Un señor mirando al suelo. La de Jorge Galindo es una precisa descripción del Rajoy actual.
«Es decir: Aznar puso en su lugar no al más carismático, ni al más capaz para ganar elecciones, ni al más osado para hacer reformas en profundidad ante situaciones de riesgo macroeconómico (como una burbuja, o como la explosión de dicha burbuja y la crisis que le sigue), sino simplemente a quien mejor iba a gestionar su legado. Hizo además esta elección entre una selección previa de personas que llevan toda su vida ascendiendo en un partido cerrado, jerárquico, en una carrera que prima la cercanía al inmediatamente superior a ti y las afinidades mucho más que la capacidad de ganar elecciones o de gestionar de manera eficiente la cosa pública. Y es que Rajoy da el perfil de político típico español: con una plaza de funcionario que supone más un primer peldaño y a la vez un colchón para una carrera poco movida que un auténtico trabajo, ganó su primer escaño autonómico con menos de 30 años.»