la HBO deja claro que es un traje a medida, con las peripecias de un pobre hombre en busca del amor. Situación embarazosa tras situación embarazosa, fracaso amoroso, choque inesperado, error social… bueno, os podéis hacer a la idea. Hay algo de intento de repetir el éxito de Larry David o de Louis CK en esto… salvo que no funciona. Es difícil que los personajes, empezando por el Stuart de Merchant, importen menos y todas esas situaciones embarazosas suenan a repetidas. ¿Cómo ha podido pasar algo así? Ni idea. La serie está llena de gente con talento que no logra hacerlo divertido. Le daré un par de capítulos más por ser Merchant, pero me temo que estamos ante uno de los fiascos de la temporada.

Hostages (USA)
No logro entender qué necesidad hay de hacer de esta serie algo distinto a una mini. Tampoco acabo de entender qué pinta Dylan McDermott y su cara de palo aquí dentro, en lo que podría haber sido sobre el papel un juego del gato y el ratón con un claro estilo á la 24, pero, a fuerza de forzar los tópicos, lo convierte en una de esas delirantes narraciones imposibles de Lifetime llenas de secretos y personas rotas. Toni Collette y Tate Donovan hacen lo que pueden y logran mantener un cierto interés, incluso McDermott se mueve un poco. No es que el piloto sea horrible, ni mucho menos, pero la sensación es que conviene sobre todo porque no tardará en colapsar.

Ironside (USA)
Si tuviera que ver una serie para horrorizarme de lo mala que es elegiría ésta. No sólo porque parece muy claro que han usado el título sólo porque el personaje central va en silla de ruedas, también porque carece de una redención. No es irónica, ni lo pretende, y no disfruta y abraza su chapucerismo. El resultado es una serie bastante aburrida en la que un policía furioso en silla de ruedas aparece en escenarios —no le vemos llegar ni irse— mientras unos ineptos tratan de encuadrarle de manera no muy forzada —se ve que no se les ha ocurrido verse series en las que hay personajes en silla de ruedas como, digamos, Glee — mientras desarrollan una de las historias de trasfondo más ridículas y aburridas que he visto en mucho tiempo. Llenarlo de escenas irrisorias —una orgía con máscaras, un entrenamiento con flashbacks, un policía dando una noticia desde mitad de una escalera para estar a la altura del protagonista, una escena de sexo en silla de ruedas que parece una parodia— y rematarlo con el peor final posible —no os lo desvelo porque tampoco me creeríais— tampoco ayuda. El resultado final es un quiero y no puedo, le gustaría jugar en la liga de 24 o CSI: Miami, pero no alcanza ni a Los vigilantes de la noche.

Losing it (USA)
Si alguna vez necesitáis una entrada para un Top de Peores ideas de Yahoo no se os puede olvidar este… ¿programa de entrevistas? en el que John Tío Jesse Stamos habla con famosos sobre su primera vez. Que tuvieron sexo. Con otra persona.

Lucky 7 (USA)
El original inglés, The Syndicate, no era gran cosa. Un grupo de personas gana la lotería y eso cambia sus vidas. Desde entonces la premisa no ha mejorado, ni se ha hecho más moderna, y —sorpresa, sorpresa— lo americanos no han logrado unos actores más creíbles o interesantes. Ha ganado en espectacularidad, eso sí. Pero con eso y todo sigue sin compensar lo sobado del concepto.

Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D. (USA)
NCISHIELD. La impresión general es positiva, y desde el piloto se puede expandir mucho el concepto y profundizar en los personajes, sin duda. Pero aunque esta serie tenga esencia de Whedon —Sea Joss, sea Jed— se nota que es un producto diseñado para arrasar agradando. Es lógico que Marvel, Disney y la ABC hayan querido minimizar los riesgos, pero eso le da un aspecto un poco prefabricado. No es mala en absoluto y algunas de las decisiones, como dejar clara la integración en el universo Marvel cinematográfico o, en un gesto muy Whedon, apostar por la diversidad y los personajes femeninos, son novedosas. Esperemos que no la caguen. —Y sí, este piloto es más como el de Firefly que el de Buffy o DollHouse. A mí me parece bien—.

