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Crónicas del Hype por Guillermo Zapata

El 14 de cada mes, una columna sobre fenómenos mediáticos, cultura convergente, sociedad de control y otros servicios inútiles servida a modo de notas orientativas y, a poder ser, con algo de humor. Aunque los enlaces y las citas serán el auténtico grumo de este potaje, el encargado del caldo es Guillermo Zapata. Un guionista de televisión que a veces hace cortos.

La política del enemigo es de lo más hype

1.- Corrían los primeros años del Siglo XXI. Ningún multimillonario Saudí había organizado un complejo atentado contra el centro financiero del planeta. En Seatlle, decenas de miles de personas habían bloqueado la reunión del Banco Mundial. Los delegados del banco, cargos políticos de primer orden, habían escapado de la ciudad. Unos años antes, en las selvas del sureste mexicano un ejercito de campesinos indígenas se había rebelado contra algo llamado “Tratado de Libre Comercio de las Americas” (ALCA) consiguiendo una repercusión internacional espectacular. Se hacían llamar “Ejercito Zapatista de Liberación Nacional”.

En aquellos años asistí a un seminario en el que se hablaba de estas nuevas formas de organización política como organizaciones que rompían con las dicotomías de la acción política tradicional: “Conflicto/Consenso” “Unidad/Heterogeneídad”… y “Amigo/Enemigo”.

2.- Hacer política del “amigo” prima la producción de redes, valoriza las diferencia y la heterogeneidad, no está orientada a la toma del poder, sino en todo caso a su deconstrucción. Pero lo más importante de todo es que no pone la centralidad de la acción en el ataque y la confrontación sino en la fuga y la producción de otra realidad. De ésta forma, el enemigo se queda solo buscando una pelea que no tiene lugar y empieza a perseguir a las fuerzas que han desertado del campo de batalla. Un buen ejemplo de esto es el movimiento del Software Libre que nunca se ha preocupado demasiado por el software privativo y sí por generar una alternativa viable y mayoritaria al mismo.

Se trata de una política que escapa de la lógica dialéctica (ya saben, tesis, antítesis, síntesis) y hace política del éxodo. O como decía Lawrence de Arabia. “Puedes ganar cualquier batalla si tienes de lado a la población civil y nunca estás en el lugar dónde te está esperando el enemigo”.

3.- Cuando hemos hablado del “hype” en éstas columnas y en las entrevistas que se han ido publicando, siempre hemos hablado de una dinámica general, no de sus particularidades. Esto podría llevarnos al error de creer que existe “un único hype”. Por supuesto que no. Todo el mundo pone en marcha las “dinámicas del hype” para llevarse el gato al agua. Por ejemplo, en el contexto actual podríamos decir que lo razonable sería que la crisis fuera el concepto hype, pero no es así. El concepto de moda, el que intenta abrirse paso en el panorama mediático es el de la política del enemigo. En el caso español hablamos de dos grandes esferas de población “la de izquierdas” y “la de derechas”; dos bandos que se definen única y exclusivamente por su enemigo. Por su otro que le da sentido y que siempre está, al contrario que la guerrilla de Lawrence exactamente en el punto que se le espera. Pero… ¿por qué? ¿Por qué sucede éste fenómeno?

4.- En esas mismas jornadas de Seattle en Noviembre del 99 nació una poderosa herramienta de comunicación llamada “Indymedia”. Un espacio que hoy nos resulta entre tópico y anecdótico y que permitía que cualquier persona subiera a la red texto, audio, fotos y video. Ese fue el principio (uno de los principios) de la crisis de los medios de comunicación tradicionales. Indymedia estaba centrado en las contracumbres y poco a poco fue quedando obsoleto, aparecieron los blogs y de ahí las redes sociales. La información dejó de estar polarizada en dos campos antagónicos: “Lo que los medios no cuentan” / “Lo que los medios si cuentan”, sino que cada contenidos específicamente navega por la red casi por si mismo, los periodistas tienen cuentas de twitter, cambian de empresa de comunicación. Seguimos sus contenidos por lo que dicen, no por el lugar en el que lo dicen. Esto plantea un grave problema para los grandes grupos mediáticos que han tenido siempre el control sobre la forma en la que se recibe el contenido. Los grandes grupos mediáticos quieren imponer la política del enemigo. Quieren volver a enclaustrar el mundo en dos campos muy claros: izquierdas y derechas y nos imponen debates sobre lo que es ser de derechas o de izquierdas. Imponen un sentido. Producen hype. Hacen que “el enemigo” esté de moda.

5.- Hace unas semanas Amador Fernández publicó un interesante artículo analizando lo que llama el fin de la política consensual en España Una idea que se relaciona directamente con algunos trabajos de Guillem Martínez en torno a la Transición española en el campo de la cultura. Resumiendo (de manera quizás un tanto simplista) el planteamiento de Guillem Martinez podemos decir que la cultura de la transición, la consensual, es aquella en la que la cultura se ha hecho uno con el poder. Este “uno” está sujeto por el par “derecha-izquierda” que permite determinan la forma y el funcionamiento de la cultura de la transición. El texto de Amador va más allá y expone diversos ejemplos (movilizaciones sobre la vivienda, movimiento de afectados por el 11-M, ¡Pásalo!, movilizaciones contra la ley Sinde, etc.) en los que la política consensual ya no funciona. En los que el hype debe rearmarse y perseguirnos para reubicarnos en el viejo (pero presentado como nuevo) campo de batalla.

6.- El próximo 15 de Mayo hay convocada una movilización con el lema “DemocraciaRealYa”. Es difícil identificar en su seno ninguno de los lugares comunes que permiten definir esos dos campos en los que se quiere encerrar la acción política a derecha e izquierda. Se plantea como una movilización abierta, descentralizada, etc. Puede ser un puente entre un momento y el siguiente, puede ser el principio del fin del hype del enemigo. Puede ser una nueva forma de política de la amistad.

Guillermo Zapata | 30 de abril de 2011

Comentarios

  1. casiopeo
    2011-05-04 17:05

    El Pais, que es mi periodico de referencia, mas que nada por inercia, tiene una deriva hype bastante clara en los ultimos tiempos.Sea el terremoto de Japón, la guerra de Libia, la boda de Kate o la muerte de Bin Laden se trate de convertir la noticia en acontecimiento: los titulares sobre el mismo tema se repiten, los caracteres crecen, los articulos dandole la énesima vuelta al asunto, al mismo asunto, se multiplican. Cierto olor a pánico en las empresas de medios, sí.


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