Yo lo veo así: el PSOE busca una maniobra electoral con el apoyo del parlamento europeo al proceso de paz: si el Partido Popular le apoya allí se queda desnudo aquí, y si no lo hace queda una vez en más en evidencia su poco interés en acabar con ETA. Haga lo que haga el PP le saldrá mal, así que obtan por seguir enrocados y en sus trece. Fernando Ónega explica muy bien en La batalla de hoy en Estrasburgo el maniqueísmo de los partidos: “Estamos tan bombardeados por los partidos, que resulta casi imposible el análisis neutral de las posiciones que se enfrentan en el Parlamento Europeo. Sólo quien coincida totalmente con el PP puede mostrarse radicalmente contrario a ese debate. Y sólo quien tiene confianza ciega en Zapatero puede celebrar con entusiasmo que ese debate se celebre. Cuando alguien se queda en un territorio intermedio, valorando las razones de Rajoy y haciendo un esfuerzo por entender los argumentos socialistas, es condenado por tibio, indefinido o falto de compromiso.”