Abel Hernández escribe sobre los cambios en el paradigma de la producción y la distribución musical, con los crecientes ejemplos de auto-gestión por parte de los grupos y autores de su obra, o la financiación comunitaria: Es la comunidad, idiota: Los tiempos ya han cambiado.
«Creyentes en lugar de fans. Minisocios en vez de grandes poderes. Palabras que lo dicen todo sobre un indudable cambio en el paradigma del negocio discográfico. Se hace notar en una tendencia imparable por parte de los músicos a la autogestión, al margen de unas compañías de discos cicateras y asustadas y demás intermediarios usureros. Se hace notar en el creciente aumento de la explotación de las posibilidades de la Red y sus modelos de enlazamiento social. Pero lo que posiblemente es más importante es que revela cierto cambio de definición del Pop.»