MasterChef Junior (USA)
Cualquiera que lleve leyéndome el tiempo suficiente, especialmente los que leyeron el año pasado mi repaso a los programas gastronómicos, me habrá leído elogiar el MasterChef Junior australiano como uno de los tres mejores programas concurso eliminatorios de la televisión —siendo los otros dos el Top Chef USA y The Great British Bake Off de UK—. Así que esperaba su versión americana con tantas ganas como escepticismo; daba por hecho que, igual que la versión americana diluía la parte didáctica que tenía la versión australiana con el concurso adulto, se centrarían en eso también con los niños. Y así ha sido. No es un mal concurso, en absoluto, pero en el camino ha perdido eso que hacía tan interesante a la australiana. Eso sí, los “pequeños” cocinan que da gusto verlos.

Masters of Sex (USA)
¿Una cadena de cable recurriendo al sexo para vender una serie? ¡Inesperado! La historia detrás —no el informe Kinsey, que es algo más antiguo, sino los posteriores de Masters & Johnson, aunque a juzgar por el piloto piensan fingir que lo de Kinsey nunca ocurrió para hacerles más pioneros— es razonablemente interesante en lo académico, aunque decididamente aburrida en lo personal; pero como permite además usar ambientación de época, lo raro es que no se les hubiera ocurrido antes. El resumen es que, igual que las películas de Dwain Esper o esos espectáculos de feria que pretendían alertar sobre los perjuicios de una vida sexual desordenada como tapadera para ofrecer un espectáculo sensacionalista, aquí se nos habla de divulgación histórica como coartada moral para lo —irónicamente igual que en el pasado— poco que vamos a ver.

The Michael J. Fox Show (USA)
Mal. Mal, mal, mal. No se trata ya de que hayamos visto en multitud de series a Michael J. Fox regresando tras su retirada por enfermedad, comenzando por Scrubs hasta llegar a su cima en Larry David e incluyendo Rescue Me o Boston Legal entre medias, es que además en todas estas series fue usado mejor. Bien porque tenía menos papel, bien porque desarrollaba una mala baba que aquí brilla por su ausencia. Cualquier atisbo de transgresión que pudiéramos decidir creer que existía en el piloto desaparece en el episodio siguiente y lo que obtenemos es otra serie familiar más, con un Michael J. Fox procurando ser encantador pero no logrando pasar de ramplón.

Mom (USA)
Chuck Lorre reúne a dos buenas actrices para hablar de conflicto generacional o algo; en realidad es tan indistinguible de 2 Hombres y Medio que da un poco lo mismo lo que Anna Faris y Allison Janney traten de lograr, los guiones formulaicos hacen imposible salir o evolucionar. Una lástima.

Pat And Cabbage (UK)
Dos mujeres de mediana edad que no se resignan a un estilo más tradicional, un buen punto —sobre todo uno poco habitual— pero no un buen desarrollo. Es una lástima porque lo que podría haber sido una serie interesante acaba siendo una obra sencilla enfocado a los mayores.

Peaky Blinders (UK)
Una de las series que más esperaba; y es una buena serie, sin duda, aunque no tanto como yo esperaba. Pero ahí la culpa ya es mía. En cualquier caso, Cillian Murphy está magnífico como la persona fundamental en una familia de gangsters ingleses y Sam Neill no lo hace nada mal como el policía que les persigue. Pues bueno.

