Nos cuenta Julián Sauquillo que hay una exposición en el Ateneo madrileño donde se muestra uno de los efectos de la obsesiva censura franquista: la eliminación de símbolos y figuras geométricas de los edificios públicos por las razones más peregrinas. Divertida, a pesar del trasfondo: Las estrellas del Ateneo de Madrid
«En verdad, las paranoias totalitarias distorsionan la realidad. Las estrellas no son una invención masónica e ilustrada. La masonería hizo acopio de una tradición antigua. Las estrellas son un símbolo precioso del gnosticismo, desde los cuatro primeros siglos de nuestra era en múltiples sectas radicales según Jacques Lacarriére. Para tal secta, vivimos bajo la bóveda de la noche, que representa el oscuro mal que nos envuelve. Tan solo existen unas desgarraduras en el manto maléfico que nos tapa. Son las estrellas por donde entra la luz y el bien. A tanto mal solo le cabe un contraataque con mucho más mal, como si de una cura homeopática gnóstica se tratara. »