Tremendo Juan Goytisolo: debemos tomarnos la sentencia contra Garzón como un síntoma de la nueva sociedad de maridaje entre poder político, económico y judicial. El juicio no es un sainete.
«Hace exactamente dos siglos, nuestro mejor escritor de la primera mitad del siglo XIX escribía a propósito de la Constitución debatida en las Cortes de Cádiz: “Lo que necesita gran miramiento y tino son los principios constitucionales del Poder Judicial; de ese poder del que depende cuánto es y cuánto tiene el ciudadano; de ese poder que es el origen, el propagador y la defensa del espíritu público; el conservador de las leyes que constituyen la verdadera patria; ese poder que bien establecido corrige o hace insensibles las faltas de constitución de los otros; y mal organizado se convierte en instrumento de opresión y tiranía, en propagador de la corrupción pública”.»