E.J. Rodríguez nos narra la infancia de Bobby Fischer, un prodigio de anécdotas que explican en quién se convirtió el genio: Bobby Fischer: la infancia del pequeño diablo (I).
«Regina anotó a su hijo en la sesión de simultáneas; el pequeño Bobby llegó, ocupó su sitio y perdió a las pocas jugadas. Lloró amargamente por la rápida y fulminante derrota; después recordaría vivamente aquel momento. No conocieron a ningún niño de la misma edad, pero la sesión de simultáneas no terminó en vano: la insólita presencia de Bobby no pasó desapercibida entre la gente del mundillo y el presidente del Brooklyn Chess Club, Carmine Nigro, reparó en su actitud y creyó detectar ciertas condiciones en el niño.»