SAF3 (USA)
¿A quién se le puede ocurrir hacer una bastardización mezclando una serie de vigilantes de la playa con una de bomberos? ¿Y en qué momento pensaron que lo mejor era poner al frente a Dolph Lundgren? Pues a Gregory J. Bonann, que para eso es el creador de Los vigilantes de la playa y de la irrepetible Thunder in Paradise. Aquí el resultado es más predecible, para eso el juego es ofrecer una serie como si no hubieran cerrado las otras. Así que si os queréis sentir transportados al pasado…

Serangoon Road (AU)
HBO Asia y la australiana ABC ofrecen una mezcla de aventura e historia poniendo el centro de la historia en el Singapur de los ’60. A partir de ahí racismo, clasismo y conspiraciones panasiáticas, con un australiano que decide echar una mano a una viuda con un trabajo detectivesco y acaba en mitad del bajo mundo de la ciudad. Inesperadamente interesante, quizá algo lenta y a ratos demasiado ocupada en su propio exotismo, pero sin duda una apuesta a seguir.

Sleepy Hollow (USA)
Puedo decir sin tener que pensarlo que de entre todas las series de este mes con ninguna me lo he pasado tan bien como con esta. De estructura claramente explosiva e ideas absolutamente enloquecidas, la reimaginación del clásico de Washington Irvin en una historia de policías compañeros metidos en un mundo cercano al de Supernatural que se beneficia y mucho de la interpretación completamente en serio que Tom Mison, en su papel de Ichabod Crane, ejecuta con una convicción digna del mejor Adam West. Si os gusta Supernatural o las series fantásticas que no tienen miedo al exceso os lo vais a pasar en grande con esta.

Tiny Commando (USA)
Un reparto estelar para una serie corta, de nuevo Yahoo, que funciona más como Sketch que como serie en si misma. Durante una misión un Navy SEAL es miniaturizado hasta una altura de unos 10 centímetros. Quizá os parezca que diez centímetros no es mucho, en cuyo caso estáis viendo pasar la mitad de los chistes de la serie ante vuestros ojos. Por lo demás, el productor de la serie se encarga también de actuar como archienemigo contra este pequeño supersoldado que actúa ahora como mercenario o investigador ayudado por Mitzi, su asistente de tamaño normal. Como decía antes, el que el protagonista sea Zachary Levi, su ayudante Gillian Jacobs y el villano Ed Helms ayuda a seguir una serie que parece que podría funcionar mejor si tuviera más tiempo o si fuera más breve.

Trophy Wife (USA)
Otro éxito inesperado. Una serie familiar que parece parte de la modernfamilyxlotation solo que con la tercera esposa de un abogado, sus ex y los hijos de éste, más su mejor amiga. Por supuesto todo eso podría ser un desastre, pero resulta que las creadoras de la serie, Emily Halpern y Sarah Haskins, que querían ironizar sobre el concepto, tuvieron la suerte de convencer a Malin Åkerman de que su idea era burlarse de esa idea preconcebida de que una mujer más joven con un hombre mayor es solo un florero y consiguieron, además, convencer a Bradley Whitford para ser el único hombre de una serie en la que sus ex son interpretadas por Marcia Gay Harden y Michaela Watkins y la mejor amiga de la protagonista es Natalie Morales. Así que talento hay, sólo falta ya ver si son capaces de llevar la serie más allá de los terrenos familiares.

Uncle Grandpa (USA)
Peter Browngardt ha trabajado en algunas de las series de animación para jóvenes adultos más celebradas, como Flapjack o Adventure time y tuvo su propio programa en Carton Neetwork, Secret Mountain Fort Awesome, del que esta serie funciona como sustituto y spin-off. Su idea de construir los capítulos es juntar cosas extravagantes. Imagino que pensará que así todo es inesperado, novedoso y divertido. En realidad el resultado es el mismo que abrir una puerta y que se te venga encima el escaparate de un chino: Incongruente, pesado y difícil de aguantar.

