Ha muerto Jorge Semprún. Les dejo con el obituario de Juan Goytisolo, Un gran intelectual europeo, y con una entrevista de hace pocos meses que le hizo Nuria Azancot para El Cultural.
«Bueno, los recuerdos de Buchenwald fueron durante mucho tiempo muy dolorosos, pero también había experiencias positivas, como la solidaridad y la fraternidad. Además, yo sabía por qué estaba allí, por haber sido miembro de la Resistencia, y hacía cosas útiles, había una compensación moral cada día. En cambio, cuando fui expulsado del PCE, se vino abajo un proyecto de vida que había empezado en mi adolescencia y me había explicado siempre. La expulsión me produjo un sufrimiento moral insoportable para el que no había compensación posible. Mi problema es que, tras tantos años, tuve que reconstruir mi vida entera, a partir de otras ilusiones. Y ese desengaño, ese dejar de ser, ese no ser, provocó en mí un efecto mayor que la tortura física de la Gestapo.
Cuando salió de Buchenwald, Semprún le contó todo lo sufrido a un amigo, durante una larga noche de confesiones. Luego calló, y durante casi veinte años se negó a comentar o escribir nada sobre el horror. Entonces no sabía siquiera que se había salvado porque, al entrar en el campo, le inscribieron como estuquista y no como estudiante. Una sola letra en alemán le salvó la vida.»