De científicos alemanes que se aprovecharon del holocausto nazi para estudiar los cerebros de sus víctimas: Los cerebros malditos del nazismo, por Nuño Domínguez.
«Ostertag era especialista en malformaciones cerebrales. Como parte de sus investigaciones, este médico analizó los cadáveres de 106 niños del programa de eutanasia infantil que habían muerto víctimas de malas intervenciones neurológicas. Ostertag elaboró su propia colección de muestras patológicas con aquellos 106 niños y la conservó después de la guerra en la Universidad de Tubinga, donde trabajó tras la guerra. El capitán de las SA nunca se arrepintió de haber usado los cerebros de aquellos niños y dijo que su principal objetivo era demostrar que sus dolencias no eran genéticas, lo que hubiera salvado a sus padres de la esterilización.»