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Butaca no numerada por Alberto Haj-Saleh

Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.

Cómicos (I)

Ser cómico en España durante los años ochenta y primeros noventa era una muy buena idea. Un trío formado por Fernando Conde, Josema Yuste y Millán Salcedo y que actuaba bajo el nombre de Martes y trece se convirtieron en los reyes de la televisión, de los escenarios y hasta del cine en territorio nacional. Cuando el trío se quedó en dúo el éxito se multiplicó por diez, fue aún mucho más salvaje si cabe. Martes y trece eran sinónimo de éxito y el público español pasaba un año entero esperando con ansia el especial de nochevieja de Televisión Española, para la mayoría la única manera de ver a sus ídolos.

Desde luego que no fueron los primeros, cómicos los ha habido siempre, pero si que han sido los más grandes, al menos en cuanto a fenómeno mediático. A su rebufo surgieron o se popularizaron otros cómicos como Los Morancos o Cruz y Raya, gracias a su éxito Telecinco decidió inaugurar su cadena en el año 1990 basándose casi exclusivamente en un ex cómico —Emilio Aragón— y una tribu de humoristas inenarrable que poblaban todos y cada uno de los programas de la pantalla amiga.

Humoristas, los amos de la televisión en aquellos años.

Ahora las cosas han cambiado bastante. Sigue habiendo humoristas, muchos, algunos de ellos vienen de aquella época, pero no basta su sola presencia para arrastrar a la masa de espectadores a encender la televisión, como pasaba con Josema y Millán. Gente como los Morancos o como José Mota tienen mucho tirón y siguen siendo primeras filas de sus cadenas, pero no tienen al país adorándolos día sí y día también.

A finales de la década pasada Canal + intentó implantar un nuevo modelo de cómico en nuestro país. Con su programa El club de la comedia, la cadena del grupo Prisa intentó imitar el estilo norteamericano marcado por el programa Saturday Night Live, una inagotable cantera de cómicos angloparlantes que lleva en antena casi 35 años. En ese programa, lleno de gags y pequeños sketches, se consagraba la figura del “stand up comedy”, base de El club de la comedia: el tipo que de pie en un escenario casi vacío, con una pequeña banda a un lado, cuenta sus penas con mayor o menor fortuna al público mientras un foco le ilumina.

Del programa español y de sus primos televisivos (por ejemplo los cómicos de Paramount Comedy) surgieron nombres hoy bastante populares entre el público como Pablo Motos, Luis Piedrahita, Ángel Martín o Ernesto Sevilla, la mayor parte no ha parado de trabajar y muchos de ellos se han ganado un prestigio de buenos guionistas y buenos humoristas. Muchos —véase el ejemplo ‘Chanante’— tienen grupos de fans irreductibles. Ninguno de ellos tiene la capacidad de arrastrar las masas como en su día hicieron Martes y Trece. Ninguno ha hecho una película que gire en torno a ellos.

En cambio, desde la pantalla del Saturday Night Live cada poco tiempo surge un nombre que alcanza el olimpo del estrellato, hordas de fans que acuden en manifestación a ver sus películas, que tienen a ese nuevo astro como eje central y único. Bill Murray, Dan Aykroyd, Eddie Murphy, Mike Myers, Ben Stiller, Adam Sandler.

Sólo comprendiendo este contexto, sólo entendiendo al menos un poquito qué significa en Estados Unidos ser cómico, uno puede llegar a entrar en la gran historia que cuenta Judd Apatow en Hazme Reír (Funny People, 2009). La semana que viene hablamos de ella.

  • * * * *

Dice Guillermo Zapata

Shevernatze es una película construida de otra forma: El presupuesto se ha montado a partir de aportaciones privadas. Sin subvenciones. Sin televisiones metiendo la manita. Como dirían en Mexico “A puro huevo”.

Si hay una película heroica que haya logrado llegar a las pantallas de cine es esta, Shevernatze, dirigida por Pedro Palazón. Este viernes 23 la estrenan en Madrid, Cine Luchana (Calle Luchana 38). Lo han conseguido. Que tengan mucha, mucha suerte.

Web de Shevernatze

Alberto Haj-Saleh | 21 de octubre de 2009

Comentarios

  1. Celebes
    2009-10-21 11:52

    Memorables. También otros, como “Tip y Coll” o, inmediatamente posteriores a los primeros, “Cruz y Raya”.

