La revista Rockdelux suele echar mano de su estupendo archivo y recuperar antiguos artículos para su web. En este caso, un estremecedor texto que Mignus B. Formentor escribió en 1986 sobre la vida y carrera de una de las más grandes cantantes de todos los tiempos. Billie Holiday: del sentimiento trágico de la vida
«Era necesario ocultar a los representantes del orden establecido la existencia de clubes clandestinos. No podían usarse micrófonos ni altavoces para magnificar la voz. La única posibilidad pasaba por recorrer el local, de mesa en mesa, mientras se iba cantando. Cada mesa era un mundo, una masa vital concreta y una nube sonora muy precisa. Así aprendió Billie Holiday a cantar una misma canción de cuarenta formas distintas, reajustando una y otra vez inflexión y matiz. O tal vez no lo aprendiera. Quizá la inspiración le llegase directamente de los dioses de la tragedia para reconducir su vagabundeo errante hacia praderas de feliz aislamiento, para que pudiera guiar en un futuro hasta ellas a las almas desgarradas por la pena, untar con cálidos ronroneos las llagas de la sufriente melancolía»