No coincido punto por punto con la exposición de males de Carlos Colón, pero suscribo absolutamente el fondo: Mal gobierno, peor oposición: “Es cierto que la radicalidad verbal –sólo verbal– de Zapatero, su pretensión de ser el heredero directo de la II República y el vengador de las cuentas pendientes que la Transición dio por civil y políticamente saldadas –trasladando la cuestión del debate político y social a la reflexión histórica–, su errática política antiterrorista o su dejarse arrastrar por el PSC y ERC le han puesto las cosas fáciles al PP. Pero ello no hace sino agravar las culpas de los populares por administrar tan pésimamente el capital de errores que Zapatero ha puesto en sus manos. Tan mal, que el Estatuto catalán está siendo una tumba política para la oposición en vez de para el Gobierno que lo alentó y para el presidente que dijo “aprobaré el texto que salga del Parlament catalán”. A fecha de hoy el PSOE está cosiendo sus graves heridas internas y Zapatero está intentando salir del apuro en el que él mismo se ha (nos ha) metido por la sensata senda que CiU le ha abierto; mientras que el PP se desgarra en luchas intestinas e insiste en una estrategia errónea cuyo peligro desestabilizador acaba de ser denunciado por The New York Times y cuya cúspide demencial –y probablemente anticonstitucional– sería la exigencia de un referéndum nacional sobre el Estatuto catalán.”