    Aún recuerdo, entre otras, la imitación de Franco “Napiatto”. lol

  2. Aspergufio
    2009-10-21 14:36

    En el festival de Valladolid se estrena este sábado 24 una película documental con el título de este post: Cómicos. Pero no habla precisamente de los cómicos que han llegado al éxito, sino de los que nunca lo alcanzaron del todo, de los actores de compañías itinerantes que siguen viajando por los pueblos con casi ochenta años, de los secundarios eternos que no pueden jubilarse.
    Luego, la siguiente semana (no sé exactamente cuándo) estará en el Pequeño Cine Estudio de Madrid.

  3. Manuel Haj-Saleh
    2009-10-22 00:24

    Yo sigo diciendo que la stand-up comedy se la inventó Gila hace décadas, aunque en los EEUU no sepan quién es Gila.

    En Canal + hicieron un producto muy mediático al sacar a actores o presentadores de tv que debían recitar guiones no escritos por ellos. Algunos lo hacían francamente bien y otros siguen empeñados a día de hoy en que tienen vis cómica, pero más bien no. Más “puro”, por así decirlo, me parece el “Nuevos Cómicos” de Paramount, aunque en éste la gran mayoría de los aspirantes que aparecen se empeñan en repetir, uno tras otro, los mismos temas; a veces, incluso, las mismas situaciones. Se copió el modelo de EEUU pero se les olvidó fijarse en el estilo, siempre cambiante.

    Sin embargo, tanto de un lado como de otro hemos obtenido grandes cómicos capaces de salirse de esos clichés: Piedrahita, O’Dogherty o el clan de Albacete (Reyes, Cimas, Sevilla,…) que, además, han sabido establecer un estilo propio y exportarlo a otras formas de expresión, como bien decías. Curiosamente (y esto es opinión personal), salvo Joaquín Reyes, el resto de este grupo no eran monologuistas especialmente buenos, aunque sí con un estilo propio claramente diferenciado de los demás.

    Jerry Seinfeld, maestro del género, de vez en cuando se parodiaba a sí mismo y al oficio que le da de comer en su serie de TV, exagerando (¿de veras?) las dificultades que tiene un cómico para no repetirse, para adecuar sus monólogos al tipo de público al que se enfrenta, para no caer en el histrión o en el chiste grueso (el personaje de Bania es un ejemplo hilarante de ello) y, en fin, para poder hacer algo diferente todas las noches sin tener que cambiar demasiado lo que vas a decir.

    Se me ocurre ahora, sin embargo, que en España y con la excepción de Gila no ha habido muchos cómicos monologuistas en escena hasta el boom de los noventa. Por el contrario, lo que sí se prodigó mucho, especialmente en las décadas del 60 al 80, fueron los cuentachistes. De estos tenemos innumerables ejemplos y casi ninguno ha sido capaz de superar el paso del tiempo y lo que entonces hacía reír hoy se ha convertido en casposo y rancio.

    Y ya tá. :-)

  4. gsc
    2009-10-22 02:09

    La comparación del SNL con El club de la comedia me parece un poco equivocada – por lo menos con el SNL de los últimos años, que es el que he visto -: en el primero los monologos son cosas complementarias, como introducción, pero el núcleo del programa son los sketches. Realmente la semejanza sería con la Hora Chanante – o con el Flying Circus, que es lo que los de Albacete querrían hacer – pero salvando las distancias.

    Eso de que SNL es una “cantera” de cómicos… creo que es cosa del pasado, desde Will Ferrell no hay ninguno que realmente haya trascendido a SNL, por lo menos fuera de EEUU o lo han hecho como secundarios (salvo Tina Fey, pero también haciendo TV). No hay que ver que entre el reparto más reciente de SNL se cuentan algunos de los actores con más apariciones en la historia del programa.

    Y otra importación muy popular, también relacionada con los stand-up es la que ha hecho -picoteando de Leno y de Jon Stewart – Buenafuente, cuyas editoriales son los únicos monólogos españoles (en su primera época en Antena 3 ), que realmente me han gustado. Quizás por que eran los únicos que no hablaban de las diferencias entre hombres y mujeres. :P

    Aceptamos Gila como monologuista, ¿y Faemino y Cansado? Que por cierto, tienen una parodia recurrente de los cuentachistes.


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