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Crónicas del Hype por Guillermo Zapata

El 14 de cada mes, una columna sobre fenómenos mediáticos, cultura convergente, sociedad de control y otros servicios inútiles servida a modo de notas orientativas y, a poder ser, con algo de humor. Aunque los enlaces y las citas serán el auténtico grumo de este potaje, el encargado del caldo es Guillermo Zapata. Un guionista de televisión que a veces hace cortos.

Guerra de cosas Vs Ecce Homo

1.- La película Los Inmortales popularizó la expresión “Solo puede quedar uno”. El procedimiento era relativamente sencillo, bastaba con cercenar la cabeza del contrincante para avanzar hasta conseguir el preciado objetivo final. Eliminar al contrario suele ser garantía de victoria. Cuando hablamos de deportes es relativamente fácil saber quién es el mejor en algo porque podemos cuantificarlo, el varón más rápido del mundo, la mujer que más alto salta, etc.

Durante mucho tiempo, en el campo cultural se desarrollaban listas con lo mejor del año, del trimestre o de la vida. A pesar de su carácter cuantitativo (generalmente eran votos) los listados solían incluir las preferencias particulares de quién los había elaborado. Servían no tanto (o no sólo) para indicar qué es lo mejor, sino más bien para descubrir qué le gusta a quién y por qué, descubrir cosas o… charlar.

Las listas, por lo general tienen cierta tendencia al conservadurismo cuando las realizan medios de comunicación offline (La tradicional comunicación de meses) y una espectacular falta de memoria cuando se realizan en medios digitales. Lo cual nos recuerda que el gusto es cuestión de, entre otras cosas, soportes y que es, bueno… difícilmente cuantificable.

En los tiempos del hype la lista ha dejado paso a la competición. El listado permitía hacer un trayecto propio entre unas cosas y otras, mientras que la competición, como en el deporte, trata de ver quién es el mejor. Es decir, de eliminar al contrario. Así, el diario El País, copiando iniciativas similares de medios estadounidenses se ha lanzado a identificar cual es la mejor serie y cual es la mejor película de entre todos mediante un sistema de votos y fases. (En un artículo anterior de Crónicas del Hype hablamos de los yanquis optimistas y las redes sociales, así que no me extiendo por aquí en los motivos reales que llevan a El País a lanzar esta propuesta). Lo importante es la idea de que tener una mayoría de votos te convierte en ganador y que ganar significa borrar a los contrarios y sus propias mayorías. Un modelo cultural basado en la escasez que nos recuerda sistemáticamente que en el modelo de la máquina hype de lo que se trata es de reducir la complejidad a uno. Y a eso lo llama modelo democrático.

Cuando se lanzó la “Guerra de Series” (pues así se llama la iniciativa de el diario El País), El Hematocritico del Arte y El Emperador de los Helados lanzaron Guerra de Cosas. Una manera mucho más directa y divertida de explicar lo que yo intento explicar con esta columna.

2.- La Restauración del Ecce Homo de Borja funciona como una especie de reverso cultural de la lógica “Sólo puede quedar uno” de la “Guerra de Cosas”.

Una de las definiciones mas interesante de Contracultura se presenta en una pieza de Reflexiones de Repronto y hace referencia a aquellos elementos de la cultura que solo pueden entenderse situacionalmente, en el espacio tiempo en que fueron creados. Son producto de su tiempo. A partir de este criterio, el lenguaje de los SMS seria contracultura. Y a partir de este mismo criterio, El Ecce Homo de Borja lo sería también porque su relevancia cultural es imposible disociarla del momento y la forma en la que fue producido. Esa forma es, fundamentalmente, la de la cultura participativa, la remezcla, la reapropiación y la multiplicidad. Lo contrario de lo que la Máquina-Hype produce.

El Ecce Homo de Borja es la valorización del error. Un error, además, fruto de las buenas intenciones. El “error”, es decir, el descuido, nos habla de formas de arte no premeditadas ni cargadas de intención. Exactamente lo que es la cultura cuando no tiene un sentido trascendente.

El Ecce Homo de Borja alcanza valor no a partir de si mismo sino de la replicación de su relato. Es al convertirse en narración colectiva que coge pleno sentido.

El Ece Homo de Borja es, en sí, una apropiación, pero además tiene los dos elementos clave para facilitar la remezcla: es icónico y es una aparente devaluación de una obra de arte trascendente (religiosa, nada menos. Pura Alta Cultura), por lo que es irónico (incluso a su pesar).

Es la apropiación colectiva la que carga de sentido una acción que no lo tenía y la sitúa en el contexto.

Finalmente, es efímero. En unas semanas queda borrado del paisaje posmediatico. Su sentido, por tanto, no es la permanencia en el tiempo, sino el goce directo e irónico.

No se me ocurre una aproximación mejor a los tiempos actuales que ésta.

Y a nadie se le ocurriría hacer una “guerra” de votos para elegir el “mejor” Ecce Homo, la mejor reapropiación, el mejor montaje. Ni el mejor meme de 4chan, el mejor video doblado con voces chorra, ni el mejor video de gatitos.

Guillermo Zapata | 14 de septiembre de 2012

Comentarios

  1. Dr Zito
    2012-09-14 11:49

    ¿Un modelo cultural basado en la escasez?


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