We Are Men (USA)
Mala. Mala serie. Mala serie rancia. Mala serie rancia que, además, tiene a gente a la que se le podría sacar partido como Karl Penn o, sobre todo, Tony Shalhoub, pero un guión arcaico, la absoluta inanidad de su teórico protagonista, el semidesconocido Chris Smith y un Jerry O’Connell que interpreta como si le hubieran pedido que interpretara a la versión sobreactuada de Tom Cruise y se está ganando a pulso que le monten una intervención para que deje de hacer comedia, acaban de darle la puntilla.

We Need Help (USA)
Otra serie de Yahoo, otro problema de tiempos. Y aquí más divertido todavía porque logran que las excusas argumentales queden o muy cortas o muy largas. Así que se mezclan capítulos que se estiran con otros que se comprimen. Manejar el formato es un arte también y aquí no saben hacerlo. Por suerte están las protagonistas, Cheryl Hines y Rachel Harris, interpretando versiones ficcionales de si mismas: actrices cómicas medioconocidas que comparten un asistente. Aun teniendo en cuenta que los episodios se mueven entre los 7 y los 10 minutos, más le valdría a Yahoo permitir una mayor libertad en el formato para adaptarse mejor a la historia, ¡que no se le va a acabar internet!

Welcome to the family (USA)
¡Más familias! ¿Qué toca ahora? Ah, sí… Adolescentes embarazados que juntan a sus familias contrapuestas. ¡Y parecía que el buen, viejo 2009 nunca iba a volver! Mi apuesta es que los productores no tendrán que preocuparse por la legislación para rodar con bebés. Eh, ¡quizá cuando la cancelen puedan rodar un Very Special Episode!

The Wipers Times (UK)
¿Sabéis esas veces en que termino diciendo “Y por eso es necesaria la existencia de una televisión pública.”? Pues ésta es una de ellas. No es exactamente una serie, y no me refiero a que no tenga varios capítulos tanto como a que es la narración de un hecho histórico real, la creación de un periódico en las trincheras de la Primera Guerra Mundial por parte de combatientes, con un tono entre serio e irónico que le convertiría en uno de los pioneros de un género que crearía ilustres sucesores como el británico Private Eye o el francés Le Canard Enchâiné. Así, Ian Hislop y Nick Newman hablan de sátira, de periodismo, de la Primera Guerra Mundial y de camaradería, y lo hacen con un reparto de actores estupendos, con Ben Chaplin y Julian Rhind-Tutt en cabeza y un elenco de secundarios que incluye a gente como Michael Palin. Una pequeña pieza que sirve para recordar unos sucesos, animar a repetirlos y crear a la vez algo memorable. Y por eso es necesaria la existencia de una televisión pública.

The Wrong Mans (UK)
Una gran combinación con sólo algunos problemas menores. Claro que esos problemas están, una vez más, en lo complicado que es aceptar un doble acto como éste sin pensar de inmediato en otras parejas a las que hemos visto pasar antes por esto; sobre todo porque la química entre Matthew Baynton y James Corden no es tan buena como la que pudieran tener Steve Martin y John Candy o Pegg y Frost. Y eso es algo importante cuando tenemos una comedia de acción en la que dos personas —compañeros de trabajo— se mezclan en una mega conspiración. La serie está, eso sí, brillantemente rodada, se nota el dinero y el cuidado en las escenas de acción. Quién sabe, igual hasta mejora.

Con eso y con todo, las cadenas se han centrado más en recuperar series antiguas que en estrenar propuestas nuevas, lo que demuestra que cada vez confían menos en sus novedades. Habrá que ver si en lo que queda de año —incluyendo Almost Human — logran sacar algo interesante.

Jónatan Sark | 30 de septiembre de 2013

Comentarios

  1. pep
    2013-10-01 02:47

    Entonces, recomiendas sleepy hollow? Con Shield tengo mucho escepticismo. Ya veremos…

    Sólo te falta poner notas. Por ejemplo, de 1 a 5 antenitas :)


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