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La perversión de las ideas es el efecto más grave del terrorismo

Julio María Sanguinetti cuestiona el simplismo con el que se pretende actualmente abordar las acciones políticas y de pensamiento contra el terrorismo, y que a través de sencillas fórmulas se extienden por el mundo no pensante. La asociación de ideas que se repite hasta las aciedad es “No democracia = Terrorismo” y Pobreza = Terrorismo” es una visión fragmentada y demasiado simple de la realidad; hay ejemplos de lo contrario que obviamente la ponen en quiebro, y sin embargo en el universo colectivo sigue funcionando. Sanguinetti recurre a Heine [“Los conceptos filosóficos alimentados en el silencio del estudio de un académico pueden destruir toda una civilización”] para explicar que la perversión de las ideas es el efecto más grave del terrorismo: “Puede ser una idea política (fascismo, nazismo, comunismo), una idea étnica (nacionalismo irlandés, vasco o palestino), una idea religiosa (fundamentalismo islámico). Pero siempre hay, por detrás o por delante, una idea equivocada que conduce al fanatismo y alimenta la pasión”.

Carmen Castro | 23/09/2005 | Artículos | Terrorismo

Comentarios

  1. Luis Amezaga
    2005-09-23 14:14 Hablar de la pobreza como causa del terrorismo es un insulto a los pobres y una falacia desmontada por los hechos tozudos, que hablan de terroristas suicidas con nivel académico alto, o con desahogo en sus condiciones de vida.
  2. Clandestino
    2005-09-23 19:24 El terrorismo nunca estará justicado, de la misma manera que nunca estará justificada la tiranía o represión sobre una ciudadanía cualquiera.

    Lo que no significa que valiéndose del poder y sus franquicias, se pretenda colar como terrorismo a acciones de pura y legítima defensa de derechos o soberanía, como ocurre con la guerrilla iraquí.

    Lo que no significa que sea necesario utilizar los mecanismos legales disponibles en un estado de derecho para reprimir cualquier atisbo de terrorismo.

    Luego tenemos democracias que actúan como feroces terroristas alegando “lucha contra el mismo” y acusan de serlo a sus vítimas, todas ellas, tanto a las vivas como a las asesinadas.

    Cuando se combate una “no democracia” no es terrorismo sino un acto legítimo ya que es legítimo defenderse, por cualquier medio, de cualquier tiranía.

    La pobreza como tal no justifica nigún acto de violencia. Generalmente la pobreza es consecuencia de políticas radicales y tiranas, a veces encubiertas bajo el blindaje de “estado democrático de derecho”, en cuyo caso es deber y obligación de la ciudadanía articular los medios a su alcance para derrocar, legítimamente, al tirano y sus cuadrillas, sin que esto se pueda calificar, de ninguna manera, como terrorismo.

    En una democracia de verdad, con leyes justas e inflexibles, para todos por igual, y que sea impenetrable para los perversos y vividores, nunca habrá peligro de desetabilización por ningún ideal, intriga o sedición. Todos podran convivir mientras observen las normas y leyes establecidas y mientras estas leyes se hagan expresamente para potenciar la democracia y la justicia.

    Particularmente creo que la barbarie oficial de algunos estados democráticos es mas devastadora, en volumen, que la de todas las organizaciones terroristas clandestinas juntas.

    Simplemente sus gacetilleros nos resaltan lo macabro y deplorable de “los malos” y encubre o ensalza como heroicos los actos vandálicos y de pillaje de su bando, y los que no lo hacen así son descaradamente silenciados. Eso sí, democráticamente, a veces, a cañonazos.

    Saludos

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