Nos ofrecen, en resumen, las cinco conclusiones que sacó Friedrich Engels de los bakunistas españoles, y se hace, claro, con la intención de aprender de los errores: Cómo no hacer la revolución.
«1ª. En cuanto se enfrentaron con una situación revolucionaria seria, los bakuninistas se vieron obligados a echar por la borda todo el programa que hasta entonces habían mantenido. En primer lugar, sacrificaron su doctrina del abstencionismo político y, sobre todo, del abstencionismo electoral obligatorio. Luego, le llegó el turno a la anarquía, a la abolición del Estado; lo que hicieron fue intentar erigir una serie de pequeños Estados nuevos. A continuación, abandonaron su principio de que los obreros no debían participar en ninguna revolución que no persiguiese la inmediata y completa emancipación del proletariado, y participaron en un movimiento cuyo carácter puramente burgués era evidente. Finalmente, pisotearon el principio que acababan de proclamar ellos mismos»