Artículo sobre El parque temático de Hizbula, en el sur del Líbano, «el primero en el que un grupo armado emplea una antigua posición militar para repasar su historia, desvelar sus tácticas de guerrilla urbana, mostrar los daños infligidos al enemigo y adelantar lo que puede ocurrir en un futuro conflicto.»
«“Al principio, era [un hueco de] un metro cuadrado usado como refugio de bombardeos o de las inclemencias del tiempo”, reza la pancarta, en inglés y en árabe, que custodia la entrada. “Después se transformó en un túnel de 200 metros de largo. Durante tres años, 1.000 hombres excavaron por turnos 350 metros cuadrados de pieda […] Una vez completada, La Cueva fue bautizada como El Punto, una base integral con habitaciones, suministro de agua potable, electricidad y ventilación que llegaría a albergar a 7.000 resistentes”. Con retratos de Musawi, Nasrala y los ayatolás iraníes Jomeini y Jamenei en los pasillos, el búnker cuenta con cocina, sala de estar, baños, zona de descanso y lectura y sala de operaciones dotada de ordenadores. “¿Qué se piensa? Nosotros combatimos con tecnología y con cerebro, no sólo con fusiles”, afirma el guía.
A la salida de La Cueva, otro camino conduce a otros dos búnkeres, uno de ellos una caseta de cemento oculta entre las rocas e imperceptible desde el exterior donde una ametralladora pesada tiene en su punto de mira la ciudad de Sojod, durante años controlada por Israel o por sus socios libaneses del Ejército del Sur. En un margen del camino, una tumba real construida por un combatiente que pensaba que moriría en el bosque y que aún sigue con vida. Más allá, el empinado camino conduce a La Perspectiva, un mirador con una privilegiada vista al sur del Líbano, desde Tuffah hasta Sidón, que da una idea de la importancia estratégica de la posición militar.»