El señor Stephen King, multimillonario, defendiendo que los ricos han de pagar más impuestos, muchos más: Hágame el hijue… favor de cobrarme más impuestos. Supongo que para muchos su más terrorífica obra.
«De malas, muchachos, yo no me he cansado de hablar del tema. He conocido tipos ricos –¿por qué no?, después de todo yo también soy rico– y la mayoría preferiría echarse gasolina en el pene, prender un fósforo y bailar cantando “Disco Inferno”, antes que pagarle al Tío Sam un centavo más por impuestos. Es cierto que algunos invierten al menos parte de su ahorro fiscal en contribuciones de caridad. […] Muy bien, pero no es suficiente.»