Bulgakov y el teatro soviético, un acercamiento intentando desprejuiciar un teatro tachado de propagandístico, a través de la figura de uno de sus máximos propulsores. Por Hugo Gutiérrez Vega.
«Bulgákov evitó la caída en el teatro didáctico defendido por los simplones izquierdistas del Proletkult y nunca aceptó ajustar el desarrollo dramático de sus obras a los esquemas propagandísticos. Apoyado por Gorki, Stanislavski y Lunacharski, logró sortear algunos de los escollos puestos por la censura y, aunque sus obras nunca contaron con el total respaldo oficial, y en varias ocasiones fueron suspendidas, siempre defendió su derecho a escribir, por medio de las cartas que enviaba a Stalin y de los interminables combates verbales que sostuvo con el Glavreperktom.»