No estoy de acuerdo con todos los argumentos, pero sí con la idea que transmite Ricardo Soca en su conferencia para el XI Congreso del Colegio de Traductores Públicos del Uruguay: Los traductores ante la norma y sus lagunas
«Lo cierto es que un estadounidense jamás diría “no puedo usar esta palabra porque no está en ningún diccionario”, y ellos cuentan con excelentes diccionarios, mucho mejores que los nuestros, pero saben, entienden, que la lengua va primero y que el diccionario llega después, siempre con atraso, por su propia naturaleza.
Los hispanohablantes, en cambio, vamos por otro camino. Conozco gente que no emplea una determinada palabra, aunque sea la única que expresa con precisión lo que él quiere transmitir, porque proviene del inglés, es un anglicismo, una categoría maldita que ellos creen que habría que combatir furiosamente. »